Actividad 2 Ética Profesional.
Enviado por Ledesma • 12 de Marzo de 2018 • 2.050 Palabras (9 Páginas) • 541 Visitas
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plenitud, la ética debe partir de los hechos históricos; debe conocer, por ejemplo, el desarrollo de la moral egipcia, china, homérica, etc.
La etnología, la historia y la antropología, muestran que todos los pueblos han tenido un ideal morral. Estas ciencias ilustran a la ética sobre los cambios que ha sufrido la moral desde sus orígenes. Apoyándose en los datos proporcionados por estas ciencias, la ética plantea problemas como el del progreso moral: ¿ha progresado la mora?, ¿en qué forma?, ¿bajo qué leyes?
3.5 Ética y política:
Hubo un tiempo, en la antigüedad clásica, en que moral y política se identificaban plenamente. En Platón y Aristóteles la Política no es más que un coronamiento o un apéndice de la Ética. El buen ciudadano era al propio tiempo el hombre virtuoso. Platón consideraba que el hombre más capacitado para dirigir los destinos de la polis era el arconte o sabio, porque en él se daban, en forma innata, las virtudes de la sabiduría y la prudencia. Según Platón, el hombre necesita de la polis para alcanzar la virtud; solo unos pocos, como el sabio, son capaces de alcanzarla por sí mismos. Según Aristóteles, e bien político es más alto de los bienes humanos. "en la doctrina aristotélica el fin de la Ética y el de la política son idénticos de la felicidad, el vivir bien (a diferencia del simple vivir), la vida perfecta y suficiente, para la que se requieren, lo mismo en el caso del Estado que en el individuo, no solo la virtud, sino también, en la medida precisa, los bienes exteriores.
Una diferencia que se establece entre Política y moral consiste en que la primera tiene mayor amplitud, pues abarca toda la vida de la sociedad. En cambio, la moral tiene en cuenta el desarrollo de la conciencia de los individuos, establece relaciones más personales.
Así como la política puede darse vinculada con la moral, cuando la actividad política persigue la formación moral de los ciudadanos; cuando la actividad política es del todo indiferente a los preceptos morales, siendo su único desiderátum la consolidación del poder político. Esto puede observarse, por ejemplo, en la concepción Política de Maquiavelo, quien tal vez podría ubicarse en lo que se llama realismo político, tendencia legitima a hacer de la política una esfera específica, autónoma, y a no limitarla a los buenos deseos o intenciones del político; dicho realismo busca ciertos efectos a cualquier precio, cualesquiera que sean los medios a que haya que recurrir (no importa que estos vayan en contra de la moral).
Las relaciones entre política y moral deben buscar un justo medio, como afirma Sánchez Vásquez: "Ni renuncia a la Política en aras de la moral (como el moralismo abstracto), ni exclusión de la moral en aras de la política (como quiere el realismo político).
3.6 Ética y religión:
Las religiones nacen de la experiencia vivida por personas concretas y por pueblos concretos y por pueblos concretos de que Dios salva del pecado, de la muerte y del absurdo, lo cual tiene mucho que ver-todo que ver-con alcanzar la felicidad. Pero desgraciadamente en muchas ocasiones se han olvidado de que Dios “Es el que salva” y se han empeñado en que Dios es “el que manda”, sobre todo “el prohíbe”.
Como es natural, toda religión lleva aparejada una mora, unas orientaciones para la forja del carácter y para adquirir hábitos humanos, y la actuales morales tienen todas en muy buena medida orígenes religiosos. Pero, en occidente, el proceso de modernización supuesto el retroceso de las imágenes religiosas del mundo y, tratando de buscar un fundamento racional, común a creyente y no creyentes. Lo cual no significa que en ella no tenga una parte fundamental el sentimiento, que, por supuesto la tiene, si no que una moral racional ha de ser aceptable por toda persona, creyente o no.
Este proceso de independización de la moral con respecto a la religión ha culminado en una “ética cívica” o “ética civil”. Llamamos “ética cívica” al conjunto de valores morales que ya comparten los distintos grupos de una sociedad moralmente pluralista y que les permiten construir su mundo juntos precisamente por compartir esa base común.
Ahora bien, es importante recordar que una ética cívica situada a la altura de nuestro tiempo, como es el caso de la Ética civil propia de las democracias liberales pluralistas, difiere poco en el contenido del de una moral religiosa, igualmente situada a la altura del tiempo; sobre todo, en lo que se refiere a unos mínimos de justicia. Porque una y otra exigen que se respeten los derechos humanos, valoran la libertad, la igualdad y la solidaridad, rechazan la intolerancia y la tolerancia pasiva, y apuestan por una actitud dialógica para resolver los conflictos. ¿Qué aportan entonces las religiones?
3.7 Ética y economía:
Desde un punto de vista ético, ¿Qué se puede decir de la economía de mercado como sistema de organización mediante el cual se regula la producción y la distribución de los bienes dentro de una sociedad?
Si por economía de mercado se entiende un sistema cuyo criterio definido gira en torno a los mecanismos de oferta y demanda, la respuesta ética no es y no puede ser otra que la de un rechazo, porque resulta dañina a las personas, consideradas en su totalidad antropológica pluridimensional.
De hecho, la vida económica se reduce a una lucha de todos contra todos, discriminando a favor de los más fuertes. En el contexto de un mercado, cuyo motor es el afán por la ganancia, no cabe la compasión junto con el espíritu competitivo cuando este no está relacionado con la solidaridad.
Somos testigo del fracaso de la economía en los países comunista del Este, pero seguimos con el problema que ellos mismo pretendieron resolver: la pobreza. La desaparición de un modelo alternativo no ha resuelto el problema de muchos: la pobreza y la miseria de tres cuartas partes de la humanidad. En el fondo, la economía de mercado no ha sabido hasta ahora (¿quizás o puede ser?) resolver el problema central de la actividad económica.
La gran falla de la economía de mercado es que tiene una eficiencia excluyente: eficiencia en cuanto es capaz de crear riqueza, excluyente en cuanto resulta incapaz de distribuirla. “el mercado como sistema se caracteriza a la vez por su eficacia y su justicia.
Pedir la misma sensibilidad para ambas es pedir que no se quieran resolver los aspectos de eficacia estructuralmente, y los de justicia por mera conversión personal.
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