CONQUISTA DE MEXICO (SEGUNDA PARTE)
Enviado por Christopher • 26 de Septiembre de 2018 • 1.135 Palabras (5 Páginas) • 341 Visitas
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Jugaron pues, el papel de agentes dobles, para comprar a la gente de Narváez con algunas cadenas de oro.
Al volver triunfante sobre los hombres de Velázquez entro a Tenochtitlan, o más bien, a una trampa pues los aztecas estaban ya en pie de rebelión. Poco antes de entrar en la gran ciudad, paró en Tacuba, en donde los señores del lugar le dieron un sabio consejo:
Señor, quedaos aquí en Tacuba, o Coyoacán o Texcoco y envía por don Pedro de Alvarado, porque estando en aquellos llanos y tierras firme, si se quisieren alzar los indios mejor nos defenderemos que no metidos en la laguna.
Después de la matanza del templo mayor, la sociedad tenochca determino levantarse contra los teules y exterminarlos.
La inusual temeridad de don Hernán cortés no era suficiente para conquistar al imperio mexica. Parece haber sido clave en el éxito de tal empresa haber recibido como regalo de los caciques tabasqueños varias mujeres, entre las que se encontraba Malintzin, que hablaba el maya y el náhuatl y que abrazo la causa española como forma de promoverse social y económicamente .
Al enviar cortés a algunos de sus prisioneros aztecas de gran renombre a hablar de paz a Cuauhtémoc, este lo sacrifico Huitzilopochtli, según había amenazado. Y a partir de entonces no hubo tregua, salvo una simulada por Cuauhtémoc, cuando prometió a cortés entrevistarse, pero solo para ganar tiempo y recuperarse de los grandes perjuicios sufridos sufridos, y así continuar con la defensa del majestuoso imperio que recién habla heredado y que estaba ya semidestruido.
A Cuauhtémoc, pese al heroísmo mostrado, se le vio intentarse fugarse a toda velocidad en una barca. En su célebre narración, dice Bernal Díaz del castillo:
“Cuando se vio cercado el Cuauhtémoc, tuvo temor no le prendiesen o matasen, y tenía aparejadas cincuenta piraguas con buenos remeros, para que viéndose en aprietos salvarse e irse a meter en unos carrizales, y desde allí a tierra, y esconderse en unos pueblos de sus amigos.”
“La historia de la humanidad es la historia de los mártires”, decía el escritor francés Edouard Lefebvrede Laboulaye. Ideas de que se aplica muy bien a nuestra historia patria, que ha hecho de los caídos en múltiples derrotas héroes de gran estatura. A l respecto, historiador Luis Gonzales de Alba reflexiona sobre el simbolismo Histórico de Cuauhtémoc:
La psicología social mexicana tiene un magnifico tema de investigación en nuestra identificación con los vencidos y no con los vencedores, siendo hijos de ambos… La historia oficial de México es una larga serie de derrotas gloriosas y un pesado directorio de héroes derrotados. Comenzando por Cuauhtémoc y su profético nombre, Águila que cae, hasta zapata, veneramos la caída, el fracaso y lo consagramos como símbolo de pureza. Cuauhtémoc, último emperador de imperio detestando por todos sus vecinos y vasallos, en nuestro más puro héroe no por sus hazañas n por sus construcciones, ni sus conquistas pues no tuvo para ellas, sino porque el gran derrotado.
Contrariamente a ello, el mito histórico de Estados Unidos, según los antropólogos Ziauddin Sardar y Merryl Davies: “el héroe es el único que produce una identificación poderosa, mientras que nadie llora a los vencidos”. Más aún, los vencidos “como agentes del mal, tienen por definición un menor valor humano”. He ahí una visión contrastante entre ambas culturas, derivadas de un proceso de colonización radicalmente distinto.
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