Infidelidad Ocasional.

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Las conductas de la persona infiel frecuente son muy diferentes a la persona infiel ocasional. El infiel frecuente, como antes mencionado, es cruel y no le importa el daño causado hacia la otra persona, a diferencia del infiel ocasional, que es sensible ante el daño sentimental que le causó a su pareja. El infiel ocasional se refugia en el arrepentimiento con la esperanza de obtener el perdón. Citando a Paz nuevamente: “El amor único es la única condición del amor para un infiel ocasional que ama de verdad.” (Octavio Paz, 1993)

La confianza en una relación es la que empuja y da lugar a esa esperanza de salvar la relación, pero dependerá del grado de confianza forjado a lo largo de la relación. La persona herida, actuará y tomará decisiones en relación a la confianza. En esta toma de decisiones también entrarán en juego varios factores: la duración de la relación, el nivel de compromiso, la presencia de terceros (hijos), la persona con quien la pareja fue infiel, entre otros.

La confesión es el primer paso del arrepentimiento, el infiel ocasional confiesa la verdad porque está realmente arrepentido, mientras que el infiel frecuente puede vivir con esa espina en el corazón. En muchos casos, el infiel ocasional se demora en decir la verdad por muchos factores; miedo a la forma en la que pueda reaccionar su pareja y sobre todo, el miedo a perder a la persona que ama. Esa verdad frecuentemente sale a la luz por otras fuentes y la persona infiel ocasional las confirma y aclara. (María de los A. Pérez, 2010).

En conclusión, la infidelidad puede ser perdonada única y exclusivamente cuando es ocasional y cuando existe un arrepentimiento profundo por parte de la persona causante del daño. A partir de una segunda infidelidad se considera frecuente y deja de existir el amor puesto que la contraparte traicionera busca placer egoísta únicamente. (Jenny Moix Queraltó, 2014).

En mi opinión, considero que continuar una relación después de un acto de infidelidad es algo muy complicado, puesto que varias variables entran en juego, aunque sí es posible. Lamentablemente, la infidelidad deja una huella en la relación. El problema recae en la incertidumbre. La contraparte afectada debe estar completamente convencida de que su pareja está completamente afectada y no volverá a incurrir en estas acciones, sólo así se salvará la relación.

ReferenciasPaz, Octavio (1993). La Llama Doble.

Aurelia María Romero Coloma. (2001). La infidelidad conyugal como causa de separación: análisis y valoración.

Jesús Canto Ortiz. (2009). Celos y emociones: factores de la relación en pareja en la reacción ante la infidelidad.

María de los A. Pérez. (2010). Infidelidad. Arrepentimiento y Reconciliación.

JENNY MOIX QUERALTÓ. (2014). Reacciones ante la infidelidad