J. J. Rousseau, "El contrato social

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“Dado que ningún hombre tiene la autoridad natural sobre su semejante, y dado que la fuerza no produce ningún derecho, quedan los convenios por base de cualquier autoridad legítima entre los hombres (lib. I, IV)

Otra condición para que el contrato sea válido es el consentimiento de las partes: consentimiento expreso, no tácito pero libre, auténtico.

No puede pactar hechos indignos o contrarios a la moralidad humana: en tal caso serían pactos nulos aquellos que contrajesen para dejarse maltratar, para matarse a uno mismo, etc, porque no hay libertad para renunciar a la propia libertad:” renunciar a su libertad es renunciar a su cualidad de hombre”.

“la esencia del cuerpo político está en el acuerdo de la obediencia y de la libertad”

¿cómo obedecer siendo libre?

Para responder Rousseau se plantea la necesidad de “hallar una forma de asociación que defienda y proteja de cualquier fuerza común a la persona y los bienes de cada asociado, y por la que cada cual, uniéndose a todos, no obedezca por tanto más que a sí mismo y queda tan libre como antes.”

Hay tres puntos argumentados por el pensador:

- Al darse cada uno por entero, la condición es igual para todos

- Al hacerse sin reservas la enajenación, la unión es todo lo perfecta que puede ser

- Al darse cada uno a todos no se da a nadie

Esa es la soberanía: el ejercicio de la voluntad general

Soberanía “hay en el Estado una fuerza común que lo sostiene, una voluntad general que dirige esta fuerza, y es la aplicación de la una a la otra lo que constituye la soberanía”

El termino de pueblo hay que separarlo del populacho, aquellos ciudadanos carentes de propiedades

Para Rousseau la soberanía no puede ser enajenada, cedida ni delegada; no hay, según Rousseau, delegados de esa soberanía: el ejercicio de la misma queda en manos de quienes la poseen.

Voluntad general: “hay mucha diferencia entre la voluntad de todos y la voluntad general: aquella no mira más que al interés común, la otra mira al interés privado y no es más que la suma de voluntades particulares. (lib II, III)

- Se expresa a través de la ley

Resuminedo los caracteres de la soberanía, tenemos que:

- Es inalienable. En caso contrario el pueblo quedaría disuelto en la multitud sometida a un amo

- Es irrepresentable e inalienable

- Es indivisible, aunque ello no quiera decir que se oponga a la teoría de división de poderes establecida por Montesquieu; se opone a la teoría de las partes de la soberanía que admitían los escritores de esa época

Esto se refiere a que el gobierno es un cuerpo de magistrados encargados por el soberano de la realización y cumplimiento de las leyes.

“¿Qué es, pues, el gobierno? Un cuerpo intermediario establecido entre los súbditos y el soberano para su mutua correspondencia, encargado de la ejecución de las leyes, y del mantenimiento de la libertad, tanto civil como política. (…)

Llamo pues gobierno o suprema administración al ejercicio legítimo del poder ejecutivo, y príncipe o magistrado al hombre o al cuerpo encargado de esta administración” (libro III, i)

Y el soberano no puede alienar el poder, pero si delegarlo, conservando siempre el derecho a tomarlo de nuevo en sus manos.

Contrato social: según las teorías contractualistas el Estado es fruto de un pacto o contrato similar al que se producen en la constitución de una sociedad comercial o de una asociación. Asi el estado debe ser visto como resultado de un acuerdo o un contrato que ratificaron todos los individuos racionales y libres de la comunidad

Esta es una metáfora explicativa para resaltar el carácter convencional del Estado

Pacto: para facilitar la satisfacción de las necesidades, los individuos se asocian poniendo su voluntad al servicio de la voluntad de todos