Ensayo del libro Crear o Morir

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La respuesta se da en páginas posteriores y se menciona que sería el desarrollo de ambientes que favorezcan la innovación, no obstante, se requeriría de la implementación de diversos planes entre los que destacan, el desarrollo del sistema educativo, el incentivar la investigación y políticas que favorezcan la atracción de talentos de todo el mundo, lo cual, parece complicado de implementar en un corto plazo.

Una de las más importantes filosofías que deben comenzar a implementarse desde la educación básica, es la tolerancia al fracaso, ya que, tal como lo mencionan algunos de los más importantes innovadores de la historia, el fracaso es el camino para alcanzar el éxito y es algo que no existe en los países de América Latina.

El fracaso debe ser tomado como una experiencia que lejos de tener una connotación negativa, significa que has aprendido algo y has adquirido sabiduría. Como diría el gran maestro cubano José Raúl Capablanca, “ninguna victoria enseña tanto como una derrota”.

En lugares como Silicon Valley es común escuchar a gente contar sus fracasos con orgullo debido a que han adquirido ese tipo de pensamiento en donde el fracaso es signo de experiencia y una típica carta de presentación entre los innovadores.

Esta es una de las premisas que más me ha llamado la atención, mientras que normalmente el fracaso es normalmente visto como una estrepitosa derrota, para el innovador moderno no se trata más que dé un paso para lograr su objetivo, que casi siempre es cambiar al mundo, ¿por qué es tan común la idea de que el fracaso es algo malo?

Creo en lo personal, que es una cuestión de mentalidad, no solo ligada al mexicano sino al latino en general, que debe ir erradicándose poco a poco ya que, en muchos de los casos, es el miedo al fracaso el que no nos deja avanzar y nos mantiene en una zona de confort que se ve reflejada en cifras tales como el egreso de ingenieros y científicos comparado al de profesiones ligadas a las ciencias sociales y humanidades.

El libro nos menciona que los innovadores tienden a estar agrupados, por lo cual debemos de empezar a adoptar una mentalidad mucho más colaborativa, que deje de lado la competencia y busque el crecimiento y el bien común. Este tipo de conductas nos vinculan a un tema que nos habla precisamente de eso, la colaboración con la competencia, que es a veces, la clave del éxito.

“Crear o Morir” nos cuenta la historia de Gastón Acurio, un chef peruano, que bajo la premisa de “colaborar con tus competidores agranda el pastel y se benefician todos”, logro crear una gastronomía peruana moderna.

Como se mencionó anteriormente, en países como México, se tiene la idea que para crecer debes de ganarle a la competencia y aunque de cierto modo esto no es falso, casos como el de Acurio nos demuestran que no siempre las ganancias deben de recaer en el mejor, sino que mediante la cooperación se pueden crear cosas mucho más grandes, de mayor alcance y mayor impacto que no solo beneficien a unos pocos.

Acurio ha triunfado como chef y como empresario, sin embargo, su aporte es tanto social como cultural.

Gracias al descubrimiento de la nueva cocina peruana se ha multiplicado el número de escuelas de cocina en Perú, así como los estudiantes que se gradúan de la carrera, de hecho, se plantea la posibilidad de reemplazar a ciudades de la talla de Paris y Roma como la capital gastronómica a nivel mundial y todo gracias a una persona con mentalidad innovadora que supo darle rumbo, no solo a una industria que ya representa casi el 10% del producto interno bruto peruano, sino a un país entero.

En México no solo hemos sido testigos de la falta de cooperación entre nosotros, también hemos presenciado como, en ocasiones, entre mexicanos buscan ponerse el pie siguiendo la idea de pasar por encima de la competencia para tener éxito. Aunque en gran parte de las instituciones educativas del país se ha comenzado a dar una mayor importancia al trabajo en equipo y la colaboración, creo que seguimos siendo una sociedad que en general prefiere guardar sus secretos de mejora y no se deja un legado como el que Gastón Acurio está dejando en Perú.

La filosofía del chef peruano es simple “si te llevas tu receta a la tumba, no existes” y esto se aplica no solo al campo de la gastronomía sino a casi todas las disciplinas en la vida, actualmente se busca que nuestros secretos dejen de serlo y se transmitan a través de las redes y los medios de comunicación, ya que, al no hacerlo, el principal desenlace es convertirse en un fenómeno aislado que no deja ninguna aportación.

No obstante, el chef Acurio coincide en que el movimiento de la cocina peruana no lo creo solo él, sino que fue apoyado por otros chefs de Perú que tenían en mente seguir un camino parecido y eso los llevo a compartir en lugar de a competir.

Y aunque solo tuvo una pequeña participación ya cuando el movimiento estaba realizado, es importante destacar el apoyo que obtuvieron por parte del gobierno peruano, lo cual, en otros países es difícil de conseguir.

Incluso aun después de sufrir fracasos los pioneros del movimiento se mantuvieron fieles a su mentalidad innovadora y siguieron impulsando su cocina mediante la cooperación y el deseo de crear algo más que una gastronomía, ellos buscaban darle identidad al pueblo peruano mediante la cocina y lo lograron, incluso, aumentando la autoestima de los habitantes del país andino.

Este método de difusión de ideas nos lleva al siguiente capítulo del libro, el cual nos habla de Jordi Muñoz y el movimiento de los “makers”.

De manera general se comenta que uno de los movimientos que reporta un gran crecimiento dentro de la comunidad tecnológica e innovadora de Silicon Valley es el movimiento “maker”, este método congrega los proyectos y nuevas ideas de un gran número de seguidores con la idea de que lo más conveniente es compartir su trabajo con todo el mundo y así recibir sugerencias de todos los involucrados.

Jordi Muñoz es un joven mexicano que desde hace 5 años es el presidente de una de las compañías de aviones no tripulados para el uso civil o mejor conocidos como drones, el cual se tuvo que enfrentar a diversas dificultades como el no poseer permiso de trabajo, ni un título profesional que avalara sus conocimientos en la materia, incluso el mismo comenta que en algún momento de su vida aspiraba solamente a ser un vendedor de una cadena de ventas en línea.

Muñoz fue diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad a temprana edad y nunca destaco