Deterioro de la dignidad

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Muchos de los Derechos Humanos y los derechos de los mexicanos como ciudadanos se basan en mantener una vida digna cimentada en el respeto, la tolerancia y la comunicación asertiva; pero lamentablemente la realidad es otra. Tan sólo en nuestro país se ven un sinfín de acontecimientos que violan la dignidad humana de las personas en cuestiones como empleo, educación, etnias, religión, creencias, orientación sexual, entre otras. Es indiscutible el aceptar los valores consagrados en nuestra Constitución que son la base de nuestra sociedad, y si esta base no está lo suficientemente firme para soportar los actos que amenazan la integridad, todo se derrumba.

Cabe mencionar que en muchas ocasiones, los seres humanos somos los que optamos por perjudicarnos unos a otros con repercusiones significativas en nuestra dignidad; ya sea directamente por medio de agresiones, actos de discriminación, limitantes y rechazo a nuevas perspectivas, o indirectamente por medio de la indiferencia y la conformidad.

La razón de humanidad se funda con ideales abiertos al diálogo y a la aceptación de las diferencias que nos conducen a un mayor crecimiento en comunidad. Se debe tener presente que somos seres individuales y como tales merecemos el derecho a marcar límites muy bien definidos entre lo justo y lo abusivo. Si una persona a lo largo de su vida pasa por situaciones de exclusión en círculos sociales interactivos, las probabilidades de que se desarrolle como un ciudadano normal y útil son relativamente menores, orillándolo a tener bajas expectativas sobre lo que es capaz de lograr.

La dignidad empieza en uno mismo. Saber identificar nuestras habilidades y debilidades, defectos y virtudes, nos ayuda a forjarnos un carácter y una identidad, los cuales servirán como fortaleza de nuestra dignidad sin verse afectada por las experiencias cotidianas que amenazan con hacernos creer que no somos lo suficientemente buenos en algo, o que los estándares son demasiado altos como para alcanzarlos y superarnos. Dejar de lado la relevancia que tiene el identificar las cualidades que poseemos nos priva de poder compartirle al mundo un escalón hacia el progreso colectivo.

Gozar de un trato digno y brindarlo a los demás no debería ser visto como un privilegio, sino como parte esencial de la convivencia humana con el fin de fomentar un ambiente acorde y saludable que nos impulse en lugar de hundirnos poco a poco en la pasividad. “La historia demuestra que las ansias de libertad y dignidad humana no pueden negarse para siempre” (Barack Obama)

CONCLUSIÓN

Todos los seres humanos somos individuos por nuestra esencia biológica y somos personas por la conquista de la ciencia y el afecto. La dignidad de cada persona recae en la construcción de su conducta. Yo creo que el deterioro de la dignidad de una persona es cuando la conducta se moldea a las situaciones tormentosas de sus alrededores en lugar de cambiar su entorno. Cuando los intereses o los abusos de un individuo reprimen las libertades y los deseos de otro, hay una falta de respeto. Pienso que el deterioro se da debido al abuso de poder de ciertos individuos, a ideologías absolutistas, a dependencias físicas y sentimentales, y a sentimientos de afecto no correspondidos.