Analisis del documental El orden criminal del mundo
Enviado por Christopher • 22 de Noviembre de 2018 • 1.729 Palabras (7 Páginas) • 745 Visitas
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Predomina la idea de que “la pobreza es el justo castigo que la ineficiencia merece”. Esta idea neoliberal se traduce en que no se debe ayudar al que ha perdido, para que aprenda. Pero la realidad es que la pobreza es la consecuencia de robar sus recursos a los que no pueden defenderse.
Se les ofrece dinero a los gobiernos de los países pobres para sus ciudadanos, pero de esas ayudas parte se quedan en las uñas de los intermediarios. Además, mejor que darles limosnas deberían enseñarles métodos para salir de esa pobreza en que viven. Pero una vez más, no se quiere acabar con la pobreza, porque entonces ellos no serían tan ricos.
La realidad es el Producto Mundial Bruto está concentrado en manos de multinacionales, preocupadas sólo por la maximización de beneficios mientras que los pueblos pagan sus gastos.
Y mientras se liberaliza la circulación de mercancías, la libre circulación de personas es una utopía.
Para el dinero no hay fronteras, sólo las hay para las personas. Pero como dice Amirata Traoré, ex ministra de Cultura de Malí: “Si Europa es capaz de concentrar todo en unas cuantas multinacionales, de privatizarlo todo y de dejar en la calle a sus propios ciudadanos, no tendrá escrúpulos en hacerlo con los africanos”.
Ahora sufrimos la “invasión de los invadidos”. Después de las guerras coloniales la gente se ve con la necesidad de emigrar, esperan que se les trate como se trata el dinero: para el dinero no hay fronteras, para las personas sí. Se les deja morir en el Estrecho mientras se les quitan todos sus recursos. Y se dejan todo lo que tienen en el camino, y sufren asaltos, violaciones, y cuando llegan, si llegan vivos, se les encierra por haber cometido el delito de querer una vida mejor.
Como dice Jean Ziegler, “el neoliberalismo ya no es una actividad humana. El hombre ya no es el sujeto de la historia. Se niegan los derechos. Tenemos dos opciones: o nos sometemos a los amos del mundo y sus leyes supuestamente naturales de los beneficios o defendemos los valores (la solidaridad, los derechos del hombre, la autodeterminación, etc) a través del restablecimiento del Estado nacional y de la normativa internacional. Con la primera opción la jungla se instalará en Europa y desaparecerá la civilización democrática.” Parece ser que hemos escogido la primera opción, estamos perdiendo los derechos, la solidaridad no existe. Vivimos un orden criminal del mundo que sólo podría cambiarse mediante una revolución, pero hemos escogido perder derechos y someternos a esos amos del mundo, por lo tanto, pocos se plantean la idea de que viviríamos mejor siendo libres. Perdemos nuestra dignidad, tratan de hacernos creer que estamos en peligro y que ellos son nuestros protectores. Pero en realidad son ellos los que nos ponen en peligro: por ejemplo, los terrorismos provienen en su mayoría de países invadidos por estos amos del mundo, son gente que no tiene nada que perder, y de ahí los atentados suicidas, que ya llegaron hasta nuestras ciudades.
Siguiendo con el ejemplo del terrorismo, después del 11-S en EEUU hubo una destrucción de derechos brutal, una pérdida de derechos civiles de la que además se sentían orgullosos. Y esta destrucción de derechos se traslada a otros países.
Como dice Baltasar Garzón sobre lo que ocurre en los campos de detenidos: son crímenes de guerra, incluso podrían alcanzar el calificativo de crímenes de lesa humanidad. Deberían juzgarse como tal. ¿Qué hay de la presunción de inocencia? A base de torturas cualquiera puede confesar lo que sea, sólo para que paren, y de ahí argumentan la culpabilidad. Ni siquiera se les juzga. En palabras de Eduardo Galeano, “se usa la tortura para prevenir el delito de la dignidad”
Por otra parte, ya no llamamos por su nombre a las cosas: lo que antes era imperialismo ahora es globalización, a los países que son víctimas de ese imperialismo ahora se les llama países en vías de desarrollo, al capitalismo se le llama economía de mercado.
No hay que dejarse engañar, no hay que ver los problemas como normales, tienen solución, o al menos, hay que intentarlo. Estos amos del mundo intentan controlar las conciencias, la prensa y el debate público. En ese sentido también son totalitarios. “Hay que rechazar la destrucción de nuestros semejantes por este orden criminal y mortífero del mundo.” No hay que ver las cosas como buenas intenciones imposibles de llevar a cabo, no tenemos que dejar que nos rijan por la ideologíade la impotencia nacida del miedo.
Como los sistemas totalitarios, nos meten el miedo en el cuerpo todo el tiempo. Nos da miedo decir lo que pensamos por si los demás no están de acuerdo con nosotros, nos da miedo quedarnos sin trabajo y por eso aguantamos la explotación. Tenemos “pánico a los demonios que se inventan para asustarnos”. Los derechos laborales cada vez retroceden más en vez de avanzar, pero no protestamos por miedo.
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