A continuación, se pretende realizar un análisis crítico sobre los diferentes aportes que realiza Sánchez (1954) en cuanto al estudio de la sociología y la política criminal, así como el impacto en la sociedad de los elementos expuestos.

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En cuanto a lo anterior, es indispensable valorar el aporte histórico a la construcción y conceptualización tanto de un enfoque como del método de análisis, aplicación y alcances de la política criminal. El repaso de la génesis y evolución del concepto, permite identificar, cómo el mismo ha ido transformándose según el contexto y el momento histórico en que se aplique, de modo que se adapte y brinde respuesta a las necesidades y demandas de la actualidad, de forma que se mantenga vigente ante la dinámica social.

Sánchez (1954), por su parte, define la política como “un método de lucha preventista, preparatorio y de conocimiento de la realidad criminal potencial, para así poder llegar, al menos a disminuir las causas sociales de la delincuencia” (p. 148)

El autor además, indica que la política criminal en la lucha contra el delito podría dividirse en dos partes importantes, una de prevención observadora y otra de represión, siendo el objeto de la primera evitar la delincuencia. En el caso de la segunda, aparece cuando la prevención no tiene éxito, por lo tanto se recurre a la aprehensión de quien perturba el orden social.

En cuanto al planteamiento de la política criminal como preventiva el autor señala, “legislando las medidas adecuadas al momento, se anticipa, mediante una política preventista, elaborar una sabia política criminal de vacunación a las conductas delictivas y antisocial” (p.149)

Tal señalamiento hace referencia directa y se vincula con lo planteado anteriormente en el análisis, y que se refiere a la posibilidad de modificar las condiciones culturales, políticas y sociales, de modo que se manifieste un impacto directo en la prevención y/o modificación de conductas que puedan generar acciones delictivas o relacionadas a la alteración del orden socialmente establecido. El estado tiene la posibilidad de realizarlo mediante la propuesta y aplicación de política pública, específicamente a la relacionada con política criminal.

Como parte del análisis del proceso de socialización, surge el papel de grupos exógenos que tienen participación en el mundo circundante. El autor identifica tres grandes sectores que deben ser sujetos del ejercicio de observación, el primero de ellos corresponde al Mundo económico, en el cuan confluyen el “Grupo capitalista”, “grupo acomodado” y “grupo proletario”.

El segundo hace referencia al Mundo circundante cultural. Y por último, se ubica el Grupo Político.

Los tres elementos repercuten de forma diferente en las causas que originan la criminalidad, sin embargo su impacto se palpa en la vida cotidiana de las personas, pues son estas las que se ven afectadas directamente por las decisiones que se toman por parte del Estado y las distintas autoridades para dar respuesta a las acciones vinculadas con la alteración del orden social.

Por último, el autor concluye “que el interés de esta parte de la política criminal no radica sólo en los medios sociales propicios a la contaminación delincuente por diferentes factores de índole exógena (…) sino al medio social en general, auscultando aquellas capas sociales que menos son dadas al delito de picaresca y que casi siempre han sido desestimadas en este orden de cosas, pues es de estimar que en todos los medios sin distinción, el empirismo machacón nos da la razón del fundamento de su estudio y observación como otras tantas fuentes de perturbaciones sociales, muchas veces de más peligro y entidad.” (Sánchez, 1954, pp. 154-155)

Es por esto, que se vuelve fundamental la aplicación adecuada de un instrumento de observación y análisis crítico constructivo, pues de esto dependen las decisiones que toma el Estado para intervenir la realidad.

Bibliografía

Sánchez, A. (1954) Sociología y Política Criminal. Revista de Estudios Políticos, Edición número 73 Disponible en: