Análisis de la carta encíclica Laudato si del Papa Francisco
Enviado por Kate • 23 de Octubre de 2017 • 1.300 Palabras (6 Páginas) • 894 Visitas
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Es un hecho demasiado obvio de que los diferentes problemas relacionados con el medio ambiente están bastante presentes en los debates actuales; en este sentido, muchas cosas de lo que dice el Papa Francisco son cosas que ya han sido subrayadas por otras personas o instituciones. Sin embargo, el texto está atravesado por algunos ejes temáticos que aportan una perspectiva novedosa a la manera de abordar la cuestión del medio ambiente: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida. Lo más novedoso de la encíclica, como lo dije anteriormente, más que el contenido, es la perspectiva de la reflexión del Papa. La responsabilidad humana frente al cuidado del medio ambiente es una cuestión de toma de conciencia, porque probablemente nosotros, de esta generación, no vamos a ser testigos de la catástrofe final, aunque muchas personas, sobre todo las más pobres y las más vulnerables empiezan ya a sufrir de las consecuencias del cambio climático, sino que son las generaciones futuras quienes sufrirán las consecuencias de la irresponsabilidad de la generación nuestra.
A modo de conclusión, Papa Francisco piensa que la metodología que más conviene para resolver este problema que confronta la humanidad es la promoción de una educación y una espiritualidad que pueda llevarnos a una cultura ecológica basada en otro estilo de vida. Eso se hará redefiniendo la relación entre el ser humano y la naturaleza. Hay que partir del hecho de que la tierra no es sólo una fuente de recursos inagotables, sino que es primero y esencialmente nuestra casa común. La cuestión de una educación ecológica es muy importante porque la responsabilidad no es sólo de los líderes políticos y de las grandes empresas que tienen que ver directamente con la explotación de los recursos naturales, sino también es una responsabilidad individual. Es decir, una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del consumismo inconsciente e inconsiderado. Esa nueva manera de ser es lo que nos llevará a un cambio de mentalidad radical y que luego nos ayudará a hacer presión e incidencia sobre las políticas públicas y privadas sobre el uso de los recursos naturales. El Sumo Pontífice termina la carta encíclica diciendo que todo ello será más sencillo si parte de una mirada contemplativa que viene de la fe. Para el creyente, el mundo no se contempla desde afuera sino desde adentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres.
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