Usura, práctica reprochable
Enviado por John0099 • 4 de Febrero de 2018 • 1.853 Palabras (8 Páginas) • 296 Visitas
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En la valoración de estas formas de abordaje de la racionalidad práctica el profesor Etxeberria indica que si bien hay autores que rechazan la posibilidad de juntura de las mismas, éstas son formas “que no se excluyen y que conviene articularlas para que el acercamiento al fenómeno moral sea más completo (Etzeberria, 2015, introducción módulo 3 de la materia, p.4); por lo cual motiva a realizar una jerarquización de las mismas entrelazando sus horizontes de comprensión. En lo personal, y en la lógica limitación de hacer una primera aproximación al tema, considero que los dos primeros modos son muy cercanos entre sí y se pueden conjugar incluso con otros como lo son el enfoque trascendental de Kant y el dialéctico, con su base en el platonismo, ya que, en general, intentan fundamentar la validez de los juicios morales a través de un examen de los presupuestos del discurso sometidos al parecer también, a los argumentos de los interesados en el mismo. En cuanto a los dos últimos métodos me parecen más particulares, y si bien no desconocen la posibilidad del logro de concesos, son más críticos, ya que intentan, lo que podríamos llamar una exégesis o diacronía de los contenidos del juicio moral, para que sean consistentes en su utilización y horizonte de sentido para el presente. Sin embargo, encuentro algunas diferencias entre ellos: mientras el primero busca la explicación, el segundo se centra en la interpretación; en el primero el fenómeno se desintegra en sus variables, en el segundo se busca la comprensión profunda en su totalidad; el primero indaga con interés técnico de control sobre el fenómeno, el segundo guarda un interés práctico de formulación de sentidos.
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3. Ricoeur, al iniciar el séptimo estudio hace la distinción entre ética y moral, indicando que la intencionalidad de la ética es la vida realizada, mientras que la moral refiere a las normas que se articulan para la consecución de la vida lograda, normas que tienen pretensión de universalidad y efecto de restricción (Ricoeur, 1996, p. 174). Asimismo, manifiesta que retomará dos herencias: una aristotélica, donde la ética está caracterizada por su aspecto teleológico, y otra kantiana, en la que la moral se distingue por el carácter obligatorio de la norma, de allí su aspecto deontológico. Siguiendo a estas dos tradiciones, se propone desarrollar tres tesis de estudio, la primera: la primacía de la ética sobre la moral en sentido ya mencionado de que la ética es la aspiración a la vida buena en solicitud para con los otros dentro de instituciones justas. Tender a “la vida buena” significa la configuración de la propia vida como un proyecto, donde la interpretación de sí se convierte en estima de sí y ésta da lugar al conflicto de interpretaciones (Ricoeur, 1996, p. 185). En cuanto a “la solicitud”, que es con y para con el otro, añade a la estima de sí la dimensión de valor que hace que cada persona sea irremplazable. Al indicar, en “instituciones justas” se señala que la vida buena se extiende al plano institucional, un otro anónimo y permite la comprensión de lo justo en dos aspectos: el de lo bueno, la extensión de las relaciones en las instituciones; y el de lo legal, que señala el sistema que concede coherencia y restricción (Ricoeur, 1996, p. 206).
En el octavo estudio se aborda la tarea de justificar la necesidad de someter la intencionalidad ética a la prueba de la norma. Para ello se cifra el estudio en el vínculo existente entre obligación y formalismo; dice el autor, “no para denunciar apresuradamente las debilidades de la moral del deber, sino para decir su grandeza” (Ricoeur, 1996, p. 213). Esta proposición de la investigación la desarrolla en tres etapas: En la primera, somete el objetivo de la “vida buena” a la prueba de la norma sin tener en cuenta la estructura dialógica de la propia norma contrastando así lo teleológico y lo deontológico, ya que a la idea de universalidad está unida la de restricción; En la segunda, centra la atención en la estructura dialógica de la norma, pues ésta constituye un reflejo de la solicitud de sí con el otro distinto de sí, manifestando la reciprocidad y la alteridad que rompen con la separación del yo que llega con el concepto de ipseidad, el cual se mueve entre el respeto del otro y la autonomía (Ricoeur, 1996, p. 240); Y, en la tercera, desarrolla el sentido de la justicia, mostrando que el respeto de sí, alcanza su plena significación en el respeto a la norma que despliega su régimen asegurando el respeto del otro y de “sí mismo como otro” a partir de la idea del contrato social como fin en el plano de las instituciones (Ricoeur, 1996, p. 255).
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Referencias:
Pieper, A. (1991). Ética y moral. Una introducción a la filosofía práctica. Barcelona: Crítica.
Ricaeur, P. (1996). Sí mismo como otro. Madrid: Siglo XXI.
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