El criterio. El buen pensado procura ver en los objetos todo lo que hay, pero no más de lo que hay
Enviado por Ledesma • 28 de Noviembre de 2018 • 4.130 Palabras (17 Páginas) • 449 Visitas
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La ley cristiana es no solo ley de caridad, si no de prudencia y buena lógica. No hay nada más arriesgado que juzgar una acción por mera apariencia.
Es necesario no fiarse de palabras. Los hombres son muy malos, obras son amores y no buenas razones, como si el evangelio nos enseñase a ser imprudentes e imbéciles.
La máxima perniciosa que se propone nada menos que asegurar el acierto con la malignidad del juicio, es tan contraria a la caridad cristiana como la sana razón; la experiencia nos enseña que el hombre más mentiroso dice mucho mayor número de verdades que de mentiras, y que el más malvado hace muchas acciones buenas o indiferentes que malas.
No se debe de fiar de la virtud del común de los hombres puesta prueba muy dura. La experiencia nos enseña que en semejantes extremos la debilidad humana suele sucumbir y la escritura nos previene de quien ama el peligro perecerá en él.
Por ejemplo: Un amigo nos ha hecho grandes ofrecimientos y no podéis dudar que son sinceros. La amistad es antigua, los títulos muchos y poderosos, la simpatía de los corazones está probada y para colmo hay identidad de ideas y sentimientos.
Algunas ocasiones son lícitas y muy prudentes desconfiar de la virtud de los hombres; lo que acontece cuando el obrar bien exige una disposición de ánimo que la razón, la experiencia y la misma religión nos enseñan.
Es necesario dar al tiempo lo que es suyo; la entereza no ha de convertirse en terquedad.
El conocimiento del hombre es uno de los estudios más difíciles, la experiencia del día a día nos enseña que el hombre se inclina a juzgar a los demás tomándose por pauta así mismo “quien mal no hace, mal no piensa” y “piensa el ladrón que todos son de su condición” se nos hace muy difícil despojarnos de nuestras ideas y sentimientos en lo que nos formamos sobre la conducta de los demás; con nadie vivimos más íntimamente que con nosotros mismos.
En el pensamiento filosófico entra la prudencia, la cual es muy difícil de adquirir… también percibir con claridad, exactitud y viveza, juzgar con verdad, discurrir con rigor y solidez son dotes de un buen pensador. Percepción es aquel acto inferior con el que nos hacemos cargo de un objeto, siendo la idea aquella imagen, representación o lo que se quiera. Percibiremos con claridad y viveza si nos acostumbramos a estar atentos a lo que se nos ofrece, también es necesario para que haya una percepción intelectual conocer el conjunto de condiciones, y su conjunto formara mi inteligencia.
Es calidad preciosa la rapidez de la percepción, pero conviene estar prevenido contra su efecto ordinario que es la inexactitud. Cuando la percepción es rápida no se aprecian bien las cosas pues se hace con superficialidad y liderazgo.
Cuando decimos que una cosa es o no es de esta o de aquella manera entonces hacemos un juicio. La falsedad del juicio depende de muchas veces de la mala percepción. Los falsos axiomas o proposiciones demasiado generales, definiciones inexactas o palabras sin definir son abundantes percepciones incompletas o equivocadas. El axioma sirve para dar peso a un juicio disparatado. Las proposiciones generales expresan lo que nosotros concebimos y juzgamos. A partir de las definiciones inexactas podemos dirigir nuestra percepción o nuestro juicio. La definición explica la esencia de la cosa definida.
La igualdad es cosa de dios y la desigualdad del hombre; se puede hablar de la igualdad al decir que físicamente dos hombres son iguales en estatura pero completamente diferentes en lo demás. Cuando hablamos de una igualdad en la naturaleza nos referimos por ejemplo cuando nacemos todos lloramos, tenemos el mismo origen, el mismo destino; la naturaleza nos hace a unos robustos otros flacos, a unos hermosos y a otros feos, a unos agiles a unos torpes; pero estas desigualdades no quitan la igualdad de derechos, igualdad social…
Atribuir a un efecto la causa posible va de la posibilidad a la realidad. No hay que confundir la realidad con la posibilidad y no alucinarse con plausibles apariencias.
El hombre preocupado no busca lo que realmente hay sino lo que le conviene. Cada persona puede emitir un juicio al resultarle una cosa preocupante, así puede encontrar a muchas otras personas con opiniones distintas acerca de lo mismo, pero cada uno defenderá sus pensamientos. El hombre antes de inducir a otros al error se engaña así mismo.
El raciocino consiste en la capacidad de pensar, es un acto de la mente por el que pasamos de varios juicios a la formulación de un nuevo juicio que necesariamente sigue de los anteriores, es el acto de la inteligencia que por medio de lo que ya conoce adquiere un conocimiento nuevo.
Luego habla de un silogismo que es la forma de razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones una como premisas y la otra como conclusión, siendo la ultima una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos. Un silogizo truncado es el entimema que ya reside en nuestra mente aquí se ha suprimido alguna de las premisas o la conclusión por considerarse obvias o implícitas en el enunciado.
La inspiración sirve para enseñar y poco para inventar es como una luz instantánea que brilla de repente en el entendimiento del hombre…después de largas horas de meditación (cuando el hombre se ocupa en comprender algún objeto muy difícil) no se puede llegar a un resultado satisfactorio.
Luego hay que señalar el método de la enseñanza y la invención; esto es, quien enseña sabe a dónde va y conoce el camino que ha de seguir porque ha o ha recorrido otras veces; más el que descubre tal vez no se propone nada determinado, sino examinar lo que hay en el objeto que lo ocupa.
No trato aquí de la historia bajo el aspecto critico son únicamente bajo el filosófico lo relativo a las simple investigación, preciso es leer las historias y a falta de otras debe uno atenerse a las que existen sin embargo yo me inclino a que ese estudio no basta para aprender la filosofía de la historia hay otro más propósito y que hecho con discernimiento,
La inteligencia humana tiene su historia, como la tienen los sucesos exteriores historia tanto más preciosa cuanto nos retrata lo más íntimo del hombre y lo que ejerce sobre la poderosa influencia. Si el lector se contenta con lo que le dicen los otros y no trate de examinarlo por sí mismo lograra tal vez un conocimiento histórico pero no intuitivo sabrá lo que son los hombres y las cosas, pero no lo era capaz de pintarla. Impropio fuera de este lugar tratado de religión pero no lo serán algunas reflexiones para dirigir el pensamiento en esta
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