TEMA 3. EL SISTEMA POLÍTICO

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Pero de manera específica, aquí utilizaremos institución en el sentido técnico de reglas y normas que regulan el funcionamiento de un grupo humano. De este modo el concepto abarcaría tanto las reglas formales (pautas formalizadas sobre el comportamiento adecuado en una situación, compartidas por un grupo humano y respaldadas por algún tipo de sanción explícita), como las reglas informales (pautas no formalizadas, y donde la sanción es ejecutada por medios tampoco formalizados) como las normas (son también pautas compartidas sobre el comportamiento correcto o adecuado, pero que no están respaldadas por implican una sanción explícita (aunque sí puede existir una sanción social implícita en algunos casos). Varios ejemplos de cada uno de estos tipos de instituciones serían:

- formales: Constitución, leyes, reglamentos administrativos, estatutos, reglamentos orgánicos internos, etc.

- Informales: reglas internas dentro de los partidos sobre el reparto de puestos en las listas electorales entre distintas facciones o corrientes dentro del partido; reglas sobre favorecer a los miembros o simpatizantes del partido en los contratos públicos (aunque esto vaya en contra de lo establecido por la ley),

- Normas: normas de vestir, de habla, normas de cortesía, etc.

Cuadro 3.1. La norma sobre quién debe ser candidato al presidente del Gobierno

En la Constitución Española (art. 99) no se señala que el candidato a presidente del Gobierno nombrado por el Rey será el del partido con más escaños (solo dice que consultará a «los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria». Sin embargo, en la práctica es el candidato por Madrid de la lista más votada el que es designado candidato.

Las instituciones regulan el comportamiento de los actores en el seno de las distintas arenas de acción, influyendo de manera sustantiva en sus actos y decisiones (aunque no necesariamente determinándolos). Por ejemplo, la ley electoral no determina los resultados de las elecciones, pero sí puede influir de manera decisiva en la conversión de los votos en escaños. Buena parte del juego político gira en ocasiones a la modificación de estas reglas del juego: los actores políticos pugnan porque las reglas del juego les beneficien (ej. la modificación de la ley electoral es una de las demandas centrales de algunos partidos políticos).

Aparte de las ventajas particulares que pueden conceder a determinados actores, la existencia de instituciones tiene también una serie de ventajas intrínsecas, como son (véase Vallés, cap. 11):

- Al hacer predecibles los comportamientos de los actores políticos, reducen los costes de información y transacción que estos tienen que asumir al interactuar con otros actores.

- En línea con lo anterior, también reducen la arbitrariedad – lo cuál no significa que las reglas que se apliquen sean totalmente aceptadas o intrínsicamente justas.

- Permiten la continuidad de la actividad de las organizaciones y arenas políticas, independientemente de los individuos – ej. un partido político se mantiene en el tiempo gracias, entre otras cosas, a la existencia de unas reglas formales e informales que garantizan la estabilidad de las funciones y tareas realizadas y la renovación de las personas.

Un conjunto de reglas especialmente importante es el ‘marco constitucional’ o constitución. Su importancia deriva del hecho de que la constitución o el marco constitucional (dado que este puede estar formado por más de una norma jurídica) define las reglas formales básicas que regulan las distintas arenas, su composición, sus relaciones, quienes pueden participar, cómo, etc. En este sentido, las reglas específicas reguladoras de esas arenas deben adaptarse al marco constitucional. Así, en los Estados de Derecho, el respeto del marco constitucional constituye la base de toda legalidad. Por último, es importante tener en cuenta también que la constitución no tiene por qué estar escrita o ser un documento cerrado. Tal es el caso paradigmático del Reino Unido, un país sin constitución formal codificada (aunque existen toda una serie de reglas formales e informales compartidas y aplicadas equivalentes a lo que entendemos por constitución).

4) Decisiones y políticas. En todo juego hay también unos resultados. La metáfora es algo más discutible, dado que en un juego el resultado implica que el juego ha terminado, mientras que en política el juego no termina, si no que da lugar a nuevos juegos, nuevas interacciones entre los actores, nuevos acuerdos, nuevos conflictos….

Dentro de esos ‘resultados’ de la interacción de los actores políticos en una o varias arenas de acción, podemos distinguir dos tipos básicos.

a) Los que determinan quién ha de encargarse de gestionar los conflictos sociales (quién toma las decisiones en las arenas encargadas de gestionar esos conflictos) > elección del parlamento, nombramiento del Gobierno, nombramiento de cargos en la administración, etc.

b) Políticas públicas: es decir, las decisiones sobre qué conflictos sociales se gestionan y cómo (política social, sanitaria, de defensa, educativa, etc.).

4) Espectadores: En un juego puede haber espectadores, que no participen directamente, pero sí tengan algún interés en el juego. Los espectadores, aunque no participen, incluso pueden llegar a influir en el resultado del juego – ej. en fútbol, se habla del ‘jugador nº 12’. En el caso de la política, muchos ciudadanos y grupos permanecen como espectadores pasivos del proceso político. Ya veremos en los temas siguientes que el porcentaje de participantes activos sobre el total de ciudadanos es muy reducido. No obstante, aunque no participe habitualmente en política, una proporción de ciudadanos lo hace periódicamente en las elecciones. En ese momento, los espectadores se convierten en parte fundamental del juego y de su resultado. Este papel de los ciudadanos en el sistema democrático, hace que los jugadores políticos tengan en cuenta la opinión de éstos, de manera agregada, a través de encuestas, o por medio de otras vías (por ejemplo, manifestaciones u otros tipos de acción colectiva). El grado de atención a los ciudadanos dependerá de en la medida en que el destino del actor político dependa de éstos. Por ejemplo, los partidos políticos tienen mayores incentivos para prestar atención a la opinión pública, mientras que otros actores solo tendrán en cuenta a sus miembros o socios (ej. una organización empresarial o una ONG).

5) Entorno: Los juegos