ENSAYO FILOSOFÍA UACH

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“ Pues así como una golondrina no hace primavera, ni tampoco un día de sol, de la propia suerte ni un día ni un corto tiempo hacen a nadie bienaventurado y feliz”. Tal como se menciona esta es una de las cuestiones de mayor importancia, que nos lleva a preguntarnos ¿cómo encontrarlo? Ahora bien primero veamos lo que hemos definido con anterioridad: el hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque virtualmente hemos definido la felicidad como una especie de vida dichosa y de conducta recta”.

Con lo mencionado con anterioridad nos queda más que claro, que existe una relación intrínseca entre aquello que los hombres buscan o entienden como bien, y lo que los lleva de una manera a conseguirlo. De tal modo que aún no nos queda claro ¿cuál es el camino indicado? Aristóteles menciona que vivir conforme al bien, nos lleva en automático a alcanzar esa felicidad, esa tranquilidad esa vida nueva que tanto se nos ha prometido. De tal modo que si lo que en algún lugar es bueno, tal vez en otro no lo es.

Fernando Savater en su libro “las preguntas de la vida”: nos propone el siguiente caso. En una comunidad se les pide que se devoren los cadáveres de sus familiares, a lo cual estos responden que no lo harán. Bien, pues dentro de otra comunidad, pero esta vez de indígenas, a los cuales se les pide que incineren los cadáveres de sus familiares, a lo que estos responden, que es inaudito hacer tal cosa, puesto que por tradición deben de comérselos. Dicho lo anterior, nos queda una sola cuestión ¿quién está haciendo lo correcto?

Por una parte nos damos cuenta de un elemento sumamente complejo el relativismo que existe en la concepción de ciertos aspectos que engloban nuestra comunicación, Por lo tanto ¿el problema reside en la comunicación? Desde mi punto de vista pienso que no es así, puesto que los hombres somos seres comunicativos desde temprana edad. Así como también la comunicación no es sólo de manera verbal, sino corporal y muchas otras más. Una vez que hemos llegado a la conclusión de que no existen barreras de comunicación caemos en la cuenta de que aún no hemos resuelto la problemática, acerca de qué es hacer el bien.

Declarado ya qué es y en qué consiste la felicidad, propone ágora Aristóteles cuál es la mayor felicidad, y muestra ser la mayor la que consiste en la contemplación y en la consideración de las cosas, pues la parte que es más excelente y más divina en los hombres, se ejercita en ella, que es el entendimiento. Y también porque esto es lo que los hombres pueden hacer más continuamente sin fatiga, y porque al juicio bien dispuesto no hay cosa que tanto gusto le dé. Asimismo porque este es un ejercicio que menos necesidad tiene de cosas exteriores, lo cual es propio de la felicidad. Conformase mucho este parecer con la verdad de nuestra fe, la cual nos enseña que aquellos verdaderamente bienaventurados, que en el otro siglo gozan de Dios, en éste tienen su felicidad, cuyo deleite excede a todo género de deleites.

Por último nos queda analizar una de las cuestiones más importantes expuestas en el libro, el cual es: los niveles de felicidad que existen. Si bien es cierto alcanzar la felicidad es una tarea bastante compleja, alcanzar la más alta lo es aún más. De manera que Aristóteles nos menciona que la contemplativa es la que mayor satisfacción nos brinda. Puesto que es una de las que lleva de la mano a la filosofía. Exige desde luego una actitud de paciencia y a la vez de sabiduría, pues el contemplar no es tarea difícil, de tal modo que el buscarla será nuestra tarea de ahora en adelante, y es la filosofía uno de los caminos más cortos que existen.

Erik Germán González Rodríguez.

Bibliografía

Savater, Fernando. Las preguntas de la vida.

Aristóteles. Ética a Nicómaco