Respuestas guion filosofia.Sustancia y accidentes

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Kant no dice que no exista Dios, o el alma espiritual; dice que no podemos saberlo.

- «Materia» y «formas» del conocimiento, según Kant, el idealismo kantiano

La razón humana posee unas «formas» innatas con las que orde-

na y configura las sensaciones que recibimos en los sentidos.

la materia es la suma de todas las sensaciones que

nos llegan de "afuera". Eso es un caos amorfo, dice nuestro filó-

sofo. La mente humana le da lo que hay de orden en el mundo

- Kant y el «reino de los espíritus libres»

La conciencia formula el deber. Se trata de algo real e incondicionado. Es mi propia razón práctica la que me manda obrar moralmente La razón especulativa no puede conocer realidades espirituales. Pero la razón práctica nos impone el deber de alcanzar la perfección moral. Mas, ¿cómo puedo ser sujeto de deberes sin ser libre? De ninguna manera. Y tengo el deber de ser moral, luego tengo el deber de creerme libre.

Pero sólo Dios puede colmar el corazón humano. Y yo tengo el deber de tender a la perfección. Luego la razón me obliga a creer que Dios recompensa la vida

moral. Más allá del mundo físico, existe un mundo espiritual, un «reino de los espíritus», como lo había llamado Leibniz, cuyo rey es Dios y cuyos ciudadanos son los espíritus bienaventurados.

- División de la filosofía según Kant

«El campo de la filosofía ..., se puede reducir a las siguientes cuestiones:

1) ¿Qué puedo saber? Lo responde la metafisica

2) ¿Qué debo hacer? Lo responde la moral

3) ¿Qué puedo esperar? Lo repsonde la religion

4) ¿Qué es el hombre? Encierra las otras 3, y la contesta la antropologia.

- El conocimiento humano

Si nuestro conocimiento fuera solamente sensorial, no seríamos más que animales; si fuera puramente intelectual, seríamos ángeles, espíritus sin cuerpo. Hay una correspondencia entre el tipo de conocimiento y el tipo de ser.

Todas las ciencias son conocimiento de algo, pero el conocimiento es potencialmente todo: se extiende a todo lo que es; el conocimiento es del ser. De lo contrario, sería ilusión o ignorancia. De ahí que el conocimiento, como el ser, no sea el objeto adecuado de una ciencia particular. El conocimiento, como el ser, es objeto de la metafísica u ontología.

- Qué es el mito. Dos tipos de mitos

El mito cumplía la función de explicar el origen del mundo y de las cosas humanas, procedía como si fuera ciencia, ya que aclaraba la causa de las cosas.

El mito usa dos clases de “tiempo”: 1) Un pretérito remoto, ajeno a la cronología y supuestamente anterior al tiempo histórico, que sería el “tiempo” de los hechos primordiales, como la creación del mundo, del hombre, etc.; y 2)Un tiempo cíclico, que abarca en su seno todos los tiempos históricos y da cuenta de ellos.

- El Mito del Eterno retorno

El tiempo cíclico es el Eterno retorno de lo Mismo.

El tiempo parece el dueño del mundo, y éste parece sólo un despliegue del tiempo. Eso parecía encajar en la cosmovisión del mito, y en la idea de un tiempo cíclico.

El Futuro no es nuevo, sólo es un retorno del Pasado. Lo que ya pasó, eso es lo

que pasará; lo que sucederá ya ha sucedido. No puede acaecer nada nuevo.

- Del mito al logos

Consistió en una sustitución de la unidad del tiempo cícli-

co por la unidad de la idea. A diferencia del tiempo cósmico, que

somete y esclaviza, la idea libera.

- Los «naturalistas» jonios

Tales de Mileto fue el primero que se planteó la pregunta por el origen radical de las cosas. Hace referencia a dos aspectos: uno, la causa, otro, la materia de dónde sale todo. Según Tales de Mileto, el arkhé es el agua, ella fue el elemento originario que, al solidificarse o evaporarse, produjo la tierra, el aire, etc.

Anaximandro de Mileto discípulo de Tales, puso el arkhé en algo indiferenciado e infinito, que llamó ápeiron (sin límites).

Anaxímenes de Mileto fue discípulo de Anaximandro y de Tales, subrayó la

idea vitalista de la materia, algo siempre animado de espontaneidad vital (hylozoísmo), por lo que afirmó que todos los elementos son, en el fondo, pneûma, aire. Este aire originario se condensa o enrarece, dando lugar al agua y la tierra, en el primer caso, o al aire común y al fuego, en el segundo

- Heráclito de Éfeso .