Universidad Nacional Abierta Dirección de Investigaciones y Postgrado Maestría en Ciencias de la Educación

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De acuerdo con los aportes teóricos de Chiavenato (2002: 198), “el desempeño laboral en la evaluación consiste en una apreciación sistemática en las funciones de cada persona de acuerdo a las actividades que cumple, de las metas y los resultados los cuales deben alcanzar”. En concordancia con los aportes del autor, tanto a directivos como docentes de las instituciones educativas, corresponde el rol de cumplir las tareas diariamente; razón por la cual, su desempeño depende de cómo se lleve el proceso de aprendizaje y desempeño necesario como punto de inicio para transformar las debilidades institucionales presentes en fortalezas.

En concordancia con los señalamientos anteriores, el desempeño laboral del docente se refiere al cumplimiento de funciones, se determina a través de factores relacionados con el propio docente. De esa manera, el desempeño se ejerce en diferentes campos, como el entorno socio – cultural, institucional, ambiente de aula, además sobre el propio docente, mediante una acción reflexiva. Por consiguiente, el desempeño se evalúa para mejorar la calidad educativa, además de cualificar la profesión docente. En ese sentido, es un proceso sistemático para obtener datos válidos, cuyo propósito es comprobar – valorar el efecto educativo que produce en alumnos desplegar sus capacidades pedagógicas, emociones, naturaleza en sus relaciones interpersonales con otros estudiantes, padres, representantes, directivos y docentes de las instituciones de la comunidad.

De acuerdo a lo anterior, la complejidad del desarrollo de una institución impone desafíos, con el objeto de conducir la optimización de las dimensiones que integran el trabajo educativo; se plantea, además, el propósito de esta investigación el cual radica en analizar el liderazgo directivo y el desempeño laboral de los docentes de las escuelas urbanas.

Planteamiento y formulación del problema

Actualmente, en los países a nivel mundial se producen constantemente cambios desde el punto de vista social, político, científico, tecnológico que imprimen particular relevancia a las formas de pensar, actuar, gerenciar y decidir en aquellos que están vinculados con el proceso educativo. Desde esa perspectiva, la educación transforma acciones ajustadas a nuevas realidades, ello implica adaptar esquemas sociales, de liderazgo, desempeño, procesos de enseñanza-aprendizaje en función a las demandas exigidas por la sociedad.

De igual manera, las instituciones educativas se encuentran inmersas dentro del contexto caracterizado por grandes avances y profundas transformaciones en diferentes ámbitos, exigen de esta forma estrategias y lineamientos en su accionar para enfrentar con éxito los nuevos retos. Esto conduce a los gerentes educativos a enfrentar situaciones complejas que no son entendidas de manera aisladas, sino por el contrario, se asumen integralmente a fin de mejorar su gestión.

Entorno a lo anterior, las instituciones educativas realizan grandes esfuerzos de mejoramiento hacia el logro de la calidad, para los cuales se adoptan diferentes conceptos, esquemas teóricos válidos, orientados hacia la reestructuración funcional formal, implementación de estrategias en el manejo de los recursos materiales, muy especialmente de los humanos. Ante estas perspectivas, se han generado cambios en las instituciones educativas a nivel mundial con la finalidad de elevar la calidad de la educación para ubicarla progresivamente al ritmo de los avances sociales, económicos, científicos y tecnológicos que la coloquen en igualdad de condiciones en el resto del mundo.

De esta manera, la complejidad del desarrollo de una institución impone desafíos con el objeto de conducir la optimización de las dimensiones integradoras del trabajo educativo; de esta manera, en los últimos años se comenzó a reconocer que las tareas directivas tienen características propias claramente diferenciadas; por tanto, las personas en cargos gerenciales requieren ciertas habilidades especiales, pues, las demandas sociales exigen competencias específicas y atención especial a la calidad de las decisiones gerenciales, así como también, la creciente demanda de participación en la toma de decisiones de los grupos de la comunidad educativa requieren de estilos de dirección, además posean habilidades administrativas.

En consecuencia, los procedimientos de cambio técnico – social en el mundo, apuntan hacia una metodología donde directivos educativos promueven la transformación de conocimientos que no se adquieren solamente a partir de la experiencia, sino con la preparación académica necesaria. En ese sentido, corresponde a los gerentes educativos poseer habilidades para desempeñar sus funciones de líder con excelencia y calidad, además ser la persona creadora, con el objetivo primordial de transformar para romper paradigmas ajustados a necesidades de cada institución, en este caso es quien conduce para abrir caminos, parte hacia proyectos con pertinencia social, incorporados al proceso histórico donde dirigen las variaciones, va de la mano con la evolución; es decir, el liderazgo directivo crea una nueva realidad a partir de donde se encuentre inmersa la institución.

En torno a lo anterior, el liderazgo directivo en el siglo XXI tiene el compromiso de saber resolver conflictos, es quien dirigirá la producción del conocimiento, su experimentación, su distribución oportuna y la aplicación sistemática en las instituciones educativas, al ser claros acerca de la dirección de la institución, enfocados en alcanzar la visión de la misma, de ese modo, los líderes entienden lo que eso significa para cada persona en el desarrollo de su rol, ante lo cual es fundamentalmente diferente de lo que con frecuencia se describe como el rol gerencial de planeación, organización, dirección y control, se enfoca en el desarrollo continuo de capacidades de su equipo de trabajo tanto que muchas de las responsabilidades asociadas con la administración y supervisión del grupo son gerenciadas por el grupo mismo.

Obviamente, la transcendencia de las habilidades de un líder directivo en las instituciones educativas a nivel mundial en el transcurso de la gestión, no sólo radica en poseer conocimientos teóricos, sino además, dados los procesos de cambio que ocurren en todos los niveles, tanto tecnológico, económico, científico entre otros, amerita tener actitudes diferentes, pensar de manera desigual, mejor aún adoptar una perspectiva distinta, con respecto a la capacidad de un gerente en la institución a fin de promover una educación de calidad, lo que resulta más complicado, cuando el objeto de la educación radica en la eficiencia, sin dejar de considerar las políticas