ENSAYO SOBRE LO SAGRADO Y LO PROFANO Y EL EROTISMO
Enviado por Ensa05 • 5 de Enero de 2018 • 2.117 Palabras (9 Páginas) • 576 Visitas
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La violencia es un aspecto que necesitó ser frenado para que el hombre se pudiera desarrollar; el control, en una primera instancia, se dio por medio del trabajo pues en esta actividad la organización y disciplina relegaban el punto caótico de la vida; pero la violencia no sólo se puede reducir a una actitud humana, va más allá, la violencia actúa en los seres indistintamente, deja caer su peso incluso en el hombre, la muerte es la prueba más palpable de ello; el hecho no sólo de morir, sino de desaparecer, y en ese transcurso, la teatralidad que conlleva la descomposición, es algo que afecta hasta lo más hondo de cualquier persona, y es que de lo que se trata es de una asociación, el cadáver será la forma que en algún momento tomaremos, la angustia que esto ocasiona es por lo que se decide enterrar a los muertos, para ocultarla violencia.
Paradójicamente la muerte aunque es un disolverse y entrar en contacto con algo que está más allá; para algunas culturas los sacrificios humanos eran una manera de honrar a los dioses y por este medio se esperaba entrar en contacto con ellos; Aquí el erotismo juega un papel fundamental pues es participe de dicho sentimiento de muerte y disolución; Bataille, para argumentar esta hipótesis, menciona una cita de Sade, “No hay mejor medio para familiarizarse con la muerte que aliarla a una idea libertaria” y es que en el fondo lo que se encuentra detrás del erotismo, como lo había mencionado con anterioridad, es una idea de continuidad o disolución, como la palabra “disoluto” lo insinúa; esa es la experiencia interior de la que habíamos hablado, un anhelo de trascendencia que mueve el actuar humano, pero, si lo vemos desde un punto de vista llano, todo lo anterior se podría confundir con el mero hecho reproductivo, que de alguna manera es trascender por medio de la descendencia, y el erotismo no está siempre ligado a la reproducción.
Un factor importante para comprender la convivencia humana es no perder de vista la prohibición y su contraparte, la transgresión, ya que forman la base para delimitar nuestros actos. Todas las sociedades funcionan por medio de preceptos que regulan el comportamiento de sus integrantes, sí no se cumple con los requerimientos que se demanda, de una forma u otra, se busca castigar al infractor, pero hay algo innegable, estos preceptos no siempre se cumplen y, es más, hay una excitación al momento de romper con ellos pues, como lo dicen las sentencias: las reglas fueron hechas para romperse y no hay nada más sabroso que lo prohibido, entonces el influjo de la reglamentación es doble, al momento de que repele también atrae, además siempre hay espacio para las excepciones, pues hablando del catolicismo, que es la religión en la que nos estamos enfocando, miles de guerras santas que se justificaron por la razón de propagar la religión verdadera, rompen con el mandamiento de no matar; los actos de fe inquisitoriales hacen lo mismo pero ellos fundados en la purificación de las almas; el mismo Dios mandó un diluvio que mató a la mayoría de los hombres y, tomado en sentido estricto, María la madre de Jesús, es preñada por el espíritu santo, que es una de las representaciones del mismo Dios, entonces en este caso estamos ante un mito incestuoso, el padre preña a la hija.
Sí el anhelo de trascendencia no servía para definir todos los sentimientos contenidos en el erotismo, el concepto de “transgresión” nos ayuda a ahondar más en el tema, pues es por éste que se dan algunos otros caracteres del espíritu humano. El marqués de Sade, máximo representante de la transgresión erótica, fue especialista en romper con las normas de su época, con esto logró mostrar nuevos horizontes en las relaciones humanas fuera de los preceptos morales, pero no podría desligarse completamente de la prohibición para darle sentido a sus actos. “Sade negó el Mal y el pecado. Pero tuvo que hacer intervenir la idea de irregularidad para dar cuenta del desencadenamiento de la crisis voluptuosa. Recurrió incluso con frecuencia a la blasfemia. Sintió la inanidad de la profanación si el blasfemador negaba el carácter sagrado del Bien que la blasfemia quería mancillar. Pero blasfemaba continuamente”. Con lo anterior se respalda lo que dijo Baudelaire “yo digo: la voluptuosidad única y suprema del amor reside en la certeza de hacer el mal. Y el hombre y la mujer saben desde su nacimiento que en el mal se halla toda voluptuosidad”. Sí lo prohibido le da sentido a la transgresión y la transgresión es una de las fuentes del erotismo entonces se podría decir que lo que se prohíbe también le da sentido al erotismo, pues necesita de ello para su cumplimiento.
En medio de estos papeles, la prohibición y la trasgresión, un mismo que hacer puede ser interpretado de maneras diferentes en culturas distintas, he ahí la asimilación de la vida que tienen sus habitantes; un claro ejemplo lo encarna la prostitución, ya que en algunas culturas es considerada como una forma complementaria del matrimonio, y en otras es condenada como una acción vil y despreciable; dichos contrastes de interpretaciones se dan con mayor frecuencia entre culturas occidentales y orientales, donde estas últimas cuentan con un tratado sobre el sexo como lo es el Kama Sutra, algo impensable hasta cierto punto para el pensamiento occidental.
Se puede notar alrededor de las reflexiones de Bataille un camino de contrarios que sirve para fundamentarse entre sí, se pueden ver las oposiciones que se asocian para darse sentido: la vida y la muerte, lo prohibido y la transgresión, belleza y fealdad, lo grotesco y la mesura, la violencia y la tranquilidad, la continuidad y lo discontinuo ponen al hombre en medio de sus flujos para mecerlo entre uno y otro cause, es por eso que su carácter es volátil e indeterminado.
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