Resumen el mundo de Sofía.
Enviado por tomas • 17 de Abril de 2018 • 8.966 Palabras (36 Páginas) • 1.418 Visitas
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el curso de filosofía es enteramente gratis y que si Sofía quiere terminarlo debe enviar una rana o algo verde para que el cartero no se asuste demasiado.
Sofía intenta estudiar, pero no puede dejar de pensar en el asunto del filósofo. Comienza a hacerle preguntas (¿No te parece extraño vivir?) filosóficas a su madre, pero esta no comprende y Sofía le dice que ya ha perdido su capacidad de asombro. Su madre le pregunta si está consumiendo drogas, pero ella dice que estas no te dejan pensar bien y se va, dejando a su madre sola.
Los mitos.
Sofía recibe una carta de su padre que está de viaje y otro sobre amarillo del filósofo. Decide ir de nuevo a el Callejón para leer allí.
La visión mítica del mundo.
Antes de que surgiera la filosofía (600 antes de Cristo) los hombres y mujeres del mundo respondían sus dudas existenciales y universales - preguntas filosóficas – a través de la religión. Se transmitían de generación en generación a través de los mitos. Los primeros filósofos intentaron hacer que la gente dejará de responder todo a través de la religión, pero, antes las personas solo creían en los mitos.
En la mitología nórdica, el hecho de que lloviera o cayeran truenos y rayos se debía, según las historias, a que el dios Thor golpeaba su martillo. Por eso llovía y las plantas crecían. A Thor se le conocía como el dios de la fertilidad.
Los vikingos dividían el mundo de tres formas: Midgard (parte media de la tierra donde vivían los dioses en Asgard) y Utgard (parte externa de la tierra donde vivían los trolls que eran malvados y peligrosos). Todas las religiones siempre tienen una idea del equilibrio entre el bien y el mal.
Thor no solo traía la lluvia, si no que protegía a los hombres del mal y del peligro con su martillo (al igual que todos los dioses). Para ayudar a que los dioses nórdicos realizaran sus proezas se hacían rituales y sacrificios.
El mito noruego más famoso se llama La canción de Tyrim.
Se cuenta que tras una larga jornada, Thor se quedó dormido profundamente en su morada y que al despertar después de turbulentos sueños, su martillo había desaparecido. Se enfureció tanto que las manos y la barba le temblaban y entonces fue en busca de por entonces su amigo Loki para que le ayudara. Juntos, le dieron vueltas sobre quien podría haber sido el autor del robo, y llegaron a la misma conclusión: los gigantes, los eternos enemigos de los dioses, siempre tejiendo intrigas y haciendo intentos de conquistar Midgard, donde residían los mortales y Asgard, el reino divino. Los dos decidieron ir a ver a Freya, para que les dejara sus alas y así volar hasta lo más hondo de Utgard, donde estaba situado Jotunheimen (el reino de los gigantes), con el fin de confirmar sus sospechas.
Una vez allí, se encontraron con Trym, el Rey de los Gigantes, que mofándose de ellos, presumió del robo del martillo y de haberlo escondido a ocho millas bajo tierra; y añadió que no lo devolvería hasta que no lograra casarse con Freya. Thor, con sus poderes extremadamente mermados por no tener en su posesión su martillo, y Loki demasiado débil, no pudieron hacerle frente y decidieron volver a su reino, llenos de frustración e impotencia. Allí, Thor y Loki reúnen a todo el panteón divino y exponen el dramático problema: los gigantes tienen su arma defensiva más importante, lo que da pie a una situación insostenible. Mientras tengan en su poder el martillo, los gigantes tienen poder total sobre el mundo de los humanos y de los dioses. Y a cambio exigen a Freya. Pero tal intercambio resulta imposible: si se desprenden de la diosa de la fertilidad, la que vela por todo lo que es la vida, la hierba en el campo se marchitará y los dioses y los humanos morirán. Es decir, una situación sin salida. Entonces Loki pide a Freya hablar en privado y le entrega un vestido de novia, porque no queda más remedio que casarla. Freya, enfurecida, por la proposición de Loki se niega en redondo ya que los hombres pensarían que se había vuelto loca si se casara con el rey gigante. El dios Heimdal, que había seguido a Loki y a Freya, y que mientras los escuchaba se le había ocurrido una excelente idea, se muestra ante ellos saliendo de su escondite y se la expone a los dos:sugiere disfrazar a Thor de novia, poniéndole el traje, atándole el pelo, tapándose la cara con el velo nupcial y poniéndose piedras en los pechos. Vuelven donde están el resto de los dioses y se la sugiere, a lo que todos aceptan, ya que no queda otra opción, ante la negativa de Freya que hace presente en ese momento. A Thor evidentemente no le hace ninguna gracia, pero no le queda más remedio. Tiene que hacerlo. Loki le acompañará, disfrazado de dama de honor. "Vayamos las dos mujeres a Jotunheimen”, dice Loki, divertido. En cuanto llegan allí, los gigantes empiezan con los preparativos de la boda. Trym, feliz y contento, por su victoria, organiza un gran banquete por la fiesta nupcial y hace que sirvan abundantes manjares, con la “novia” y su “dama de honor” sentadas a su lado, con todos sus vasallos en una gigantesca mesa. Pero la “novia”, es decir, Thor, se come dos bueyes enteros y diez salmones en un momento, ante el atónito Trym. También se bebe tres barriles de cerveza, finalizando con un gran eructo. Trym, extrañado, empieza a sospechar, pero Loki, consigue salvar la situación. Explica que “la novia” no ha comido en ocho noches, por la enorme ilusión de casarse con tan magnífico rey. Trym, contento y conformado, hace que prosiga el banquete. Ya finalizando, Trym, algo bebido, se acerca a “la novia” y le empieza a quitar el velo, empezando a desatárselo por arriba, para besarla, pero retrocede de un salto aterrorizado, al encontrarse con unos agudos ojos, los de Thor. Loki vuelve a salvar la situación, explicándole que no ha dormido en ocho noches por la enorme ilusión de casarse con tan apuesto varón. Creyéndolo de nuevo, Trym ordena empezar ya la ceremonia de casamiento y ordenó que trajeran el martillo para ponérselo sobre las piernas de “la novia”. Se cuenta que Thor se echó a reír como nunca se había reído, de forma tan estrepitosa que hasta al resto de los dioses les llegaron el eco de sus carcajadas, cuando le llevaron su martillo. Primero mató con él a Trym, que se había quedado tan estupefacto que no tuvo tiempo de reaccionar y luego a toda la estirpe de los gigantes. Y así el siniestro secuestro tuvo un final feliz y Thor volvió a cabalgar los cielos con su carro, repartiendo rayos y truenos.
Con el mito se busca dar una explicación a algo: sequias, falta de comida, etc. Muchos de los hombres ayudaban a los dioses a través de los rituales para
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