ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA.

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c) La Vida Intelectiva: Es propia del hombre, en ella se rompe la necesidad del circuito estímulo respuesta. El hombre es capaz de moverse en orden a un fin que el mismo se ha fijado. Esto es posible por medio de la razón.

El hombre asume, por el principio asunción eminente, los grados inferiores. El hombre puede captar la realidad en cuanto es en sí. La inteligencia genera una distancia objetiva. El animal actúa por estímulo, de igual manera el hombre, pero humaniza estos estímulos.

El hombre hace un análisis en la cual hay un orden, tiene la capacidad, por la inteligencia de conocer el ser y la esencia de los entes.

El hombre no esta determinado por los aspectos biológicos. Puede sentir hambre o sed como el animal. La diferencia esta en que el hombre, a esas necesidades responde con conductas reflexionadas por la inteligencia y por el acto de la voluntad.

5. - El Conocimiento Sensible.

La sensibilidad externa.

La sensación capta cualidades sensibles o accidentes particulares de los cuerpos, pero no su naturaleza o su esencia.

Aristóteles entiende lo sensible a diferencia de lo intelectual o inteligible, como modo de percibir, en que cada modo de percibir tiene su propio objeto, que son los llamados sensibles. Ellos están ubicados en distintas partes de nuestro cuerpo, captan en forma directa las propiedades materiales de las cosas que se encuentran al exterior. Ponen al ser vivo en contacto con el medio físico, en el cual tiene que vivir y adaptarse. El objeto de los sentidos es medio físico o universo material.

Las cualidades sensibles son objeto de los cinco sentidos externos, el sentido de los colores: la vista; el de los sonidos: el oído; el de los sabores: el gusto; el de los olores: el olfato; el de la resistencia: el tacto.

En términos aristotélicos, los sensibles se dividen en tres clases: dos directamente perceptibles y los sensibles indirectamente perceptibles o sensibles per accidens.

Perceptibles por un solo sentido, como los que se pueden llamarse “sensibles visuales”.

La sensibilidad interna.

Los sentidos internos son facultades que no se desarrollan al exterior del cuerpo del hombre, sino al interior de este. Estos sentidos recogen, conservan, estiman y evocan las sensaciones ya pasadas. y se distinguen de los sentidos externos, tanto por el órgano en que residen (el cerebro), como por su objeto propio. Los sentidos internos son cuatro Percepción, Imaginación, Estimativa y Memoria.

Percepción: Nos damos cuenta que las sensaciones no se dan aisladas, sino que al captar un ente se complementan entre si y forman una unidad. La percepción es la “actividad cognoscitiva que lleva a cabo la unificación de las sensaciones mediante una síntesis sensorial”[1]. Unifica las sensaciones y las atribuye a un único objeto, que se percibe como sujeto de las distintas cualidades sensibles primarias y secundarias”[2]

Imaginación: “Es aquella facultad que conserva, reproduce y compone o divide las imágenes aprehendidas por los sentidos externos”[3].

Estimativa: Se puede afirmar que la estimación es una cierta anticipación del futuro: rige el comportamiento que voy a tener respecto del objeto valorado”[4] .

Memoria: “Facultad orgánica de reconocer lo pasado..., sus funciones son: conservar (el recuerdo de una cosa), reproducirlo o evocarlo y reconocerlo como ya pasado”[5].

6. - El cuerpo como sistema

El cuerpo en el hombre está al servicio de la funciones intelectivas, por lo tanto, la forma del cuerpo humano está diseñada para un ser pensante.

El cuerpo tiene un carácter sistemático. El hombre es bípedo, tiene las manos libres; éstas son órganos perfectos para un animal inteligente, “las manos son multiuso”. El hombre tiene una postura erecta, gracias a su columna vertebral que está de forma vertical. La mandíbula ha evolucionado, la tiene pequeña para hablar, constituyendo al hombre en un ente parlante. También es corporalmente comunicativo.

Esto nos muestra que le hombre está abierto a una inmensa cantidad de posibilidades. El hombre es cosmopolita, por que construye su hábitat en cualquier medio para su supervivencia, adaptándolo a su forma de vida. En cambio los animales si no se adaptan al medio se mueren. Todo esto el hombre lo logra por su inteligencia.

7. - Constitución dual del hombre

Hemos visto que el hombre tiene un cuerpo. Este cuerpo, a la vez, está informado por su alma racional, por lo tanto, en el hombre hay una dualidad de cuerpo y alma. El cuerpo y el alma son dos principios inseparables.

El alma no se opone al cuerpo. El hombre, y todo ser vivo, tiene dos dimensiones: Una materia orgánica y un principio que organiza y vivifica esa materia. El alma es el primer principio vital de los seres vivos, lo que les hace ser y ser lo que son. El alma humana tiene carácter espiritual, por lo tanto, de aquí podemos deducir la inmortalidad del alma. Lo material es dado a la corrupción y al ser el alma del orden espiritual, no se corrompe. La inmortalidad del alma nos demuestra el sentido trascendente del ser humano.

Bibliografía

- Yepes R. Fundamentos de antropología. Navarra, EUNSA 1998.

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