LA IMPORTANCIA DEL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS MERCADOS FINANCIEROS PARA EL CRECIMIENTO Y ESTABILIDAD DE UNA ECONOMÍA

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Lo anterior puede deberse a que “un sueldo que depende del desempeño puede fomentar conductas arriesgadas entre los gerentes de inversiones, y una de ellas es asumir riesgos a espaldas de los inversionistas” (Rajan, 2005).

En consecuencia, todos los involucrados, desde los comisionistas hasta los gerentes de las compañías, encontraron en el mercado financiero, la oportunidad de tomar el mundo con sus manos, dejando en evidencia su falta de ética, profesionalismo y responsabilidad ante el manejo de los ahorros de las personas. Lo anterior llevó a que a finales de los años 90, la burbuja tecnológica se desplomara, causando millonarias pérdidas de inversión y dejando a los responsables libres para seguir innovando en el mercado.

De la otra cara de la moneda, se encuentran los demandantes de los servicios ofrecidos por el mercado financiero. Con unas tasas de interés bajas y un amplio portafolio de inversión, la euforia por la liquidez no dio espera, incentivando a que todas las personas de la economía, incluso aquellas que no tenían como solventar algún tipo de pasivo, pudieran hacerse acreedores de una hipoteca, más bien de un activo tóxico, sin contemplar el riesgo y la inestabilidad futura. En otras palabras, pasando por alto la hipótesis de la inestabilidad financiera de Minsky, la cual afirma que las estructuras de financiación de los sistemas económicos pueden ser tanto estables como inestables y por lo tanto, en los momentos de estabilidad económica y prosperidad se debe tener mucho cuidado con la euforia para no caer en la inestabilidad futura. (Vernazza, 2012).

A pesar del evidente riesgo de los préstamos (préstamos sub-prime), durante el 2000 y el 2003, la falta de interés por la calidad de las hipotecas fue notoria, al cuadruplicar el número de préstamos hipotecarios. En otras palabras, lo único que importaba era maximizar el volumen y cobrar los honorarios.

[pic 1]Grafica 1: Crecimiento del PIB de Estados Unidos 2000-2014.

Fuente: World Development Indicators. (World Bank , 2015)

Como se evidencia en la gráfica 1, la burbuja alcanzó su punto máximo en el año 2003, las calificadoras de riego, seguían dando calificaciones AAA las compañías con más hipotecas sub-prime y las alarmas seguían pareciendo silenciosas ante los oídos de los reguladores. En el año 2008, la burbuja reventó, los bancos se declararon sin efectivo y los inversionistas perdieron su dinero. Fue en este momento, cuando el gobierno de los Estados Unidos y los organismos reguladores, tomaron conciencia de la magnitud del problema financiero y decidieron intervenir.

A pesar de que el gobierno terminó convirtiéndose en el “Banco Malo”, al momento de intervenir y administrar todos los activos tóxicos dejados por el mercado financiero, y de los miles de millones de dólares que les costó a los contribuyentes, los mercados mundiales seguían cayendo por miedo a la recesión global y el desempleo tanto en Europa como en Estados Unidos ascendió al 10% (Ferguson, 2010).

¿Por qué las medidas tomadas por el gobierno y los reguladores no fueron suficientes? A pesar de los cientos de millones de dólares gastados en el rescate de las compañías más importantes del sector financiero en Estados Unidos, el desplome de la burbuja hipotecaria impactó profundamente en la confianza de los inversionistas, de los hogares y de las personas, y teniendo en cuenta que los mercados se mueven principalmente por los sentimientos, las medidas fueron tomadas demasiado tarde y la confianza lleva tiempo en recuperarse.

En este punto, es importante resaltar el papel de la regulación del estado y del gobierno, dentro de los mercados. Si bien, las leyes de la economía neoclásica afirman que a los mercados se les debe dejar actuar solos, estos son también vulnerables a sentimientos e intereses particulares, que a largo plazo, pueden terminar afectando el bienestar de la sociedad y por lo tanto ir en contra del objetivo de la economía. En este sentido, es posible afirmar que la intervención por parte del gobierno y de los entes regulatorios, debe ser de manera preventiva, cuando exista evidencia de comportamientos no éticos y conductas perversas dentro de una economía, que puedan afectar en el corto plazo la estabilidad y el crecimiento económico.

Sin embargo, siempre hay que tener cuidado con la intervención y la regulación de los mercados por partes del estado, ya que llevado al otro extremo, también puede causar fuertes impactos negativos dentro de una economía.

Lo anterior, nos permite aclarar que si bien el foco de la crisis de la burbuja inmobiliaria sucedió y afecto en primera medida a los Estados Unidos, los efectos colaterales en el resto de las economías del mundo son realmente significativos.

Para el caso de Colombia, es posible evidenciar el comportamiento del crecimiento de la economía con el siguiente gráfico:

[pic 2]

Grafica 2: Crecimiento del PIB de Estados Unidos Vs Crecimiento del PIB de Colombia 2000-2014.

Fuente: World Development Indicators. (World Bank , 2015)

Desde el año 2000 hasta el año 2006, Colombia presentó los niveles de crecimiento económico más altos de los últimos años, impulsado principalmente por la inversión extranjera directa. Sin embargo, el crecimiento del consumo y el buen comportamiento de la balanza comercial fueron pieza clave para el desarrollo de esta actuación. De la misma manera es importante resaltar el esfuerzo de la política económica por abrir y fortalecer las exportaciones de nuestros productos e incentivar la mejora de nuestros procesos de producción a través de los diferentes tratados de libre comercio (TLC), como por ejemplo con los países de asociación Europea de Libre Comercio.

Para el período 2007-2009, la agenda del Gobierno incluyó principalmente la negociación de Acuerdos de Libre Comercio con Canadá, con los países de la Asociación Europea de Libre Comercio – EFTA, y con la Unión Europea. Para el caso de EFTA esta meta se cumplió en el mes de noviembre de 2008 y se espera que con ello, Colombia logree acceso preferencial para más del 80% de sus exportaciones, en un mercado ampliado conformado por 45 países y estimado en mil millones de consumidores (Minicomercio Industria y Comercio, 2015).

Sin embargo, al igual que muchos países del mundo, la crisis afectó el crecimiento de Colombia durante los años 2008 y 2009, reduciéndola de 6.9% a 3.5% en el 2008 y 1.65% en el 2009 (World Bank , 2015).

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