Cementerio General de Santiago

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En primer lugar, se trabajará con información previa de diversas fuentes, que facilitará la planificación del trabajo etnográfico en los dos espacios que visitaremos, con el fin de lograr caracterizarlos de la mejor manera. Por otra parte, por medio del trabajo de campo

Observaremos y analizaremos como la gente que trabaja y visita estos sitios está relacionada e informada de los hechos que llevaron a la creación de estos memoriales.

Se considera la aplicación de entrevistas semi dirigidas con preguntas mayormente abiertas y sin un orden estricto, donde el entrevistado pueda expresarse de la forma que quiera, con el fin de reunir datos relevantes acerca de la historia de estos sitios, las características propias del lugar y los principales hechos que marcan la afluencia de público al Cementerio.

- Desarrollo

Llegar al cementerio produce una marejada de ideas y pensamientos intensos; la segregación presente en los diversos entierros es evidente en cada esquina, mausoleos prominentes y lujosos frente a nichos deteriorados con el paso del tiempo, tumbas que presentan un evidente olvido (puede ser debido a que ya no existe alguien que pueda o quiera ir a dejar flores, ordenar, etc. o simplemente un total abandono físico), el sentimiento perturbador de caminar entre aquellos espacios. El recorrido por el cementerio es agradable para quien busca disfrutar de una buena tarde, árboles y arquitectura extraordinaria, pero transcurridos unos minutos, tras andar entre calles y pabellones, es imposible que no penetre en la mente esa charla filosófica contigo mismo/a, quedar inmersa en la reflexión sobre el valor de la vida y nuestros ritos culturales ante lo único que tenemos seguro: la muerte.

Por avenida Recoleta, en el patio 102 del cementerio general de Chile, abrazado de árboles y arbustos, se encuentra el Memorial del Detenido Desaparecido y del Ejecutado Político: "Todo mi amor está aquí y se ha quedado pegado a las rocas, al mar, a las montañas..." a la izquierda se encuentra la lista de detenidos desaparecidos y a la derecha los ejecutados políticos.

Cada día, pasan frente al memorial mínimo unas 25 personas, las reacciones son variadas, y mientras algunos van a conocer, otros a investigar, a veces saciar la curiosidad, en ocasiones personas continúan por su camino e ignoran el memorial, y otros dedican un momento a recordar. La mayoría de las lápidas mantienen flores en buen estado, se evidencia preocupación, sin embargo existen varias que no tienen nada. Incluyendo lapidas sin ningún grabado.

El trabajo del mármol, piedras, el camino, pasto, etc. tuvo mucho gasto monetario, una fundación se encarga de su mantención.

Entre Avenida México por el norte, Avenida O'Higgins por el este, la calle Los Copihues por el sur y calle Los Maitenes por el oeste se encuentra el patio 29 , la parcela que fue lugar emblemático de las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre 1973 y 1990, es testimonio del procedimiento llevado a cabo para ocultar los cuerpos y las identidades de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante el régimen militar, símbolo de la lucha por la verdad y la justicia para que nunca más el derecho a la vida sea ultrajado.

Aun así, al consultar a visitantes del cementerio en diferentes lugares y horarios, pocos sabían la ubicación o la historia tras esa parcela, sus rostros reflejaban la duda y se marchaban disculpándose por no poder ayudar. La señora Elia, que se encontraba visitando el nicho de su madre, caminaba tranquila por un pabellón, al pedirle ayuda con la ubicación del patio 29 le vino la intriga, y al contextualizarla quedo realmente impactada, ella no tenía conocimiento de que el monumento se encuentra en el cementerio general a pesar de haber vivido todo el proceso de la dictadura. La memoria tiene una acción transformadora, se extiende como una tarea permanente y necesaria para la reflexión individual y colectiva desde el presente, por ende, tenemos que fomentarla y no solo en los hechos acontecidos aquellos años, sino que en todo lo que deriva de la dictadura hasta nuestros días y se refleja en cosas tan simples como la unión vecinal, se trata de no volver a ser vencidos: "Para que nunca más”.

También el sitio es objeto de investigación para muchas personas, y el único encargado del patio que sigue trabajando en el cementerio es un hombre de baja estatura, cabello encanecido, ojos brillantes y voz profunda: "Don Lelo", él responde todas las dudas, compartiendo sus recuerdos valientes, nostálgicos e

impactantes a quienes estime conveniente, al solicitar su ayuda su primer comentario fue: "¿Son periodistas? No quiero saber nada de periodistas, ellos escuchan una cosa y dicen otra".

El patio al ser monumento nacional es principal preocupación de los trabajadores que mantienen el cementerio, sin embargo, Don Raúl, amigo de Don Lelo, nos cuenta con voz relajada pero un tanto frustrada: "De pronto uno puede encontrar un calcetín para secarse, una toalla, pero no en estas fechas claro, cuando hace calor. Es que uno es inculto (...) Y sólo se acuerdan el 11 de todo lo que pasó, el resto del año, nada."

Don Raúl lleva alrededor de 30 años trabajando en el cementerio, observa el cielo y cruza sus brazos: "Ya no es como antes, antiguamente venia mucha gente para San Guillermo, las Marías, los Luchos, todos esos santos mal llamados. (...) se llenaba de floristas, vendedores ambulantes, venían los papás con los hijos, la juventud es reacia a venir ahora ya que tienen muchas otras facilidades, y tampoco se les enseña..."Pese a ser un ambiente muy lúgubre la cooperación es inmediata, una muy buena disposición.

Finalmente, otro punto importante, más allá de esta descripción, es la inexistente voluntad política por parte del estado en tareas de reparación, tan solo tener presente que los abuelos, ex presos políticos están en huelga de hambre desde el 18 de abril (2016).

- Conclusión

Gracias a este trabajo, pudimos darnos cuenta de todo lo que alberga el Cementerio General, y como marca el sector en donde se encuentra. Lo indiferente que puede pasar para algunas personas, un lugar que alberga tanta historia de nuestro País, y que marcó tanto nuestra sociedad.

Pese a que el patio 29 es tan “famoso” por las personas que ahí yacen, aún hay individuos que no tienen idea dónde se encuentra o quienes se encuentran en el lugar, pasando desapercibido como pastizal, o simplemente, formando parte del paisaje.

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