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Análisis del sujeto moral (ficción)

Enviado por   •  22 de Diciembre de 2018  •  2.101 Palabras (9 Páginas)  •  416 Visitas

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Puede que el sacrificio estuviese justificado desde sus preceptos morales, pero no era justo sacrificar la vida de una niña que poco tenía que ver con su causa de conseguir el trono, a cambio de ganar una batalla. Era más factible retirarse, perder a algunos guerreros en el camino y volver con más hombres, más fuertes y más preparados para enfrentar a los Bolton y derrotarlos.

Análisis del sujeto moral (personal)

Daniela Rodríguez es una chica de 18 años de edad. Hija única de familia conservadora y bastante creyente en la religión católica. Su educación a petición de ambos padres, fue en un colegio femenino y religioso, para que aprendiese los valores de la iglesia. Durante la mayor parte de su infancia fue una fiel creyente y bastante disciplinada en el colegio. Con el paso de los años fue desarrollando mucho más su personalidad y cambió muchos de los principios que su familia le había enseñado a lo largo de los años.

A pesar de estar en un colegio religioso, varios de sus profesores impulsaron en ella una visión mucho más humana y real del mundo. Aquí se enamoró de las letras y la investigación de lo social. Su vida escolar no fue escandalosa, se caracterizó por se bastante calmada y poco interesante. A decir verdad, durante este tiempo ella tenía muchas ansias de conocer el mundo, de salir y divertirse como sus compañeras, pero su familia se lo tenía prohibido y ella nunca fue por encima de ellos.

Daniela valora mucho la amistad, la sinceridad, el cambio y el perdón. Para ella es muy importante que cuando alguien se equivoca, admita su error y no deje que el orgullo le gane. A pesar de eso ella sacrifica bastante su tranquilidad y su tiempo por cumplir con deberes y asuntos que ella promete. En muchas ocaciones ella pierde buenas amistades por su compromiso con el trabajo y su necesidad de hacer un trabajo perfecto.

El padre de Daniela tiene un gran problema con el alcohol, desde que ella tiene memoria su padre toma todos los días hasta dormirse. A pesar de que con el tiempo ha ido controlándolo, ha sido una carga bastante fuerte para ella y más aun cuando en su estado de embriaguéz su padre suele buscar pleitos por cualquier cosa.

En el siguiente caso, Daniela se encontraba bastante triste por algo que había ocurrido con una pareja que tuvo, no causó alboroto, ni lloró, sólo decidió quedarse un rato en su cuarto y respirar para no molestar a sus padres. Cuando salió, su padre con tragos en la cabeza empezó a gritarle que su actitud siempre era la misma, que ella estaba destruyendo a la familia y todo por una estúpida relación. Le dijo que era una tonta por sentirse triste, que debería estar todo el tiempo feliz, o almenos pretenderlo cuando estuvieran en familia entre otras cosas que le molestaron mucho.

Seguido de esto hubo una pelea bastante fuerte y su padre se acostó a dormir. Cuando pasa esto el de repente olvida todo lo que pasa o pretende hacerlo y actua con normalidad, como si nada hubiese pasado. Su padre había sido muy grosero con ella en esta discusión y más cuando ella no se sentía con el ánimo de hacer algo y mucho menos discutir. Aunque su padre tuviese algo de razón con relación a su pareja amorosa, no era ni la manera ni el tono para decirlo.

Ella tuvo dos cursos de acción en su cabeza ante esta pelea. Hacer como si nada hubiera pasado y seguir como si eso no hubiese importado, manteniendo la tranquilidad de la casa y la de su madre. O tomar cartas en el asunto y mediante un voto de silencio mostrar su inconformidad hasta que fuese capaz de pedirle disculpas, aún si esto podría traer consecuencias muy negativas en la familia, creando tensión y peleas entre todos.

Finalmente opta por la segunda opción y decide no dirigirle la palabra a su padre hasta que él fuera capaz de hablar con ella y arreglar las cosas. Esta decisión ella la toma con rabia y molestia. Se sentía muy frustrada al saber que su padre podría decirle cosas horribles y groseras y después de un rato volverla a tratar como si nada hubiera sucedido, sentía rabia que su madre no fuera capáz de defenderla y le dejara decir lo que quisiera, aun cuando ella misma le había dicho después que no estaba de acuerdo con el comportamiento de su padre.

Hoy en día ,analizando bien la decisión, sé que no fue la opción correcta. Fue más bien llevada por la furia del momento y llevó a problemas mucho más serios no solo con su padre sino con su madre. En ese momento sólo aparecieron esas dos opciones a escoger, no se plantearon alternarivas que hubieran hecho un cambio sustancial en como se desarrolló el problema y tal vez hubiera recibido las disculpas que ella quería.

Si pudiera devolver el tiempo y cambiar mi decisión, hubiera esperado a que mi temperamento bajara, a estar más calmada e intentase hablar con él por medio de una carta, haciéndole saber cómo me sentía desde una manera delicada pero firme, las cosas se hubiesen tornado muy diferentes. Con las palabras correctas para que mi idea le llegara y la situación se reduciese a un intercambio pequeño de palabras, un perdón y un abrazo, las cosas se habrían solucionado así de sencillo. Puede que aunque hubiera cambiado de decisión las cosas no hubiesen cambiado, el curso de las acciones es incierto, pero eso nadie lo sabrá. Aún así, me queda el remordimiento de haber actuado por el impulso de la rabia y no por el de la razón.

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