Doctor en historia por la Universidad de Aix-en-Provence y profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Los Andes, en Bogotá.

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Es aquí donde la mujer empieza a pensar en sí misma, en el tipo de vida que lleva. Los liberales por su parte veían las condiciones apremiantes para la población, la no remuneración por un trabajo, el alfabetismo, la privación de derechos esenciales. Desde 1886 con la constitución se nombró a la iglesia como la mano derecha del estado formando a la población de forma sumisa y sometida a órdenes de lo divino, de la moral religiosa católica donde igualmente lo bueno para el ser debía ser impuesto por estado.

La iglesia fue el actor que se ha encargado de la educación del país y que limitó el desarrollo racional, crítico, científico y colocó a la mujer como un objeto incapaz de pensar por sí misma, de elegir para su bienestar, no podía votar formada únicamente para servir, para adecuar su casa de lujos, adornos y como única finalidad en la vida ser madre y esposa. Sin derecho a una opinión crítica de su entorno social y político. Lo político social y económico (las elites) manejaba el acceso a la educación técnica y universitaria. Se veía el descontento por la mezcla entre razas que enfatizaba la desigualdad ya que la población era producto de españoles, negros e indígenas y esto disgustaba a la clase alta ya que implicaba atraso en el desarrollo, progreso y sólo traían pobreza.

Se puede pensar que Colombia fue constituida en modelos de desarrollo para acrecentar el poder, la apropiación arbitraria de los territorios, también para someter a la clase baja desde la educación, desde el trabajo, desde el color de la piel, quitándole el protagonismo a la mujer, dejando lo socio cultural e intelectual en un segundo plano para dedicarse el gobierno a mejorar las políticas económicas y financieras que trajeron como resultado la implementación de los bancos, el patrón oro y la regulación de los bienes públicos e enriquecimiento por medio de la Contraloría General de la Nación.

CONCLUSIONES

- El capítulo de los años de cambio, nos deja una contextualización acerca de la relación entre la lucha por el poder. lo económico, lo político y social que generó cambios en la forma tradicional-colonial establecida, hubo transformaciones, procesos de revolución como el desarrollo en infraestructura, en el pensamiento ahora crítico, igualdad, inclusión y concepción del hombre y sus derechos como ciudadano.

- Podemos concluir que el autor nos brinda fragmentos de lo que ha sido la formación de la sociedad colombiana en diferentes ámbitos, para crear una opinión pública de lo político-social y administrativo, que nos permita analizar la forma de gobierno y bases del estado que nos rige aún.

- siendo el país 90% producto del catolicismo en la formación del ciudadano actual, se evidencia hoy en día la lucha por el poder y el territorio. Por parte de derecha e izquierda con diferentes posturas que nos dejan, la falta de oportunidades, el crecimiento de la pobreza, las fallas en educación.

La desigualdad sigue presente, es quien regula aún las clases sociales, el nivel de desarrollo y progreso. Una consecuencia de la modernización y la rivalidad entre la hegemonía conservadora y los liberales, es un conflicto armado que ha perdurado por 50 años y nos ha marcado como país.