JERARQUIA DE VALORES ¿una o dos dimensiones?
Enviado por Ledesma • 9 de Enero de 2019 • 5.153 Palabras (21 Páginas) • 435 Visitas
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En cambio, si consideramos el valor Amor, la situación es justo la contraria. Estimamos el amor como un altísimo valor. Su distancia al eje horizontal ha de ser grande. En cambio el respectivo antivalor, en este caso la falta de amor, la insensibilidad o mera carencia de ese sentimiento, no es vista como un crimen o un delito, ni siquiera una ofensa grave, sino a lo sumo como una lamentable deficiencia; algo negativo desde luego, pero cuya perversidad moral no es grande. La distancia al eje horizontal ha de ser más pequeña que la que atribuimos al valor Amor.
Incluso en el lenguaje ordinario podemos apreciar esta disparidad. Disponemos de palabras netas y rotundas para lo que salta a la vista, ya sea por su mérito o ya sea por su gravedad -amor, robo, asesinato-, mientras que para lo menos evidente u obvio carecemos de palabras precisas y recurrimos a circunloquios como falta de amor, respeto a la vida o respeto a la propiedad.
Así pues, que el eje de indiferencia axiológica, se sitúe más o menos cerca del valor o del antivalor depende de la materia valiosa que estemos considerando, concluye Hartmann. Sólo excepcionalmente estaría justo en el punto medio.
Estas observaciones de Hartmann nos hacen poner en duda la creencia generalizada o convencional de que el respeto a la vida es un valor más alto que el respeto a la propiedad. Más bien nos invitan a colocar la etiqueta Respeto a la vida muy cerca del eje horizontal, incluso por debajo del Respeto a la propiedad.
Lo cual es coherente, como ya indicamos, con el equivocado desenfoque de la intuición axiológica cuando se afirma que la vida, como mero hecho biológico, es más valiosa que los bienes económicos, como meras cosas. Ni la vida ni las cosas son propiamente valores que deben-ser. Los valores hay que verlos en las conductas humanas frente a esos hechos o cosas; no en las cosas o hechos como tales. Los valores deben ser, las cosas ya son.
2.- Criterio de la fuerza.
Hemos considerado relaciones de orden entre dos valores, respeto a la vida y respeto a la propiedad. Pero si los dos valores conciernen a una misma persona, la intuición axiológica se hace más elocuente y significativa. Nos indica clara y netamente una conexión lógica de condición necesaria o sine qua non de un valor respecto al otro. Esta es la contribución más importante de Nicolai Hartmann a la axiología.
Consideremos ahora la pareja de valores respeto a la vida y respeto a la propiedad, cuando es la misma persona la que se enfrenta a ambos valores a la vez. ¿Qué quiere indicar la expresión ladrón de guante blanco? Por supuesto este ladrón no respeta la propiedad. Y sin embargo, si tiene que hacer violencia física, se abstiene de robar. Actúa así precisamente porque no quiere hacer daño físico a su víctima. No podemos negarle entonces que respeta la vida, aunque no respete la propiedad. Su genuino respeto a la vida no es anulado por el hecho de no respetar la propiedad. Sin duda sería preferible que tampoco robase, pero le llamamos ladrón de guante blanco justamente porque nos parece real y sincera su conducta de no hacer daño físico a nadie.
Pensemos en cambio en un terrorista que acaba de asesinar a su víctima, pero renuncia a robarle su cartera, aunque podría hacerlo sin riesgo alguno. Supongamos que le viene a la cabeza la idea de aprovecharse de la situación y robar impunemente. Pero la deja pasar porque se siente un hombre honrado y no quiere robar. Veríamos como algo intolerablemente cínico o hipócrita que luego presumiese de no ser ladrón. Más bien nos parece que, si no respeta la vida, ya no respeta nada. No le podemos reconocer el valor del respeto a la propiedad, si antes no ha respetado la vida.
Uniendo ambas situaciones, concluimos que tiene sentido que alguien respete la vida, aunque no la propiedad. Lo que no tiene sentido es la situación inversa, el falso respeto a la propiedad, sin previo respeto a la vida. La conexión lógica entre ambos valores es la de una condición sine qua non, que expresamos así: si no respetas la vida, tampoco respetas la propiedad.
Si comparamos al ladrón de guante blanco con la persona que no mata ni roba, diremos que ambos son valiosos; el segundo más que el primero. En cambio, al terrorista que mata pero no roba ni siquiera le reconocemos el aparente valor de respetar la propiedad. No hay más que la máscara o apariencia de este valor. Su conducta no es valiosa en absoluto. No se le puede comparar con quien no mata ni roba. Ni siquiera con el ladrón de guante blanco.
Así pues, hay que sacar la conclusión lógica de la anterior condición sine qua non. El respeto a la propiedad presupone el respeto a la vida, lo exige o incluye, lo da por supuesto, o más exactamente, es su condición suficiente: si respetas de verdad la propiedad, es que has respetado antes la vida.
Por tanto el gráfico anterior hay que modificarlo así:
Respeto a la propiedad[pic 5]
Respeto a la vida
Valor cero
Robo
Asesinato
Hartmann utilizó la palabra fuerza (die Stärke) para expresar cómo un valor, que él llamo más fuerte, condiciona de modo sine qua non a otro valor más débil. Expuso todo esto con muchos ejemplos, aunque nunca llegó a expresarlo con un dibujo como el anterior. Pero sus observaciones llevan a colocar las etiquetas de forma que el orden entre los antivalores robo y asesinato se reproduzca exactamente en los valores respectivos respeto a la propiedad y respeto a la vida. Como veremos enseguida, el hecho de que este orden sea el mismo para los valores y sus respectivos antivalores es un detalle cargado de profundo sentido.
Al revés de lo que se suele pensar, el respeto a la propiedad es más alto que el respeto a la vida, por el simple motivo de que el primer respeto presupone el segundo. El que respeta verdaderamente la propiedad, respeta también la vida. Si el respeto a la vida es condición sine qua non del respeto a la propiedad, entonces el respeto a la propiedad es condición suficiente del respeto a la vida, según la validez lógica
(-A → -B) ↔ (B → A)
Hartmann concluyó por tanto que los valores más fuertes son los más bajos y los valores más débiles son los más altos. En adelante llamaremos a este aserto Primera ley axiológica.
Pero al igual que Scheler, Hartmann pensaba únicamente en una sola dimensión vertical. La diferencia era sólo que,
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