La gran Belleza y Consumo

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El cuerpo es tomado desde el consumo como un objeto de atención y culto, imponiendo un control y unas normas de cómo se debe ser; el cuidado del cuerpo como una importancia central en la vida de la población. En esto, se aprecia el control de cómo la industria quiere que los cuerpos sean, la subjetivación de los cuerpos moldeados por medio de la industria de la moda y del consumo. Para Foucault el poder produce realidades y en este caso se produce desde el cuerpo bello que vende hasta como algunas personas hacen que su vida gire en torno a lo superfluo; ir al gimnasio, ser delgadas/dos, hacer dieta, consumir ciertos productos para lograr esto, verse juvenil etc. Según Foucault, se trataría de la obediencia al sistema que normaliza todo este comportamiento, la subordinación de una población pasiva que obedece a lo que se le muestra ante sus ojos y que genera además en el propio sujeto, un proceso en el que se auto-reprime y auto-vigila para lograr ser todo lo dicho anteriormente.

Toda esta reflexión es importante en cuanto al impacto de los medios de comunicación y las redes sociales en el pensamiento contemporáneo, donde en nuestra sociedad actual todo lo importante debe ser observado por todos y todas, formando una sociedad de representaciones. Por los cuerpos marginados, y por quienes no son marginados pero sí son llevados a ser cuerpos-útiles, es necesario desnaturalizar el cómo la industria y los medios de comunicación nos muestran la normatividad. Esto mismo genera desigualdades sociales, y enfermedades psicológicas como la depresión, anorexia, bulimia, buylling y discriminación para las personas que son distintas a los cánones de belleza que se muestran. Se puede ver desde ya en estudios como en la revista Cultura de los Cuidados, donde una psicóloga afirma que “en el caso de la anorexia nerviosa, un aspecto a tener en cuenta en el análisis, es que a las mujeres se les imponen unos esfuerzos y obligaciones que en ocasiones van en contra de la propia naturaleza para conseguir aproximarse al ideal estético” (Rigol, 2006)

No es posible que quienes son distintos a lo que se muestra no se sientan capaces de poder lograr el mismo éxito en la vida que una persona que sí sigue el estereotipo normativo. Por sanidad de todos, todas, respeto y tolerancia a la diversidad, se debe poder identificar cada persona de forma única y valorable, pudiendo cambiar la norma. La dictadura estética que se impone conduce a una sociedad cada vez más irracional y donde se hace necesario destruir estos paradigmas, poniendo en marcha una revolución cultural que contenga nuevos valores, actitudes y comportamientos desde los hombres y desde las mujeres hacia la sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Foucault, M. (2002). Vigilar y Castigar. Argentina: Siglo XXI Editores.

Rigol, M. (2006). El otro cuerpo de la identidad: Análisis de modelos culturales de los trastornos del cuerpo femenino. Cultura de los Cuidados. Volumen (19), 47-54.