La falta de liderazgo femenino en México

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La causa inherente de esta desigualdad en liderazgo es la inequidad de genero acompañada por el sexismo que esta presente en el pensamiento de la sociedad mexicana. La actitud machista tanto de hombres como mujeres mexicanos perpetua la idea de que el sexo femenino no esta capacitado para llevar a cabo labores diferentes a las de ama de casa; se tiene la idea equivocada de que la mujer trabajadora es por consiguiente mala madre, mala esposa, mala mujer. La cultura mexicana nos ha llevado a creer que para que una mujer pueda ser exitosa ésta tiene que dejar su feminidad atrás, tomando características que dicen ser masculinas, como lo son la fuerza y la determinación. Pero también hay que tener en cuenta que el machismo no solo afecta a las mujeres, los hombres también se ven envueltos en prejuicios sobre lo que significa ser “un hombre de verdad”. Ambos hombres y mujeres nos vemos amenazados por estereotipos que pretenden definir la masculinidad y la feminidad.

Las mujeres mexicanas juegan un papel de gran importancia para la sociedad: por un lado ellas “destinan más del 70% de sus ganancias a la comunidad y a su familia”[4], también son las cuidadoras principales de la mayoría de los niños mexicanos, asimismo conforman gran parte de la fuerza de trabajo no remunerado y desempeñan, en su gran mayoría, todo el trabajo relacionado con el hogar. Pero aun así el papel de las mujeres mexicanas en la sociedad es menospreciado y es considerado como inferior, como lo demuestra la diferencia del 16 por ciento entre el salario femenino y el masculino[5]. El problema radica en la falta de leyes pero primordialmente en la falta de aplicación de la ley.

Como ya había mencionado antes, el problema radica en el sexismo internalizado de los mexicanos. Por lo general se percibe al machismo como una actitud exclusivamente masculina, cuando la realidad es totalmente diferente. Las mujeres mexicanas están condicionadas a vivir subyugadas al hombre ya que existe un conformismo inherente en la actitud femenina arraigado de muchas generaciones. Existe un estigma social en contra de las mujeres que son ambiciosas en su vida profesional porque se les critica de envidiosas y egocéntricas al no poner a su familia primero; pero esto no toma en cuenta que la mujer debe tener todo el derecho de escoger su camino de vida ya sea como ama de casa, profesionista, o ambas.

Se necesitan ejemplos de mujeres empoderadas que demuestren que no por ser líderes fuertes y determinadas pierden su calidad de mujer. Debemos eliminar la idea de que la mujer es sumisa por naturaleza, volteando a ver a líderes femeninas que sean fuertes, compasivas, determinadas, sensibles, firmes, etc. Es imperativo que todas las mujeres tomen control de las decisiones que definen su vida, en vez de dejar que los estereotipos sociales guíen sus vidas en caminos que si fueron completamente libres no tomarían.

Para llegar a una verdadera equidad de género tenemos que buscar el apoyo de la población masculina. No podemos esperar un cambio verídico si solo la mitad de la población esta invitada a participar. La solución tiene que venir desde dentro, los niños y niñas mexicanos deben aprender a respetar y apreciar las diferencias, al mismo tiempo que busquen hacer valer sus derechos.

La equidad de género es un problema determinante en el México contemporáneo y su solución con la acción conjunta de hombres y mujeres es indispensable. Necesitamos abrir paso para que las mujeres mexicanas tomen el control y el poder de sus propias vidas y que puedan influenciar las decisiones políticas y sociales que les afectan. Incidiendo en los programas educativos para que los niños entiendan desde temprana edad la importancia de la equidad de género, levantando la voz en las constates injusticias en contra de mujeres por mas pequeñas que sean, desde comentarios denigrantes en la oficina, en el ambiente educativo y hasta en el seno familiar.

Aunque hemos dicho que falta mucho por recorrer, México ha avanzado en la búsqueda de equidad de género, ya que cada vez hay mas lideres mexicanas en los ámbitos político, educativo, cultural y empresarial; siguiendo el ejemplo de movimientos internacionales como las “Suffragettes” del Reino Unido y mas recientemente, la propuesta de “He for She” de la ONU y el activismo educativo de Malala Yousafzai, las mujeres mexicanas nos estamos abriendo camino al cambio cada vez mas rápido y profundo que llevará a nuestra sociedad a un futuro sin discriminación por género.

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