El hombre como problema y misterio
Enviado por mondoro • 26 de Abril de 2018 • 2.581 Palabras (11 Páginas) • 624 Visitas
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Asimismo, autores como Quijano & Asselborn (2012:74) señalan que “El alma espiritual, incorruptible e inmortal, por su misma naturaleza simple y subsistente, por su no-dependencia de la materia en cuanto al ser, inicia una nueva fase de su existencia”. Lo que quiere decir que tras la muerte la materia del cuerpo humano, cumplido su ciclo, no deja de existir, sino que se transforma.
Por otra parte, el hombre, como existente finito imperfecto no acabado, potencial y perfectible, está llamado a auto realizarse en la historia por su libertad. Lo que se refiere a la persona humana en cuanto a su potencialidad de perfección (hombre culto) que tiene razón de fin (Quijano et al: 2012:92). Al respecto es que Santo tomas señala que “la persona significa lo más perfecto en la naturaleza toda, esto es, lo subsistente en la naturaleza racional” (citado en López, 1984:22). Puesto que como ser racional conoce los medios para lograr sus fines y tiene la capacidad de elegir entre ellos, pues tiene autonomía en su ser, y autonomía en su obrar (López, 1984:22). Por ende, es que esta libertad del ser humano, le permite auto determinarse, tener la capacidad de elegir, y por lo tanto realizarse como un ser que goza de ser libre. Sin embargo, esta libertad también conlleva la responsabilidad sobre sus actos, lo que quiere decir que se debe hacer cargo de ellos, asumiendo sus consecuencias. Por lo que esta libertad es según lo señala López (1984: 47) “el poder que tiene el hombre de auto determinarse ante la infinita variedad de bienes particulares”.
Por lo que nos lleva a mencionar que la raíz de toda libertad está constituida en la razón, es decir, el entendimiento nos permite conocer, guiar la voluntad y por lo tanto alcanzar aquel bien absoluto, conocido como verdad y querido como bien. Por otra parte, cabe destacar que el fin del ser humano es la vida racional en plenitud, pudiendo llegar a conocer la verdad por medio de la razón, siendo el ser del hombre trascendente para saber qué tiene que hacer y qué no debe hacer a fin de obrar correctamente, porque la razón le brinda la oportunidad de generar sus propios juicios y valores, para actuar de acuerdo a su propia voluntad, para lo cual le basta con usar su razón en forma oportuna haciendo un buen uso de ella, para Dios, para uno mismo y todos los demás hombres.
Por otra parte, el hombre es un ser racional porque posee un “logos” el cual es interno y le da un orden y un fin al ser, siendo su propia esencia la que lo define desde su naturaleza, le permite perfeccionarse a sí mismo y le brinda la capacidad de autoconciencia. Además, porque pertenece a la esencia del hombre el ser también abierto al mundo, es decir, se encuentra en constante relación consigo mismo, con otros seres humanos y con Dios, lo que le permite la capacidad de ordenar su manera de vivir y lograr su perfeccionamiento físico, espiritual, profesional y moral según los principios que le dicta su razón
En cuanto al hombre y su relación con Dios cabe mencionar que obramos libre y perfectivamente con la ayuda de Dios, es decir, la gracia de nuestro creador. Ya que Dios es un tema que no es indiferente ante el hombre, puesto que es una necesidad de la naturaleza humana vivir bajo el amparo de nuestro creador, el cual nos confiere la dignidad por su inmanencia y trascendencia. Asimismo, Dios no se muestra del todo, sino que se va revelando parcialmente, es decir, que en pequeños detalles es posible encontrar la divinidad de su ser. Puede ser que quizás nunca lleguemos a conocerlo del todo, sin embargo, podemos acercarnos a él por medio de la fe y la razón, ya que por la Filosofía se nos muestra a Dios, y por la Teología se nos entrega (López, 1984: 65-68). En este sentido es que Quijano & Asselborn (2012: 215) señalan que “La medida de un hombre es su libertad”. Es decir, la medida de la libertad es el amor, en definitiva, es el bien y el amor de Dios. Puesto que los primeros momentos de la voluntad donde formalmente aparece la libertad están en la intención del fin y la elección de los medios, en la cual la voluntad no obra sino movida por la inteligencia (Quijano et al: 2012:195).
Conclusión
En conclusión, el hombre como problema y como misterio es un tema que sigue en vigencia aún en la actualidad, pese a ser una incógnita planteada hace millones de años atrás, por lo que cabe señalar que no es algo que sea fácil de explicar, sin embargo, es posible abordarla e intentar esclarecerla considerando bases filosóficas y diferentes planteamientos de ciertos grandes filósofos que han estudiado el tema. Es por ello que en este sentido cabe mencionar a Quijano & Asselborn (2012:44) quienes señalan que “El hombre es una totalidad sustancial de alma espiritual (inmortal) y cuerpo material”. Asimismo, señalan que el ser humano destaca por su entendimiento y la voluntad libre, siendo este conocimiento intelectual lo que le permite alcanzar las esencias de las cosas y la verdad objetiva. (Quijano et al: 2012:44).
Al respecto es que López (1984: 32) resalta la estrecha unión entre cuerpo y espíritu cuando menciona “no soy cuerpo, ni soy espíritu, sino un ser que es compuesto de cuerpo y espíritu”. Lo que quiere decir que es una sola unidad, por la que el espíritu le permite al cuerpo estar abierto al mundo, conocer, vivir la libertad y guiar su voluntad y a la vez orientar el apetito sensitivo, por medio de la recta razón, de tal manera de poder alcanzar el fin último de todo ser humano “la felicidad” y por sobre todo vivir bajo los designios de Dios, en base a un comportamiento orientado al bien.
En definitiva, según lo menciona López (1984:11) “cada corriente y aún cada pensador presenta una tipología humana diferente, las categorías aportadas por las diferentes corrientes se encuentran presentes, influyendo de una manera u otra, en la reflexión actual sobre el hombre.
Por otra parte, en lo personal puedo señalar que esta lectura me llamo la atención por la gran variedad de conceptos que aborda a partir de un tema específico, ya que el título “el hombre como problema y como misterio”, en sí lleva a pensar que es un concepto más amplio de lo que aparenta ser.
Es por ende que una problemática tan compleja abordada desde una mirada educativa lleva a realizar un análisis más reflexivo sobre el tema, lo cual contribuye a mi propia formación académica y valórica, puesto que todo tema que involucre a Dios, está relacionado con valores, virtudes y actitudes, aspectos que son esenciales en la formación integral de toda persona. Así también el hecho de conocer un poco más sobre este tema brinda la oportunidad de comprender que además de lo que está
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