CARLOS MEYER OREGON Y SU PARTICIPACION EN EL COLGAMIENTO DE VILLARROEL EN 1944

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ya que el bombardeo mediático fue tal, que coparon periódicos, medios de comunicación radial, afiches y otros para lograr su cometido, claro está que con una ayuda disimulada de los EE.UU, por eso se escucha hoy en día hablar de:

• Guerra mediática

• Guerra de cuarta generación

• Guerra psicológica

• Los medios de comunicación como un cuarto poder de un Estado

En ese entonces todavía no se conocía esos términos pero ya se puso en práctica de la forma más vil y despreciable.

2) Los propietarios de las fincas o latifundistas, que veían en Villarroel y el MNR como los instigadores de la rebelión de los mal llamados Indios contra la esclavitud que se había prolongados desde los tiempos de la Colonia.

3) Los dueños de casas de las ciudades y que no eran otros que reducidos núcleos familiares de latifundistas que vivían de las rentas que generaba el trabajo gratuito del indio, así como los aristócratas empleados de las empresas privadas mineras y comerciales.

4) Los militares de alta graduación de ese entonces, a los que la nueva generación de mayores y capitanes, trato de desplazar de los puestos de comando de Estado Mayor y Unidades Militares, para asentar un poder revolucionario. En este sentido el personal militar que era miembro de RADEPA (OO., Sof. Y Sgtos) fueron implacables en su propósito de jubilar al personal militar superior a ellos.

Estas fueron las causantes del derrocamiento y colgamiento de Villarroel muy aparte que en esos tiempos la FEDERACIÓN OBRERA SINDICAL (FOS), controlada por el PIR (Partido de Izquierda Revolucionaria), decreto una huelga general e indefinida del sector obrero (particularmente ferroviario) el 18 de julio de 1946. El frente Democrático Antifascista promovió la consigan de armarse "cueste lo que cueste", al mismo tiempo que se preparaba para una venganza sangrienta (estos datos que se darán a continuación fueron tomados del libro que dejó escrito Carlos Meyer Aragon).

En las Fuerzas Armadas y particularmente el Ejército, se rompió el consenso en torno de Villarroel. Los militares desplazados por los "radepistas", en funciones de mando, consideraron llegada la hora de la venganza contra esos "mayorcitos y capitancitos" que se atrevieron a quitarles rango y jerarquía destinándolos a puestos alejados. Esta, muy claro, que el derrocamiento de Villarroel no será incruento ni pacífico.

Será con sangre. Y así fue.

Turbas armadas y dirigidas por agitadores preparados con antelación capturaron al My. Máx Toledo, Director de Tránsito, ubicado en la calle Colombia de la zona de San Pedro, lo aturdieron a golpes y aún con vida lo colgaron de un árbol frente a la cárcel de San Pedro.

Fue la primera víctima de la venganza que se levantó descomunal ese tremendo día que el almanaque marca con tinta roja un domingo 21 de Julio 1946.

A las 14:00 horas atacaron Palacio de Gobierno, entre ellos se encontraba Meyer, acribillaron a tiros primero a el Cap. Waldo Ballivian , edecán del Presidente y luego procedieron con el Sr. Luis Uría de la Oliva, el secretario privado de su excelencia para finalmente matar, allí mismo, a Villarroel, pero esto no sacio el desborde de pasiones. Arrastraron sus cadáveres por los pasillos ensangrentados de Palacio y desde los balcones que dan sobre la calle Ayacucho los arrojaron para que la multitud delirante, asi muertos los cuelguen de los postes de luz frente al Palacio, la quinta víctima de ese día fue el periodista Roberto