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Filósofo y sociólogo alemán. Nació en Berlín, Alemania, el 19 de Julio de 1898, en una familia de la alta burguesía, con orígenes judíos pero germanizados. Participó como soldado en la 1ra Guerra Mundial.

Enviado por   •  25 de Septiembre de 2018  •  1.335 Palabras (6 Páginas)  •  399 Visitas

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Para Marcuse, la rebelión contra el autoritarismo encubierto en el orden democrático burgués, como el llamo: “tolerancia represiva”, que hace referencia a la crítica de los valores de la sociedad de consumo, la lucha por una liberación erótica que debía cumplir; pues Marcuse después de la Guerra, se convirtió en el miembro más políticamente explicito e izquierdista de la escuela de Frankfurt, debido a su dedicación a aplicar políticas de emancipación como la liberación de la mujer o las ideologías juveniles a la primera teoría crítica por la necesidad de perfilar las tesis sobre cultura y sociedad de la escuela de Frankfurt.

Marcuse observando la represión sobre el conjunto de las clases sociales a través de las prácticas impuestas por la “racionalidad instrumental”, estudia manifestaciones concretas que van más allá de una simple resistencia. Estas manifestaciones fueron los movimientos sociales y culturales que se dieron en los años sesenta de parte de los estudiantes con la finalidad de expresar la negación de lo establecido por parte del capitalismo.

Marcuse decía que los jóvenes militantes sabían o presentían que lo que verdaderamente está en juego es simplemente la vida, la vida de los seres humanos que se ha convertido en objeto de diversión en manos de los políticos, los administradores y los generales. Afirmaba que la única tarea de los rebeldes era sustraerla de esas manos y hacerla digna de ser vivida

Marcuse extrajo el concepto central de alienación del pensamiento marxista, dado que el hombre existe en condiciones distintas de aquello que realmente es, dado que su existencia es una existencia alienada, esto, filosóficamente, sólo puede ser pensado como negatividad. Tal es lo que hizo Marx y también Hegel.

En 1967 regresó a Berlín donde participaba en una convención sobre la figura de Marx promovida por la UNESCO en la Universidad de Berlín

En 1969 realizo una serie de conferencias en Italia tomando partido a favor de los estudiantes donde propuso una revisión crítica del marxismo y del concepto mismo de revolución. Fue uno de los principales teóricos de la izquierda radical y del movimiento denominado “nueva izquierda” estadunidense que lo consagró como el ideólogo de las revueltas estudiantiles de los años sesenta. Su influencia en líderes estudiantiles fue clara en las revueltas universitarias de Europa y Estados unidos en esta época.

[pic 1]

(Universidad de Berlín)

Murió el 26 de Julio de 1979 tras sufrir un apoplejía durante una visita a Alemania.

El hombre unidimensional

Su obra más destacada fue “El hombre unidimensional” en la que Marcuse describe al hombre unidimensional como el ser humano que nunca ha sido considerado como un ser adimensional, ya que se desenvuelve, no sólo en el tiempo y en el espacio, sino en una relación consigo mismo y en una relación con los demás, que le proporcionan dos dimensiones capaces de expandir su identidad ante sus semejantes, además de que elevan su grado de conciencia hasta querer realizar cambios en el lugar donde se desarrolla.

En ciertas ocasiones, como el caso de la religión y el arte, este ser humano adopta una tercera dimensión que le permite trascender un poco más allá de lo que conoce y conocía sobre sí mismo.

Cuando él, por razones interiores o razones ajenas a sí, es incapaz de trascender y trascenderse, y se convierte en una especie de marioneta de sus impulsos y de los impulsos que nacen de las necesidades creadas por otros y entonces todo individuo pasa a formar parte de una gran masa que es movida por la sociedad unidimensional. Lo masificado, lo que es incapaz de producir cambio, es lo que toma la ventaja. El sexo, el arte, la filosofía se reducen a símbolos y caricaturas en un mundo que se ha convertido en papel, y lo sublime, ya no lo es; y lo íntimo, ya deja de serlo; y se maneja un exceso.

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