¿Cómo es la Educación de la Modernidad?

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A lo que Freire plantea “en el carácter elucidador que tiene la palabra, pero no cualquiera, sino su palabra. Lo que quiere el docente es que cada alumno se apodere de su discurso, que lo transforme y se transforme” Lo que finaliza diciendo “que la verdadera educación es diálogo”[4] . Esta conclusión de dialogo quiere decir que es una relación horizontal, nace de una matriz crítica y genera critica. Se nutre de amor, humildad, fe, esperanza y confianza. Por eso el dialogo comunica.

Ese carácter reflexivo y activo que tiene la palabra para Freire lo relaciono con el carácter de práctica teórica que le otorga Cohan a las acciones humanas. Él mismo dice: “lo reconozca o no quien la lleva a cabo, toda práctica está ya de algún modo informada de teoría”[5] Para Cohan, esa práctica teórica toma un carácter filosófico cuando se propone “descubrir, exponer y valorar las ideas, creencias y saberes que están presupuestos”[6].

La actitud filosófica se relaciona con esta búsqueda porque, según vimos en clase acerca de la doble sujeción que analiza Foucault, la pregunta por el qué somos puede conducir a la toma de conciencia de ese estar sujetados. Somos doblemente sujetos a dispositivos de control y a nuestra identidad.

Lo que para Foucault es conciencia de la sujeción, para Freire podría ser conciencia de la opresión .En este sentido, “concienciar, pues, no es sinónimo de ideologizar o de proponer consignas”[7], es problematizar y pensar la realidad para descubrir el camino a la liberación. Pensar, como dice Cullen, “Se trata de saber estar con los nombres desnudos y con los sujetos desfondados y, desde ahí, crear el mundo de vuelta”[8]. La idea de creación asociada al pensamiento creo que es la transformación asociada a la palabra.

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