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CONFLICTO COLOMBO PERUANO

Enviado por   •  2 de Enero de 2019  •  2.156 Palabras (9 Páginas)  •  302 Visitas

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Ahora bien, en Bogotá las noticias del verdadero acontecimiento, conllevó a que el furor patriótico explotara en políticos e individuos que nada tenían que ver con la política, pero que sí estaban al tanto del país, -en esa entonces, el país no contaba con recursos propios y suficientes para soportar una guerra, no había recursos financieros- aquellos que eran pudientes, iniciaron una recolecta de piedras preciosas, joyas y todo aquello de valor, en ayuda de comprar material bélico. A esta gran campaña se unieron otros para la recolecta como fueron los periódicos de la capital, mediante la empuje, para que el Banco de la República recepcionaran “las argollas matrimoniales para la adquisición de armas en el extranjero y el propio doctor Eduardo Santos y su esposa, doña Lorencita, se pusieron a la cabeza de los donantes en medio del entusiasmo nacionalista que no conocía límites” Michelsen y Donadio (1990). Por otra parte, “la ira contra la ofensa peruana ardió en muchos rincones de Colombia. Millares de hombres se acercaron a las instalaciones militares para ofrecer sus servicios al Ejército” (El Tiempo, octubre 5 de 1932).

Muy contrario de lo que pasaba, si es necesario informar que parte de la situación financiera y económica del país, por algunas disputas de los liberales frente a la institución militar, las Fuerzas Armadas no contaban con un presupuesto digno, para que se apertrecharan de armamento, buques, en fin lo acorde a la función principal. Olaya, reduce el presupuesto militar “de $ 7.227.000 en 1929, los gastos públicos ocasionados en el Ministerio de Guerra pasaron a $4.175.000 en 1930, $3.945.000 en 1931 y $3.715.000 en 1932” (Atehortúa Cruz, 2007[3])

En Colombia a “la ausencia de vías terrestres, se sumaba la virtual inexistencia de una marina de guerra y la gran distancia entre el trapecio y los puertos del Océano Pacífico” (Wiros); las comunicaciones terrestres se fomentaban por medio de caminos de herradura, hasta Florencia, población con algún renombre, debido a la misma venta de la quina, la aviación militar estaba en sus comienzos; la situación era apremiante, se necesitaba con urgencia la presencia de un batallón que estuviera dotado, aunque fuera de lo esencial para sobrevivir y poder combatir honestamente.

Se tiene en consecuencia, que el Estado Colombiano en cabeza del pueblo puede hacer mucho más, cuando se trata de patriotismo; así, en un tiempo adecuado Colombia organizó una fuerza militar de la FAC, cuyos aviones eran tripulados por aviadores colombo-alemanes y mercenarios comandados por el coronel Herbert Boy, la flotilla se constituía por aviones nuevos donados por Estados Unidos y otros comerciales alemanes, aunque viejos adaptados para llevar armamento y, otros aviones civiles adaptados para la operación.

Naturalmente, que era necesario contar con estrategias por mar, así fue que:

El General Alfredo Vásquez Cobo, ministro de Colombia en Francia, sugirió la compra de buques de guerra para sobreponerse a la marina peruana en el Amazonas. La expedición naval penetraría río arriba por territorio brasileño y retomaría Leticia. El plan fue apoyado por Eduardo Santos, entonces residente en París, y presentado al presidente, quien lo aceptó subrayando la importancia del apoyo aéreo. Vásquez Cobo asumió en persona la compra de los buques y se ofreció a llevarlos personalmente hasta el Amazonas (Donadío, 2002, pp. 203 y ss.). Contaban con 6.000 soldados, 200 oficiales, influído por Suiza, Alemania y Chile, se caracterizaban por el asalto cuerpo a cuerpo. Sirvieron algunos veteranos alemanes, el coronel Hans von Schuller, el jefe de pilotos de Scadta y el mayor Hebert Boy.

Por el contrario, Perú contaba con experiencia en combates, tenía aproximadamente 17.000 hombres en su ejército, submarinos, cruceros y guarniciones hasta el amazonas. Expertos en trincheras y técnico en primer orden en fortificaciones.

De esta manera, se obtuvo una respuesta considerada como record mundial. La estrategia vencedora se le debió al general Alfredo Vásquez Cobo; fueron considerados varios actos heroicos, el más sonado fue “el del soldado Cándido Leguízamo, quien el 30 de enero de 1933, emboscado en la jungla, mantuvo a raya casi 30 peruanos, salvó un compañero y murió con una pierna destrozada y diez impactos, no sin antes causar múltiples bajas al enemigo” Banco de la República-Revista Semana, 2012).

La restauración se dio, cuando finalmente la guerra se define en dos choques; primero en Tarapacá, con la superioridad táctica colombiano salieron huyendo para no sufrir tantas bajas y, cuando la infantería marina desembarcó atacando una posición defendible, aunque con pocos soldados. Segundo, Olaya Herrera siempre estuvo pendiente que Brasil mediara, pero no fue así; ordenó entonces tomar Guepí en el alto Putumayo, por encontrarse en una posición estratégica, para la comunicación hacia Puerto Asís, tomar también Puerto Arturo y Pantoja en el bajo.

De igual modo, se dice que la toma de Guepí fue una verdadera guerra, ya que los peruanos dieron la lucha hasta el final, “la excelente fortaleza con su posición inexpugnable, finalmente cayó cuando un sargento clavó en la cima la bandera colombiana”. Colombia gana la guerra, usando métodos como aviación naval, desembarco anfibio y bombardeo táctico. Olaya ofrece la paz, Sánchez Cerró fue linchado por manos de un comunista en 1933, delante de 25.000 soldados.

El sucesor de Sánchez Cerro, llegó a temer una invasión colombiana. A pesar que Perú inicia la guerra, nunca fue castigado y continua considerando que el Trapecio Amazónico es propio. La guerra termina extraoficialmente el 26 de mayo de 1933.

Esta revisión tan somera como evitablemente personal, conlleva a obtener una alusión, y como quedó la frontera después de la guerra: “posteriormente no había presencia del Estado, entonces el gobierno nacional decide dejar en Puerto Leguizamón a el ejército; años después el ejército entrega a la Armada Nacional, por la presencia del río. Monta una escuela de colonización en la Tagua y acá, se queda establecida una base naval; desde ese momento siempre ha funcionado, cumpliendo en este año (2016) 73 años de servicio naval” (Flórez Ortega, 2016).

Como breve conclusión, se puede aducir que a pesar que se han tenido disputas limítrofes con Perú, el lado sur sigue abandonado por el Estado colombiano, en cuanto a la población se encuentra abandonada, el batallón de la Armada Nacional le ofrece un ambiente habitable, el cual fue establecido con un fin estratégico, además contrarrestar que se siguiera expandiendo la actividad de la casa Arana, en la

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