EGIPTO: Imperio Medio, Nuevo y Tardío
Enviado por John0099 • 19 de Noviembre de 2018 • 5.444 Palabras (22 Páginas) • 408 Visitas
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Sacerdotes: Al frente de la población estaba el faraón y su familia que era la nobleza por excelencia. Después venía la clase sacerdotal, la más respetada y de mayor autoridad, pues toda la vida de los egipcios se desarrollaba en función del ideal religioso, gozaban de muchos privilegios. Eran los únicos sabios del país y como tales, eran los educadores y consejeros del faraón y de su familia. Le predicaban al pueblo el respeto y la obediencia al faraón como representante de la divinidad. La misma vida del faraón, aún la privada, estaba regulada en todos sus detalles por las indicaciones sacerdotales. Cada centro tenía un conjunto de templos, "Las Mansiones del Dios", en donde todo un cuerpo de sacerdotes, sacerdotisas y siervos se empleaban tanto para mantener el templo como para la organización del culto.
A su vez, cada templo era un centro de acumulación de conocimientos, haciendo que durante toda la historia de Egipto, el saber se compilaba en estos centros y se resguardaba para las futuras generaciones; algo así como nuestras bibliotecas actuales. La posición sacerdotal ejercía un gran poder y autonomía, ya que generalmente los templos tenían una cantidad de tierras adjudicadas que le proveían sustento, a través del ganado, como así también del cultivo.
Visir: El visir es el encargado de supervisar el funcionamiento del Estado así como revisar hasta el más mínimo detalle de la casa del faraón. Era el funcionario más importante y el segundo al mando. Pertenece al tribunal superior, era responsable de la casa del faraón, la construcción de su tumba y la organización del ceremonial funerario. Controlaba la administración, tanto de conseguir y organizar a los obreros para las obras públicas como de los almacenes donde se guardaba la recaudación de impuestos, controlaba la policía y los transportes, era responsable de la contabilidad, responsable máximo de la justicia y encargado de nombrar a los jueces. Debía saber la cantidad de recursos disponibles en el reino y conocer el resultado (en el momento) de los distintos censos. Dirigía el Tesoro y el Ministerio de Agricultura y en general era el jefe de todos los servicios de Rey: Casa Real, Casa de Armas, etc.
Nomarca: El nomarca es el funcionario que gobierna en un nomo (una de las provincias de Egipto). Sus funciones eran la recaudación de impuestos, era responsable de la medición de los suelos cultivables, el almacenamiento y reparto de los alimentos, supervisaba las propiedades de los templos y controlaba las ofrendas de alimentos.
Escriba: El escriba era el encargado de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura sobre papiros. Además el buen funcionamiento del Estado reposaba, esencialmente, en estos. Debían vigilar el cumplimiento de las órdenes del faraón, velar por el cuidado y mantenimiento de los canales, caminos y obras públicas, registrar los nacimientos y defunciones, repartir y cobrar los impuestos. Trabajaban en todos los departamentos de la administración, llegando incluso a ser escribas reales, dominando la administración central. Los jóvenes que deseaban ser escribas eran educados en una casa de vida, que dependía de un templo, los escribas aprendices estudiaban, de los cinco años a los diecisiete años, la escritura jeroglífica e hierática, gramática, además de aprender Derecho, idiomas, historia, geografía y contabilidad.
El Canciller del Dios: Se convirtió a partir de la Dinastía VI en adelante, en un importante Cargo Administrativo. Entre sus funciones estaban la de actuar como jefe de Misión organización y dirigiendo las expediciones a las minas y los viajes comerciales al extranjero (para ello disponía de tropas armadas o de una flota y ostentaba, por ello, los cargos de general y almirante). También dirigía y administraba la explotación de los monopolios reales.
Guerreros: Después de la nobleza real y sacerdotal viene la clase de los guerreros. Eran una clase poderosa. En sus mejores tiempos llegaron a ser unos 400 mil hombres. Debían defender el país y se hallaban particularmente estacionados en las fronteras. El primitivo ejército egipcio se componía de infantería. La caballería y los carros de guerra entraron posteriormente.
Organización Política – Social
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La organización sociopolítica del pueblo egipcio obedeció a la relación primaria que, desde un principio, se estableció entre la dimensión religiosa y el aspecto económico de la subsistencia básica: nos referimos a la divinización del Nilo como fuente primordial de sustento. Este esquema mental prefigura como una forma de mando en la que es un solo individuo el que reúne en sí los poderes político, judicial y administrativo, así como la autoridad religiosa. De aquí que fuera el faraón ("Gran Casa") quien ocupara el puesto supremo en el gobierno, en la escala social, en la jerarquía sacerdotal y que, además, fuera venerado como una divinidad, siendo este último aspecto de gran relevancia. A esta forma de gobierno, cuyo fundamento es la religión, se le conoce con el nombre de teocracia.
Eje de todas las actividades y revestido de poder absoluto, el faraón y su familia se destacaban claramente respecto de los demás hombres. La rígida división de clases egipcia obedecía, también, a la necesidad de organizar y controlar, hasta en sus más mínimos detalles, la vida de los súbditos de un imperio tan vasto.
Por debajo del faraón y la familia real, la influyente clase sacerdotal desempeñó un papel decisivo en los acontecimientos que constituyen la historia de Egipto.
En el siguiente peldaño social hallamos la clase de los funcionarios o cuerpo administrativo, integrada por nobles que contaban con amplios privilegios e influían, como los sacerdotes, poderosamente en el faraón. Dentro de este sector, los escribas se señalaban como figuras claves del imperio, ya que en sus manos —provistas con cálamos para escribir, tintas y papiros— estaba la tarea de consignar por escrito leyes y edictos imperiales, informes administrativos, actividades comerciales y textos sagrados.
Venía en seguida la clase de los soldados profesionales, en tanto que comerciantes y artesanos constituían el quinto estrato de la jerarquía social egipcia. Los comerciantes, sobre todo, se destacaban como elementos de valor inapreciable dentro de un imperio rico y próspero, ya que mediante sus actividades de importación y exportación de mercancías eran quienes, en gran parte contribuían a mantener la supremacía egipcia.
Los campesinos formaban la sexta clase social, y es fácil reconocer su importancia
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