Rodó y su Ariel. El Ariel de Rodó

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Según Mariana Alvarado, en su obra Rodó invita a los jóvenes a fundarse en la fe y en la esperanza a encontrar su ideal; como ejemplo de esta conquista propia pone a la Grecia clásica y al cristianismo frente a nordomanía. Busca motivar haciendo conciencia que «la tarea más propia es contribuir con su espíritu joven de fe y esperanza renovadora en un nuevo ideal plasmado en la construcción de un programa propio; la meta es el desarrollo pleno de la parte noble del espíritu, Ariel».

Insta a los jóvenes a ser propositito a través de un proyecto que cambie las situaciones actuales.

El buscar despertar a la emancipación es tarea de unos cuantos jóvenes ilustrados capaces de razonar antes de actuar esta elite intelectual es la que llevará a la multitud sometida a la libertad alcanzada por Ariel y quienes no quieran seguir esta libertad seguirán en la esclavitud de la aristocracia como Calibán.

Grande es la tarea de esta elite de jóvenes ilustrados, ellos pueden realizar ese cambio que necesitan los pueblos, todo a través de su capacidad natural de razonar, porque «sólo el imperio de la razón puede asumir un pasado desde un presente a partir del cual se da sentido a un futuro».

Frente al utilitarismo que es un reino del exterior, a través del cuento del rey hospitalario, Rodó invita a crear ese reino interior que pertenece solo a la razón. Pero se debe encontrar un punto de equilibrio entre estos dos reino, así pues, no se trata de acabar con el utilitarismo, sino de no verterse en él olvidando la razón.

Para Rodó el papel de la educación es imprescindible, habla de una educación fundada en la razón a través del sentido de lo bello.

Según Alvarado, en Ariel Rodó explica que igualdad democrática quiere ser igualdad de posibilidades basándose en la igualdad de naturaleza de todos lo seres humanos y que la diferencias «nazca de la diferencia de las facultades, tendencias y aptitudes individuales y no del artificio social». Pero esto, no puede ser posible porque la sociedad no puede ser igualitaria como no lo es la naturaleza. Así, pues Rodó concibe la igualdad democrática como igualdad de educación para luego seleccionar a los mejores.

Es por esto, que deben gobernar los jóvenes que han sido educados y seleccionados como superiores a los demás, esta es la «idea de subordinaciones necesarias y de superioridad verdadera», y esta superioridad solo se alcanza por el merito de la razón y la acción moral.

Se puede concluir diciendo que este artículo nos abre al contexto y pensamiento de José Enrique Rodó, nos muestra su visión antiimperialista y su esfuerzo por insertar en la juventud el germen de la de la emancipación cultural como seres capaces de razón, rescatando el pasado de los pueblos, formándose en la educación a través de lo bello y constituyéndose en lideres dignos ante los pueblo capaces de liberar a otros del radicalismo utilitario y la imitación de la cultura estadounidense[1].

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