Como se da la Historia de Cordoba (Resumen)
Enviado por monto2435 • 4 de Enero de 2019 • 4.462 Palabras (18 Páginas) • 456 Visitas
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En Córdoba, la noticia de la traición de Urquiza causó desconcierto entre los federales, mientras Mitre preparaba sus columnas militares- todas al mando de jefes uruguayos: Paunero, Arredondo, Sandes, Iseas, Rivas y Flores- en la provincia se desataba una serie de acontecimientos caóticos. En el mes de noviembre existían sucesiva o simultáneamente seis gobernadores.
El 16 de diciembre de 1861 se designaba como mandatario al tucumano Marcos Paz, quien tras estar dos meses en el gobierno, devolvió el poder a Paunero.
Pero ante el fracaso por designar como gobernador a de la Peña, asume en el poder Justiniano Posse, quien de inmediato chocó con el Jefe del ejército de ocupación porteño, que pretendía influir para que los diputados nacionales que debían elegir Córdoba respondieran a la tendencia liberal-mitrista. No obstante, los electores en Córdoba ya habían votado al general Mitre para presidente, el cual en octubre iniciaba su discutida gestión de seis años (1862-1868), signada por la guerra contra el Paraguay y las persecuciones contra los representantes de la causa provinciana.
Justiniano Posse procedió con extrema dureza contra los federales netos, como cuando envió a las fronteras a los presos “rusos” con causas pendientes, pero simultáneamente se enfrento al gobierno nacional por razones de administración local y con la facción de de la Peña.
El cuadro de las provincias después de Pavón distaba de ser homogéneo. Ciertos caudillos y gobernadores provinciales resistían la autoridad del vencedor de Pavón e incluso esperaban un nuevo "pronunciamiento" de Urquiza, esta vez contra Mitre. Entre estos caudillos provinciales que desafiaban el orden mitrista estaba el riojano Ángel Vicente Peñaloza, apodado el "Chacho", quien inició desde La Rioja a principios de 1862 un movimiento contra los liberales que deponían gobernadores urquicistas.
El Dr. Posse, separado de toda función por exigencia de los “rusos” conspiró contra el gobierno autonomista, pero fue muerto el 2 de marzo de 1865. La tragedia del jefe liberal “ultra” conmovió a la ciudad y debilitó al gobierno de Roque Ferreyra (segunda gobernación), circunstancia que Mitre trató de aprovechar para obtener su renuncia y alinear a Córdoba con su política. Mientras comenzaba a reclutar soldados para enviar al Paraguay, al que habían decidido destruir en una alianza con el imperio brasilero y los liberales uruguayos, pero el pueblo argentino se resistía a enfrentarse. En Córdoba el batallón “Córdoba libre” se amotinó también para no marchar y debió ser disuelto. Debilitado por la ausencia de su brazo armado, Ferreyra fue fácilmente derrocado por Simón Luengo, en una revolución “iniciada, dirigida y costeada” por el partido liberal-mitrista. Quedó como gobernador provisorio el Dr. Luis Cáceres y más tarde el federal derquista Dr. José Mateo Luque.
Lo que siguió a la breve experiencia liberal del retorno del partido “ruso” fueron tres gobiernos liberales sucesivos, porque el de Luque fue anómalo, contra la corriente. Estos fueron el segundo mandato de Félix de la Peña (1868-1871), el gobierno del Dr. Juan Antonio Álvarez (1871-1874) y la administración del Dr. Enrique Rodríguez, futuro autor del Código de Minería de la Nación (1874-1877).
Los principales acontecimientos de esta época liberal fueron: la llegada a la comandancia de Rio Cuarto, en la frontera india, del Coronel Lucio Mansilla, quien realizaría al poco tiempo su famosa “expedición a los indios ranqueles”; el retorno de los soldados cordobeses que habían combatido en la Guerra del Paraguay; la inauguración del telégrafo en línea con Buenos Aires y el Ferrocarril Central Argentino de Córdoba a Rosario; la reforma constitucional de septiembre; la apertura de la Célebre Exposición Nacional (con la presencia de sarmiento) en octubre de 1871 y del Observatorio Astronómico días después; el establecimiento del “Banco Provincial Córdoba”; la construcción del Ferrocarril Andino de Villa María a Rio Cuarto; el establecimiento de la Academia Nacional de Ciencias en enero de 1874. Hitos todos estos que marcan la incorporación de Córdoba a la marcha del proceso civilizatorio empujado por el capital europeo, especialmente inglés, y que en poco tiempo más, bajo el juarismo, se hará arrollador.
El Censo nacional de 1869 ya manifiesta el aporte inmigratorio con el arribo de españoles, italiano, franceses e ingleses, incorporándose nuevos valores que contrastarán con los tradicionales.
La ciudad, y la provincia en menor medida pero apreciable también, comienzan a cambiar su fisionomía tradicional. Experimenta un gran incremento el comercio con Buenos Aires. El librecambio, saltando las distancias con el ferrocarril, lleva la producción de manufacturas inglesas a los más recónditos rincones de la provincia, destruyendo las artesanías criollas y dejando por doquier miseria y desocupación. Con la primera colonia agrícola (Tortugas, 1870), en el límite con Santa Fe, aparece tímidamente el capitalismo agrario que se desarrollará en las dos siguientes décadas. Se dictan las primeras leyes de tierras, que permiten al Fisco provincial disponer pródigamente de las vastas planicies de propiedad pública. Por el contrario los ganaderos de pocas cabezas, labradores, pequeños propietarios rurales, pobladores de tierras mostrencas, son desposeídos de sus tierras para ser entregadas gratuitamente a las empresas ferroviarias. La persecución de los “vagos” y “mal entretenidos” se hace más severa: la propiedad, paulatinamente valorizada por su inserción en el desarrollo de la economía agropecuaria, debe ser protegida.
En el orden político, la década se caracteriza, en primer lugar por transcurrir su primer lustro bajo la presidencia de Sarmiento, ya alejado del mitrismo, y el segundo lugar, por el comienzo en Córdoba de los trabajos políticos orientados a imponer una presidencia “provinciana”: la del Dr. Nicolás Avellaneda.
El movimiento avellanedista fue muy fuerte en Córdoba desde 1873. Lo integraban, especialmente, la generación universitaria del “Comité de la Juventud”, los antiguos federales acaudillados por el ex Gobernador Alejo Carmen Guzmán, liberales autonomistas (“ultras”) como Filemón Posse o Gerónimo del Barco, y hasta Félix de la Peña.
A pesar de la sublevación mitrista, la cual fue suprimida, Avellaneda pudo ejercer la presidencia de la Republica que había asumido en medio del tumulto.
Tras el gobierno de Rodríguez, asume Antonio del Viso, bajo su administración se cumplió un innovador programa de reformas liberales que anticipo en Córdoba la Generación
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