Para la evaluación de proyectos de inversión se puede utilizar un o varios modelos o criterios para determinar la viabilidad de estos.
Enviado por Christopher • 29 de Junio de 2018 • 1.990 Palabras (8 Páginas) • 487 Visitas
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La teoría de opciones reales tiene su base en la teoría de las opciones financieras por lo tanto es necesario definir una opción como el derecho a realizar una operación durante un determinado tiempo, por tanto las opciones financieras se clasifican en call (opciones para comprar) y put (opciones para vender). Así pues se puede establecer una relación entre las variables financieras y las de un proyecto, por ejemplo, valor de los activos es comparable a precio de la acción, desembolsos para adquirir el activo con precio de ejercicio, tiempo de duración del proyecto con el tiempo hasta el vencimiento, etc. Bajo esta premisa entonces se pueden escoger tres modelos matemáticos para la valoración de opciones reales: Black-Scholes, Árbol binomiales, Simulación Montecarlo.
El primero se basa en opciones europeas (aplicación de opciones financieras) donde para su símil en opciones reales evalúa los proyectos que tengan un parecido a opciones de compra, en el segundo caso, este modelo aplicable para opciones tipo americanas, trabaja a partir de un modelo discreto para describir variables de entrada como: precio, inversión en equipos, costo de mano de obra, etc. De esta forma al momento de realizar una revisión en el transcurso del proyecto se pueden establecer una distribución del VAN del proyecto. En el tercer modelo se establecen mediante simulaciones para obtener la volatilidad de las variables. Para este criterio se puede establecer que representa una herramienta que complementa al cálculo clásico del VAN, por tanto incorpora la variabilidad o riesgo dentro de los parámetros de evaluación haciéndolo más cercano a la realidad, además de otorgar una visión estratégica al momento de tomar decisiones. De esta forma se puede llegar a manejar la variabilidad o riesgo de manera que no represente una situación que desaliente a los inversionistas sino que pueda representar una alternativa de incrementar la rentabilidad del proyecto (Tamará & Aristizábal, 2012).
En línea con el análisis de la variabilidad de los parámetros que intervienen en la formulación de los flujos netos materia de la evaluación de un proyecto, también encontramos que al momento de elegir un modelo se tiene herramientas de apoyo, como lo son los modelos estocásticos de análisis en los cuales se pueden modelar el VAN como una variable descrita a través de la incertidumbre como valor neto en riesgo VaR y el valor condicional en riesgo (CVar), de los cuales se establece un nivel de confianza y se perdida esperada de riesgo en las colas de la distribución de VaR. Este modelo aplica los criterios de la evaluación financiera a proyectos de inversión en instituciones educativas como lo son los programas de pregrado, donde la variabilidad e incertidumbre de la demanda o inscritos al programa que es una variable independiente para el cálculo de los flujos netos (Toro, Ledezma, & Wilmer, 2015).
En conclusión los criterios clásicos de evaluación de proyectos como la TIR y la VAN son herramientas útiles en cuanto las características de los proyectos establecen una situación convencional como flujos netos positivos, no contemplar incertidumbre de precios de venta, costos de financiamiento, costos de producción, etc. La TIR y VAN pueden presentar inconsistencias u ocasionar resultados ambiguos, como se detallaron anteriormente. Por lo tanto se ha podido explorar distintas herramientas basadas en metodologías estocásticas, como lo son los modelos arboles de decisión, y modelos no deterministas como el método Montecarlo, sobre los cuales se intenta determinar los posibles escenarios en los cuales se contemplas las variables de incertidumbre o variabilidad que para el evaluador experimentado y riguroso en el análisis de las mismas pudieran representar oportunidades de aumentar la rentabilidad en contraparte de la mayoría de profesionales que pudiesen desanimar a los inversionistas ante una situación aparentemente riesgoso. Este documento ha buscado otorgar alternativas para distintas particularidades que se presentan en la realidad al momento de evaluar una opción de inversión. Se basa sobre la premisa que los criterios actuales de evaluación como TIR y VAN que no necesariamente se asemejan a la realidad, pero si son herramientas básicas que permiten una evaluación en condiciones empíricamente predictibles pero susceptibles de ser complementadas con otros criterios. El mensaje es que todo modelo o criterio siempre es susceptible de mejora y siempre debemos tener la actitud de romper esquemas o paradigmas.
Referencias
Briozzo, A., Pesce, G., & Villareal, F. (2011). Evaluacion de Proyectos con herramientas borrosas, Analisis de casos. Cuadernos del CIMBAGE, 26-53.
Castro, M. (2001). El Valor Actual Neto (VAN) como criterio fundamental de evaluación de negocios. Economía y Desarrollo, 180-192.
Infante, J. (2012). Estimacion de la Tasa Interna de Retorno , en proyectos de inversiones no simples a traves de Metodo de Desagregacion. Revista de Ingenieria Industrial Universidad del Bio-Bio, 19-34.
Pasqual, J. (13 de Julio de 2006). Los criterios Valor Actual Neto y Tasa Interna de Rendimiento.
Romero, R., Medina, J., & Perez, G. (2013). Propuesta para el uso exclusivo de la tasa interna de retorno modificada en la toma de decisión de proyectos industriales de inversión . Nexo, 83-87.
Tamará, A., & Aristizábal, R. (2012). Las opciones reales como metodología alternativa en la evaluación de proyectos de inversión. Ecos de Economía, 29-44.
Toro, S., Ledezma, J., & Wilmer, J. (2015). Modelo de evaluación de proyectos de inversión en condiciones de riesgo para apertura de programas de pregrado en instituciones de educacion superior de Colombia: caso de estudio. Ingenieria Industrial, 99-132.
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