Noel una historia de amor

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Así al día siguiente por la tarde después de un día cansado por la rutina escolar y de vuelta en casa, Noel se preparó y salió rumbo a la plaza donde vería al chico, se sentó en unos de los bancos que había en aquel lugar, los minutos pasaban mientras sus manos empezaban a transpirar por los nervios que sin sentido se estaban alterando, no comprendía porque, en su corazón los latidos eran cada vez más fuertes, como si esperara a una persona tan importante en su vida, fue ahí cuando finalmente sus sospechas fueron ciertas, le gustaba Javier.

Momentos más tarde éste llego, Noel seguía experimentado esas sensaciones en su cuerpo pero esta vez más fuerte cuando se fijó en su sonrisa y su mirada cautivante, pero trataba de disimular lo nervioso que estaba.

Se saludaron sin saber que decir con voz tímida, lo primero que se le ocurrió a Noel fue invitarle un helado, Javier acepto y fueron a un local de la plaza donde vendían el postre, se sentaron y empezaba la charla.

Ambos retomaron la conversación anterior sobre sus vidas, sus vocaciones, sus inquietudes, empezaban a conocerse más, bromeaban y se hacían reír uno al otro, Noel cada vez más quedaba fascinado con aquella sonrisa que se dibujaba en ese rostro tan nostálgico.

Sin darse cuenta el sol de aquella tarde ya se había ocultado y las horas transcurrían, hasta que Noel observo su reloj que ya marcaba las nueve por lo que salieron muy tarde de la plaza.

Satisfechos y con gusto de haber pasado un buen rato juntos se despidieron.

Y así pasaron días, se veían, se comunicaban, se encontraban. Solían tener una loca pero hermosa amistad, con el tiempo también Javier empezaba a experimentar sensaciones extrañas cada vez que estaba con Noel, pero no pensaba que se trataba de cuestiones sentimentales puesto que hasta entonces era heterosexual, pero aun así después de un tiempo comprendió que le gustaba Noel, ambos sentían lo mismo pero no se atrevían a declararse sus sentimientos por miedo a lo que el otro pensaría o respondería.

Días más tarde llego la feria de la ciudad, una festividad donde hay lugar para todos, Noel invito a Javier, este acepto y fueron, estaban dispuestos a divertirse esa noche, disfrutaron de sus favoritos helados, de los juegos mecánicos, del ambiente, eran como dos niños tratando de llamar la atención sin embargo el miedo los detenía, pero llego el momento de subir a la montaña rusa, llenos de nervios estaban dispuestos a experimentar una gran adrenalina. Estando ahí arriba y sintiéndose valiente Javier grito:

“¡Noel te amo!” fue un momento sensacional, fugaz, Sin poder evitarlo Noel lo besó, fue mágico.

Al bajar de aquel juego conversaron, reconocieron que se amaban y era algo increíble no podían creer lo que estaba pasando, en el tiempo que habían perdido, esa misma noche se hospedaron en un hotel de la ciudad, ni siquiera avisaron a sus padres que no llegarían a casa.

En aquella habitación solo eran los dos solos, se dejaron seducir seducir y permitieron que sus cuerpos frotaran sintiendo su calor, sus manos transpiraban el frio de la pasión, sus labios se tomaban a mordidas y en largos profundos besos, era magia, fuego, desesperación, ¡Por fin, un momento de amor! Ambos estaban tan encendidos que perdieron el control de sí mismo. Así pasaron esa noche tan prohibida pero apasionada.

Así al día siguiente despertaron, Javier se sentía totalmente raro, empezó a ofender a Noel, diciendo que era un error que no debió pasar eso, que él no era gay y hasta invento que tenía una novia, estaba aturdido.

Noel se sintió muy triste, desilusionado y prefirió no decir nada.

Javier salió y se fue a casa, no sabía si disculparse con él, en sus sentimientos había algo que se lo impedía hacer, pronto se dio cuenta que en realidad estaba enamorado de Noel ya sentía algo por Noel, se odiaba a sí mismo, quería conservar su heterosexualidad pero ya no había formas de retar a sus sentimientos. Era como un gran necesidad que sentía en su interior al pensar en Noel, como si el recuerdo de esos ojos llenos de nostalgia le pidieran que no se alejara de él, como si los labios inocentes que había tocado la noche anterior solo pidieran amor, sin embargo aún no entendía el porqué de esos sentimientos.

Entre las cuatro paredes de su habitación, su memoria se llenaba de miles de cuestionamientos, estaba como un niño llorando, había confirmado lo que era, lo que no se imaginaba que un día pudiera ser, ya era realidad y no había vuelta atrás.

Noel trato de ser fuerte y evadir la situación, quería evitar pensar más en el pero de igual forma no podía, aun así mantenía normal su vida.

Días más tardes Noel organizo su fiesta de cumpleaños con el que ya alcanzaba su mayoría de edad, invito a sus amigos con quienes pretendía pasarla muy bien.

Después de muchos preparativos llego el gran día, trato de tener todo bien para que sus amigos se divirtieran, había música, antojos, alcohol y muchas cosas más que él había adquirido.

Era la típica fiesta que cualquier chico desearía realizar.

De pronto sin siquiera imaginarlo llego Javier, gran sorpresa para Noel, no podía creerlo, era como si el mejor regalo que pudiera recibir ese día había llegado.

—Hola Noel, perdón que haiga venido —dijo Javier.

—Hola, no te preocupes eres bien venido —expreso Noel

—Con voz muy apenada dijo Javier —solo quiero disculparme contigo por lo que paso, en realidad te amo demasiado solo que.. —No digas nada, solo cierra tus ojos — interrumpió Noel. Acaricio su rostro y lo acogió con un beso, todos sus amigos hay presentes se sorprendieron y aplaudieron aquella reconciliación aun sin saber que ya tenían tiempo juntos, fue tierno aquel momento.

Javier se quedó para estar en la fiesta y pasarla bien con Noel y sus amigos con quienes muy rápido entablo una amistad.

En un rincón estaba Angie amiga de Noel, la acompañaban unos amigos, Angie era una chica muy vanidosa, caprichosa y casi siempre obtenía lo que quería, esa noche quería experimentar suerte con algún chico.

Y así el destino empezaba a escribir un imposible, Angie vio a Javier y se sentía muy atraída por él, quizás con suerte esa noche podría empezar a conocerlo, pero aún no se arriesgaba porque no sabía si la chica que estaba