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La perspectiva del bien y del mal desde la temporalidad del alma y el cuerpo humano

Enviado por   •  30 de Marzo de 2018  •  3.395 Palabras (14 Páginas)  •  461 Visitas

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Aristóteles, por lo demás expuesto, habla a veces del alma como un principio general de vida, y a veces como un principio individual propio de cada uno de los hombres.

Las teorías más características de este autor sobre el alma se hallan formuladas desde un punto de vista "biológico". Para Aristóteles, el alma es en algún sentido el "principio de la vida animal" en tanto que vida que se mueve a sí misma espontáneamente, pero ello no significa que el alma se mueva a sí misma; ser principio de movimiento no significa ser movimiento (De an., 1 1, 402a6). Explica que puesto que todo cuerpo natural poseedor de vida es una substancia (en tanto que realidad compuesta), y posee un cuerpo, no puede decirse que el cuerpo sea el alma, ya que cuerpo es la materia y el alma es una cierta forma.

Es aquí donde Aristóteles reconoce dos definiciones acerca del alma: " El alma es la primera entelequia del cuerpo físico orgánico"; es "la primera entelequia del cuerpo físico que posee la vida en potencia. (ibíd., II,1 412 b 25 sigs.) Es decir, que el alma y el cuerpo son una union que da como resultado al hombre, y cuando se llega a hablar de entelequia se refiere al fin al que tienden las cosas, a la perfección que podrían llegar a tener, ya sea como cuerpo físico orgánico o como vida en potencia, pues son los grados mas altos a los que puede aspirar. La entelequia como lo mencionamos anteriormente es la más perfecta de las actualidades y el hombre esta en potencia de llegar a eso, a la perfeccion.

El sentido de la unidad del cuerpo y del alma es la relación de una actualidad con una potencialidad. El alma es una substancia; es el quid esencial del cuerpo. Como escribe Aristóteles: "si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma, pues la vista es la substancia o forma del ojo". El alma es la forma del cuerpo en tanto que constituye el conjunto de posibles operaciones del cuerpo. (José Ferrater Mora. (1979). Diccionario de Filosofía . Madrid: Alianza.)

Ahora bien si el alma es el principio de las operaciones del cuerpo natural orgánico, puede distinguirse entre varios tipos de operaciones. A ello corresponde la división que hace Aristóteles entre las "partes" del alma — que, por lo indicado, no destruye en manera alguna su unidad como forma. El alma es el ser y principio de los seres vivientes, por cuanto esos ser y principio consisten en vivir. (José Ferrater Mora. (1979). Diccionario de Filosofía . Madrid: Alianza.)

Las doctrinas aristotélicas sobre el alma no son sólo de carácter biológico o de carácter psicológico, sino que también constituyen una "ontología de lo viviente". Un rasgo básico de esta ontología es el análisis del concepto de función y de las diversas funciones posibles. Por lo que Aristóteles define los diversos tipos de almas: la vegetativa, la animal y la humana por los diversos tipos de función que realizan. Y las "partes" del alma en cada uno de estos tipos de función constituyen otros tantos modos de operación. En el caso del alma humana, el modo de operación principal es la racional, que distingue esta alma de otras en el reino orgánico. Ello no significa que no haya en dicha alma otras operaciones. Puede hablarse de la parte nutritiva, sensitiva, imaginativa y apetitiva del alma o sea de otras tantas operaciones. Mediante las operaciones del alma, especialmente de la sensible y de la pensante, el alma puede reflejar todas las cosas, ya que todas son sensibles o pensables, y ello hace que, como dice Aristóteles, el alma sea de algún modo todas las cosas. ( III 8, 431 b 2 1; José Ferrater Mora. (1979). Diccionario de Filosofía . Madrid: Alianza.)

Partiendo de las interpretaciones mostradas, puedo inferir que el alma habita en la inmortalidad, que su carácter es divino, atemporal y por lo tanto eterno; que de todas las almas individuales se forma una sola alma a través de una jerarquización, mediante la cual se encuentran los tipos del alma: la vegetativa, la animal y la humana. Y que por medio de cada uno de esos tipos de alma se cumplen diversos tipos de función en distintos modos de operación. Y poniendo mayor énfasis en el alma humana, el modo de operación principal es la racional.

También puedo notar que el alma no tiene un cuerpo como tal, sino que tiene distintos modos de aparecer y manifestarse, siendo la que genera la vida más no la vida misma, pues como dice Aristóteles, el alma es en algún sentido el "principio de la vida animal" en tanto que vida que se mueve a sí misma espontáneamente, pero ello no significa que el alma se mueva a sí misma; ser principio de movimiento no significa ser movimiento; si ésta es la generadora de vida, por lo tanto no puede ser la vida misma, sino esa parte de movimiento que la posibilita. Y a la vez puedo inferir, que como el alma es la que genera el movimiento y la vida, ésta se encuentra en todo. Como lo menciona Aristóteles, En el caso del alma humana, el modo de operación principal es la racional, que distingue esta alma de otras en el reino orgánico. Ello no significa que no haya en dicha alma otras operaciones. Puede hablarse de la parte nutritiva, sensitiva, imaginativa y apetitiva del alma o sea de otras tantas operaciones. Mediante las operaciones del alma, especialmente de la sensible y de la pensante, el alma puede reflejar todas las cosas, ya que todas son sensibles o pensables, y ello hace que el alma sea de algún modo todas las cosas.

Como se ha mencionado anteriormente, el alma es atemporal y puede manifestarse de todos los modos posibles en todos los tiempos posibles, por lo que puedo llegar a intuir que de donde pertenece el alma todos los modos de presentarse ocurren a la misma vez, por lo cual los modos de manifestarse no llegan a ser diferenciados, volviéndose una misma cosa. Es decir, que de todas las cosas traídas a presencia no se llega a ver una distinción, sino que una misma cosa es todo a la vez. Si recurrimos al tiempo, podemos percatarnos que con la presencia de este las cosas aparecen y desaparecen, vemos un cambio, un movimiento y una transformación; por lo que las cosas pueden llegar a distinguirse y diferenciarse de otras. Es decir, que lo que era una "cosa" o tenia cierto modo de habitar o presentarse, con el paso del tiempo se convierte en "otra". Como una oruga al volverse mariposa; como un huevo al convertirse en una gallina; como la construcción y destrucción de zonas arqueológicas; como la transformación de la cultura o el lenguaje; como de tener las piezas del rompecabezas hasta armarlo todo y ver la imagen y la figura. Podemos percibir que, de alguna manera, sigue siendo lo que es en otro modo de manifestarse en el mundo y notar su evolución

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