LA VIDA, LA MUERTE Y SUS MISTERIOS.

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Desde el punto de vista del Cristianismo antiguo, se puede decir que diversos grupos cristianos en los primeros tiempos, como los gnósticos, asumieron la creencia en la reencarnación, como elemento fundamental desde muy pronto, ya que esta concepción estaba muy extendida en el mundo clásico y antiguo. Algunos de los Padres anteriores al Concilio de Nicea I para combatir esta filosofía trataron este tema en sus escritos, rechazándola abiertamente y tratando de mostrar sus contradicciones a un pueblo que en aquellos días, probablemente, no tenía problema en asumir dicha creencia, dentro del marco del cristianismo primitivo, al estar éste influido por muchas tradiciones anteriores.

El cristianismo oficial actual rechaza la reencarnación de manera mayoritaria por considerarla una doctrina contraria a la Biblia, difícilmente armonizable con la creencia en la resurrección, y ajena a la concepción salvífica que mantiene esta religión. Sin embargo, cree en el Juicio Final y la segunda venida de Jesucristo, donde toda la humanidad será juzgada según sus obras.

Ahora bien, según la Biblia, nuestro VLS, después de la muerte seremos juzgados por nuestros actos, y según esto permaneceremos en la tierra, nos iremos al cielo o al infierno. Premio o castigo a nuestro comportamiento. Si hoy fuera el Juicio Final ¿Cuál creen que sería nuestro destino?

Ahora bien, como Masones ¿cómo vemos los misterios de la muerte? La Masonería, derivando su sistema de enseñanzas simbólicas de estas asociaciones religiosas antiguas presenta la muerte a sus neófitos como la puerta o entrada a la existencia eterna. El enseñar la doctrina de la inmortalidad es el gran objeto del Tercer Grado. En sus ceremonias aprendemos que la vida aquí, es el tiempo de trabajo, y que, trabajando en la construcción del Templo Espiritual, adoramos de este modo al GADU para quien construimos ese Templo. Aprendemos también que, cuando la vida termina, concluye únicamente para dar vida a otra más nueva y elevada, donde, en un Segundo Templo y en un Aposento más puro, encontrará el masón la verdad eterna. La muerte, por lo tanto, en la filosofía Masónica, es el símbolo de la iniciación perfecta, terminada, y consumada. La representación de la muerte que encuentra su analogía en el tercer grado, ha sido llamada técnicamente La Muerte de los Misterios.

Mi abuela decía que la muerte es la mayor democratizadora que existe, porque nos iguala a todos: ricos, pobres, flacos, gordos, bajos, altos, etc.

Leyendo este texto lo primero que me viene a la mente es que Muerte significa cambio, pero ¿cambio de que realmente?

¿Será que es el cambio de nuestra existencia en este mundo por otra diferente después? Obviamente comprendiendo nuestra Existencia como la finalidad o meta de la vida y nuestra posición referente al resto del mundo.

Cuando hablamos de muerte, sabemos que no hay pruebas científicas de que se haya vuelto de la otra vida; sin embargo, nosotros los Masones al elevarnos al sublime grado de Maestros, como dice Hugo Ramirez, hemos vuelto de la muerte, una muerte ficticia, pero muerte al fin. ¿Cuantos de nosotros hemos recibido esa segunda oportunidad realmente de manera consciente? ¿Cuántos hemos mejorado nuestras vidas de manera sustancial?

Me acuerdo que vi una película en la que a un policía le detectan que se está muriendo, evidentemente era una película de Hollywood y el resultado es que era una equivocación; sin embargo, en el trayecto el hombre cambia, arregla su relación con su ex mujer, sus hijos, encuentra tiempo para colocar una mecedora que no había colocado en 10 años de casado, su vida cambia sustancialmente. ¿Y nosotros? Lo dejo como reflexión personal para cada uno de nosotros.

M:.M:. José Alvaro Benages Salinas

YOTAU FRANZ RESSEL HOFFMANN N°77

Valle de Santa Cruz; Oriente de Bolivia, 29.04.2013 de la e:.v:.