Los problemas de Estados Unidos contagian a las bolsas del mundo
Enviado por Antonio • 7 de Noviembre de 2018 • 3.468 Palabras (14 Páginas) • 443 Visitas
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Al S&P Zambia Index le ha ido peor en el último año, al colapsar 45% debido a la caída de las exportaciones de cobre del país ante la débil demanda de China. El pasado septiembre, el presidente Edgar Lungu llamó a un día de oración nacional por la moneda de Zambia, el kwacha, que perdió 45% de su valor respecto del dólar en 2015.
Los declives significan que los valores africanos están rezagados frente a los de otros mercados de frontera. El índice MSCI Africa perdió 19% el año pasado, considerablemente más que índice general MSCI Frontier Markets.
El panorama podría empeorar. El Fondo Monetario Internacional advirtió en enero que el continente crecería en promedio 4% este año, mucho menos que la tendencia de la última década y apenas por encima del 3,5% de 2015, que fue el ritmo más lento en dos décadas. Errores de política económica, como la renuencia de Nigeria a devaluar la moneda o el gasto excesivo de Ghana que provocó una deuda récord, no han ayudado.
La ola de malas noticias sobre África también le está restando atractivo como destino para las multinacionales. El gigante bancario británico Barclays PLC anunció recientemente que empezará a replegarse en el continente tras un siglo de inversiones, a través de la venta de su participación en Barclays Africa Group Ltd.
Los gestores de fondos dicen que los activos de países africanos han caído debido a su dependencia desproporcionada de recursos naturales y por no haber aprovechado el reciente auge de los commodities para industrializar sus economías. En Angola, Nigeria y Guinea Ecuatorial, el petróleo genera más de 90% de los ingresos por exportación, mientras que el cobre constituye más de 70% de los fondos que obtiene Zambia de sus ventas al exterior.
“Hay una reacción a (lo que sucedió) un año antes, a la euforia de nuevos inversionistas que llegaban a África”, dice Stuart Culverhouse, economista de Exotix, una firma de consultoría y un fondo de mercados de frontera con sede en Londres. “Están tratando de retirarse ahora, y no discriminan”.
El resultado es que los inversionistas de frontera están trasladando su dinero de África a países asiáticos como Pakistán, Bangladesh y Vietnam, importadores netos de energía y materias primas que han mostrado una mayor disposición a industrializarse.
El éxodo de los inversionistas está golpeando a compañías africanas que deben ajustarse al pronunciado cambio de perspectivas. A la escasez de opciones para conseguir los fondos que necesitan desesperadamente, se suma una menor liquidez en los mercados bursátiles locales.
Ghana se excedió en sus gastos y ahora enfrenta una crisis fiscal.
Las empresas recaudaron más de US$500 millones en capital fresco en la Bolsa de Valores de Nigeria en 2014, por ejemplo, pero apenas US$23 millones en 2015. Las compañías enfrentan menores probabilidades de conseguir financiación y tienen que hacerlo en moneda local devaluada como el naira nigeriano, en lugar de euros o dólares, que habrían sido respaldados por inversionistas internacionales que ahora se retiran o esperan a que pase la tormenta, dice Andrew Del Boccio, director adjunto de PwC en Sudáfrica.
El cambio también ha elevado los costos de la deuda soberana, pese a que los países africanos han frenado su emisión de bonos en los mercados de capitales. En 2014, gobiernos de África vendieron US$12.000 millones en bonos en los mercados internacionales; el año pasado, el total cayó a la mitad, según Deutsche Bank.
Ghana, sumida en una crisis económica, emitió el eurobono más caro de la historia de África a fines del año pasado, al pagar un cupón de 10,75% sobre US$1.000 millones, mucho más alto que las tasas de interés que el gobierno estaba acostumbrado a pagar por sus bonos internacionales en los últimos años.
Si bien algunas economías africanas de mayor crecimiento son sacudidas por la turbulencia de los mercados, hay importantes excepciones. Kenia, que se ha vuelto una economía más diversificada, y Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo, siguen atrayendo inversionistas.
Los analistas dicen que estos países nadan contra corriente porque son importadores netos de energía y cuentan con políticas públicas más sólidas que generan confianza. La bolsa de Costa de Marfil, por ejemplo, avanzó 7% durante 2015; la bolsa de Kenia registró grandes pérdidas el año pasado pero se ha mantenido en territorio positivo en 2016.
“Lo que se ve cada vez más es una colocación de activos más sofisticada dentro de la clase de mercados de frontera, lo que beneficiará a Kenia, Tanzania y otros importadores de materias primas y energía”, señala Aly Khan Satchu, presidente ejecutivo de Rich Management, una firma de inversión con sede en Nairobi.
Algunos veteranos inversionistas de mercados de frontera dicen que los precios han caído lo suficiente como para ofrecer oportunidades atractivas a largo plazo.
“Una de las mayores fallas cuando los inversionistas miran a África es que lo consideran un país y no un continente compuesto por países y compañías muy distintos”, recalca Laura Geritz, quien gestiona el fondo Wasatch Frontier Emerging Small Countries, que tiene US$1.100 millones en activos.
Geritz dice que un cuarto de los activos de su fondo está invertido en África y que no ha hecho reducciones en los últimos meses.
“Los países de África ya no pueden depender de un creciente mercado de exportación de recursos naturales a China”, sostiene. “África tendrá que depender de su mayor activo: su conjunto de gente joven, brillante y motivada”.
- Los rumores de un adelanto electoral se multiplican y pasan factura a la Bolsa de Milán y a la deuda pública italiana.
Todas las previsiones de los mercados para 2017 incluían como un factor determinante el calendario electoral en Europa. Una vez pasados los comicios en Holanda y más recientemente en Francia, Reino Unido y Alemania se presentaban como las siguientes reválidas.
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