Conocidos a nivel mundial fueron hace algunos años, los casos de Bernard Madoff y Kenneth Lay (Enron) quienes fueron los arquitectos de dos de las más grandes estafas que ocurrieron en Estados Unidos y que conmocionaron a todo el mundo.

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bancos, fue el Señor Sergio Bustos, quien fue quien informó todo esta situación, que, como en muchos casos se destapa debido a un pago inexistente. Bustos, fue quien se querelló contra Caval, por el no pago de unos servicios realizados, ya que fue él (según su palabra) quien gestionó las reuniones con los diferentes actores bancarios para lograr el crédito; cosa que Caval desmiente, e incluso, aseguran que no mantuvieron una relación formal de trabajo con él.

El crédito que obtuvo Caval del Banco de Chile, fue un crédito del tipo “bullet”, el cual debía ser pagado en una sola cuota, en un plazo máximo de un año. La empresa intentó vender los terrenos sin éxito, ya que todo indica que solicitaban un precio superior a los 20.000 millones (según la rentabilidad expuesta a la hora de solicitar el crédito). La fecha tope para pagar el crédito llegaba, y apareció, mágicamente, un comprador. El señor Hugo Silva de la empresa Silca, quien también con conocimiento del inminente cambio de uso de suelos, compraría los predios en $9.500 millones; cifra que a pesar de ser menor que la esperada en un comienzo, serviría para pagar el crédito, y dejando una utilidad (después de impuestos) cercana a los $2.500 millones para Caval, lo que aún convertía a este movimiento en un gran negocio.

Poco después que Silca firma el contrato, es cuando aparece en la prensa, publicado por la revista “Qué Pasa” un artículo llamado “Un negocio Caval”2 donde sale a la luz pública el caso.

Debido a lo mediático de la situación, de lo extraño del caso, de la forma en que se obtuvo el crédito, es que el municipio de Machalí retrasa aún más la tramitación del cambio de uso de suelo, viendo afectado el valor de los terrenos, los cuales demorarían más de lo previsto en aumentar su valor.

Por este motivo, es que Silca se querella contra la empresa Caval, argumentando perjuicio debido que por lo mediático del caso, se vería perjudicado monetariamente.

Hasta aquí, Silca, parece ser una víctima en el caso, pero aún con esa querella interpuesta contra Caval, existía algo que sería de conocimiento público más tarde que daría un vuelco al caso.

Además del contrato de compra/venta entre Silca y Caval, existió un contrato privado entre ambos, en el cual Silva le entregaba derechos a Valero, con el fin de administrar y revender los predios. A través de esta nueva venta (que sería cercana a los $15.000 millones, en primera instancia), Valero se vería beneficiado con un 25% de la utilidad generada por sobre los $9.500 millones. Es decir, todo indicaría que Caval le vendió los terrenos a Silca solamente con el fin de pagar el crédito, pero a su vez, Silca le cede los terrenos a Caval para que los revenda, y así obtener una nueva ganancia que podía superar los 1.500 millones, y que incluso podía ser un porcentaje mayor si la venta superaba los 15.000 millones. Todo indica que Hugo Silva sabía sobre el negocio, por lo que esa querella la haya hecho solamente para cubrir una presunta inocencia y que ésta fuera de

2 http://www.quepasa.cl/articulo/actualidad/2015/02/1-16218-9-un-negocio-caval.shtml/



conocimiento público, la que, luego de darse a conocer este contrato privado, solamente muestra su complicidad con Valero y la empresa Caval en esta estafa.

Este acuerdo privado, fue una, de varias aristas que se fueron conociendo a medida que se iba destapando el caso. Otra de ellas, entre las más importantes son las querellas en contra de Herman Chadwick por actuar de manera irregular en su papel de síndico. Esto, a raíz de haber hecho un acuerdo previo a asumir su rol de síndico, con el señor Juan Diaz, en ese entonces trabajador de la Municipalidad de Machalí (ligado a la UDI) quien le entregó información privilegiada a Chadwick respecto del cambio de uso de suelo, a cambio de obviamente, una importante suma de dinero para Díaz, quien ayudaría a realizar el negocio, aumentando el precio de los predios con este cambio. En estos momentos, Juan Díaz se encuentra formalizado por soborno, y Herman Chadwick hace apenas unos días acaba de pagar 900 millones (700 para la familia Wiesner y 200 millones al Estado por perjuicio fiscal) para evitar la prisión preventiva ante los cargos que se le imputan.

Dentro de la misma arista, aparece la relación de Juan Díaz con Cynthia Ross, quien es arquitecta y trabajaba en la Municipalidad de Machalí, ambos habían trabajado en varios proyectos de cambio de un plan regulador en diferentes ciudades. Ella es sobrina de Patricio Wiesner, e ingresó en la municipalidad para apurar el cambio de uso de suelo, y lograr este cambio antes de la fecha de tope que tenía Wiesner para vender el terreno a través del síndico y así, lograr pagar la totalidad de sus deudas y quedarse con una mayor cantidad de dinero.

En resumen, una cadena de sobornos, falta de ética, tráfico de influencias, y una serie de nombres, en los cuales en definitiva prácticamente no existen inocentes. El Señor Wiesner, quien pareciera ser el que perdió dinero, a pesar que no lo logró, intentó sacar provecho de ventajas que le podía otorgar su sobrina al apurar el cambio del plan regulador, con el fin de llenar sus bolsillos.

Peor aún, ninguno de los personajes mencionados se encuentra en prisión, solamente algunos pagaron unas multas, las que como siempre son una porción de lo que obtuvieron con negocios fuera del marco legal.

El Caso Caval es un ejemplo de una serie de arreglos internos entre personajes poderosos y adinerados, algo así como “House of Cards”3 llevado al mundo real. Quizás cuantos otros casos similares a este han ocurrido, o están ocurriendo en este mismo momento, pero, con la diferencia, que no existe alguien como Sergio Bustos que se atreve a hablar y sacar el caso a la luz pública. Quizás a diferencia de Caval, existen muchos casos de los cuales, lamentablemente, nunca nos vamos a enterar...

3 http://www.imdb.com/title/tt1856010/