MODERNIDAD FILOSOFICA Y EDUCATIVA

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Dentro de la modernidad, los objetivos de la educación fundamentalmente se encuentran dirigidos hacia la producción de un sujeto culto, buen ciudadano, con una personalidad adecuada y un buen trabajador, (Gimeno, 1998) donde se comprende la educación como principal vehículo para el desarrollo, generando (a largo plazo) beneficios económicos, sociales y culturales, representados en los avances, en la apropiación, implementación y creación de nuevas tecnologías y los avances de la ciencia.

La educación más allá de las aulas, comprendiendo actividades y fenómenos que ocurren fuera del sistema educativo formal, involucrando la familia, la comunidad y los medios de comunicación, además de incorporar herramientas y tecnologías informáticas como mediaciones favorables para el aprendizaje y la investigación, también se rescata el establecimiento de redes y diálogos que beneficien la incorporación al mundo laboral, asimismo el pensar la educación y el aprendizaje como continuos en el tiempo y la vida de los sujetos, finalmente se propone que el sistema educativo contribuya eficazmente a la formación de ciudadanos proactivos y críticos en el ejercicio de la ciudadanía como protagonistas.

Este vistazo sobre la educación, su responsabilidad con los sujetos y la construcción del país, se encuentra delineada por la concepción del sujeto, donde se concibe en plena expresión de su poder de transformación y cambio, es decir, el ser humano, ha dejado de ser percibido como un objeto que hay que educar para la vida, teniendo un fin en un punto concreto; ahora se al hombre como un sujeto capaz de cambiar, transformarse, de recrearse y junto con él el mundo que le rodea; de hecho, podría decir que construirse es cambiar, construir el mundo, esto implica que el hombre en su máxima expresión es un ser activo, es el actor principal de su educación y decide qué hacer con ella durante toda su existencia.

La modernidad definió un nuevo modo de acceso al conjunto de prácticas sobre las que se sostenía la educación. Un desplazamiento en la comprensión del hecho educativo, ha legitimado el acceso a la verdad por fuera de los parámetros clásicos, bajo coordenadas de comprensión muy distintas que las del acceso al conocimiento del sujeto por sí mismo. Toda esta nueva línea de pensamiento focalizará su atención en la disociación entre sujeto y verdad. Este trabajo se adentra en algunos recorridos conceptuales posibles desde los que pensar las transformaciones que siguen a este orden de fenómenos.