El amor, ¿Cuántas veces no hemos oído esta palabra?,.
Enviado por Christopher • 11 de Enero de 2018 • 5.052 Palabras (21 Páginas) • 471 Visitas
...
es que amor no es “ser uno solo” ni
“gustarme lo que a ti te gusta”, amor
es ser autónomos y libres, es alimentar una relación, pero no ser algoigual en donde no se distinga que son dos personas las que se aman. Elamor no es nunca un todo y no constituye la solución de todos losproblemas humanos
Conclusión
Por conclusión, me queda decir: que el amor es la mejor experiencia quepuede ocurrir al ser humano, pero que es tan difícil encontrarlo que aveces se abandona la lucha, pero cuando lo encuentras, cuandoencuentras la verdadera esencia del amor, contenida en el almaindicada, debes aferrarte a ella, no sólo por la belleza que hasdescubierto, sino por la belleza y la sabiduría que vas a adquirir estandoa su lado, porque con el verdadero amor no te sentirás preso, alcontrario, te sentirás libre y tu pensamiento alcanzará el verdadero vigor,esto lo dice la pluma de todos los poetas que le han dejado sus frases almundo entero, frases que pretenden explicar ese sentimiento tan belloque es el amor, que no puede ser un objeto, sino un sentimiento, y
encontré algunas frases que concuerdan conmigo….
Me gusto esta de Shakespeare, que hace una descripción de lo queencierra este sentimiento en el libro“Romeo y Julieta” en donde Romeodescribe su amor de la siguiente manera: -¡Muchos combates hay quelibrar por el odio, pero muchos más hay que sostener por el amor! ¡Ohamor, envenenado por el odio! ¡Oh odio mezclado de ternura!... ¡Amor!¡extraño sentimiento que de la nada lo crea todo, quimera prodiga entormentos, pasión vana y verdadera , informe caos de ilusiones brillantesy felices, afecto indefinible que apoya y oprime el alma, e ilumina yobscurece, quema y hiela, mata y reanima el corazón! Ése es el amorque yo siento.Me gustó mucho esta frase, Romeo trata de definir lo que es el amor, loque es su amor, y lo que yo intento no es dar un correcto concepto delamor, pues estaría intentando hacer algo imposible como ya lo dije, elamor no es un acto inteligente, en el corazón no se manda, el amor esdistinto de todas las formas en las que se le pretenda explicar, no admiteque se le encierre en un solo concepto, el amor es algo indescriptible, ytoma su rumbo por sí solo, yo solo pretendí dar respuesta a mi pregunta,y sé que nadie puede decir que el amor no existe, ya que del amor nadiese escapa, y de sus efectos menos, Hombres y mujeres estamosvulnerables
a sufrir por amor, a gozar por amor, a sentir el amor…
Creo que no he podido encontrar una definición exacta de lo que es elamor; en la web ay miles de definiciones, miles de opiniones diferentesde lo que es el amor, es algo subjetivo que depende de la interpretaciónde cada quien, pero algo de lo que yo estoy seguro es que según misideales sé lo que no es el amor
Tolstoy y el culto a la sencillez- G.K.CHESTERTON
Tolstoy y el culto a la sencillez- G.K.CHESTERTON Título original: «Tolstoy and the cult of simplicity», en Twelve TypesTraducción de Juan Manuel Salmerón, extraída de su pagina Web: http://juanmanuelsalmeron.com/
El mundo entero está destinado a una gran simplicidad y sencillez, no deliberada, sino antes bien inevitablemente. No es una simple moda de inocencia falsa, como la de los aristócratas franceses de antes de la Revolución, que erigieron un altar a Pan e impusieron tributos a los campesinos para pagar los enormes gastos que les suponía hacer la vida sencilla de los campesinos. La simplicidad a la que el mundo está abocado es el resultado necesario de todos nuestros sistemas y especulaciones, y de nuestra contemplación profunda y constante de las cosas. Pues el universo es como todo lo que contiene; hemos de mirarlo una y otra vez antes de poder verlo. Solo cuando lo hemos visto cien veces, lo vemos por vez primera. Cuanto más contemplamos las cosas, más tienden a unificarse y por lo tanto a simplificarse. La simplificación de algo es siempre impresionante. Y la más impresionante de las simplificaciones es el monoteísmo: es como si observáramos largo rato un dibujo hecho con mil objetos inconexos que, de pronto, con un estremecimiento de asombro, viéramos unirse para formar un gran rostro que nos mira. Poca gente discutirá el hecho de que los movimientos de nuestro tiempo tienden todos a la simplificación. Cada sistema quiere ser más fundamental que el resto; quiere, literalmente, socavar los fundamentos del resto. En el arte, por ejemplo, la vieja concepción del hombre, clásica como el Apolo de Belvedere, fue primero recusada por los realistas, que piensan que el hombre, como realidad de la historia natural, es una criatura de pelo incoloro y cara pecosa. A estos siguen los impresionistas, que van más allá y afirman que, a sus ojos físicos, que son lo único fidedigno, el hombre es una criatura con el pelo rojo y la cara gris. Vienen luego los simbolistas, y dicen que, para su alma, que es lo único fidedigno, el hombre es una criatura con el pelo verde y la cara azul. Y todos los grandes escritores de nuestro tiempo intentan también, cada cual a su manera, restablecer esa comunicación con lo elemental o, como a veces se dice más vaga y engañosamente, volver a la naturaleza. Unos piensan que volver a la naturaleza consiste en no beber vino; otros, que en beber mucho más del que conviene. Unos creen que volver a la naturaleza es convertir las espadas en rejas de arado; otros, que convertir las rejas de arado en bayonetas del ministerio de la guerra británico que no sirvan para nada.° Según los patriotas radicales, es natural que un hombre mate a otros con pólvora y se mate a sí mismo con ginebra. Según los pacifistas radicales, es natural matar a otros con dinamita y matarse uno mismo con vegetarianismo. Si consideramos la ingente cantidad de argumentos paradójicos que necesitan unos y otros para convencerse a sí mismos y convencer a los demás de la verdad de sus conclusiones, sería ciertamente filisteo creer que su pretensión de obedecer a la llamada de la naturaleza merece interés. Pero no cabe duda de que los grandes hombres de nuestro tiempo tiene en común el sostener por muy diferentes vías esta idea del regreso a la simplicidad. Ibsen vuelve a la naturaleza por la descarnada exterioridad de los hechos, Maeterlinck, por la eterna tendencia a la fábula. Whitman vuelve a la naturaleza queriendo ver cuánto puede aceptar, Tolstoi queriendo ver cuánto puede rechazar. Ahora bien, este heroico deseo de volver a la naturaleza es, en algunos aspectos, como el heroico deseo de un gato de alcanzar su rabo. Un rabo es un objeto simple y bonito, de forma ondulada
...