¿Hasta qué punto es conveniente la verdad?

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controlar que no quiera ir más allá de los límites de donde vive y poder reducir su vida a lo que tiene, sin desarrollar un espíritu curioso y con ganas de saber más allá de lo impuesto, que a nuestro parecer es la esencia misma del ser humano, todo con el único fin de poder mantener en pie el show y atarlo a vivir en Seahaven. El sistema tiene la capacidad de crear opinión, y de manipular la realidad para conseguir un efecto social determinado.

No olvidemos que como personas tenemos experiencias personales, que nos darán características propias de cada uno, como miedos temores o límites, la cual para Truman era su miedo al agua, por un trauma de la infancia. Así es como comienza a surgir una conciencia propia de la condición que tenemos frente a la masa, de cómo pertenecemos o no a ésta. En algunos casos más fuerte y en otros casos más débil, a veces incluso tan débil que es ignorada.

Cualquier persona en cualquier lugar en cualquier momento, tendrá un momento en su vida en el cual algo no calzará con su vida diaria y haráel pasodelmito al logos, generará un sentimiento de extrañeza y se comenzará a cuestionar las cosas. En el caso de Truman, todo comienza en el momento en que un foco de luz cae desde el cielo y los demás lo justifican diciendo que es un pedazo de avión y así es como de a poco todas las cosas extrañas que Truman vivía diariamente comienzan a parecerle más y más extrañas, llegando incluso a dudar de la realidad, buscando un esquema que calzara más con lo que él sentía. En la vida real, ese quiebre de la realidad, el pasar del mito al logos da paso, según nuestra percepción de las cosas, a lo que conocemos como creencia, y este a su vez, nos hará apegarnos a una ideología determinada por un grupo de personas, que han vivido algo cercano a nuestra vivencia, por lo tanto la “verdad” aun no es tan verdad y creemos lo que preferimos creer por lo tanto no nos queremos despojar del mito, preferimos seguir en la “matrix” en la que todo mi entorno me hace sentir en mi zona de confort.

Para finalizar, más que una conclusión nos llevamos un aprendizaje: nadie puede decidir por nosotros lo que mejor nos conviene, cada uno tiene el derecho de decidir por su vida y vivir sus propias experiencias, sin limitaciones. Nosotros, los seres humanos, somos los que decidimos conocer lo que es la auténtica libertad y ser, auténticamente libres.