EL VERDADERO ROSTRO DEL RACISMO Y LA DISRIMINACIÓN EN GUATEMALA Y SUS EFECTOS FISCALES EN EL ARREBATO DE TIERRAS Y TERRITORIOS, SALUD, EDUCACIÓN Y NUTRICIÓN EN GUATEMALA
Enviado por Rimma • 1 de Enero de 2019 • 2.371 Palabras (10 Páginas) • 414 Visitas
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El hecho de que a nuestra gente se les quité la tierra donde producen su sustento y fuentes de ingreso, hace que tengan también una deficiencia en cuanto a la educación, economía, salud y nutrición, factores, que nunca son mencionados por aquellos que les conviene tener a nuestra gente con una venda en los ojos. He aquí entonces, donde se ve que el arrebato de tierras y territorios causan más de un solo problema y más de una sola razón de lucha y resistencia.
Es importante mencionar, que la ONU pacto como fecha o año límite de reducción de la pobreza y problemas de salud el año 2015, vemos entonces … Ya estamos en 2016, el Gobierno dice: se ha logrado mejorar el estado nutricional, el estado de educación, salud y pobreza en general en el país, sin embargo, los que vivimos en carne propia estos problemas en el interior del país sabemos, que la verdad no es esa, sabemos, que aún tenemos gran parte de nuestra sociedad emigrando a países ajenos con el propósito de darle a su familia, una vida más digna, sabemos que gran parte de nuestra población infantil está siendo infestado por la desnutrición y problemas varios de salud, sabemos que la dieta de gran parte de guatemaltecos es una tortilla con sal o frijol y un vaso de agua no pura. No hace falta ser diputado o presidente de la Nación para darnos cuenta que la morbilidad y mortalidad infantil y femenina está arrebatándonos un gran número de nuestra población… Es tan contradictorio entonces, escuchar lo que el Gobierno dice sobre el logro que se ha tenido en cuanto a la reducción de pobreza en la población, en cuanto a encuestas muy recientes, donde se vio reflejado, que 6 de cada guatemaltecos viven en pobreza, 3 en pobreza extrema y 1 en condición adecuada, estudios reflejan que en Guatemala las clases sociales están llegando a reducirse de 3 a 2, pues la clase alta se mantiene, sin embargo la clase baja está aumentando, mientras que la clase media se está desapareciendo, pero no se está yendo a la clase alta, si no que se está sumando a la clase baja, entonces, ¿le creemos al gobierno? O más bien ¿le creemos a lo que nuestros ojos ven en verdad?... Que estos indicadores sociales estén tan rezagados, en comparación con otros países de la región, es todavía más sorprendente si se considera el nivel de ingresos del país. Pues en efecto, Guatemala no es un país pobre, sino más bien es un país de renta media, con un producto interno bruto (PIB) per cápita comparable al del Ecuador. Sin embargo debido a la mala distribución y a la manipulación de varios derechos de los sectores más vulnerables, Guatemala se encuentra en este problema. Entonces, la distribución de la carga tributaria muestra la gran inequidad del sistema tributario guatemalteco. La tributación directa (relacionada con el patrimonio y la renta) es muy débil. La tributación se compone principalmente de impuestos indirectos relacionados con el consumo, que recaen en mayor medida sobre los quintiles más pobres de la población.
De esta manera, la carga tributaria pesa principalmente sobre las familias más pobres y sobre la población maya, que son las que, en efecto, están financiando en mayor medida, como proporción de sus ingresos, ya sea de manera voluntaria o de manera involuntaria. El peso que tiene la imposición indirecta (más del 75% del total recaudado) es de tal magnitud que anula los efectos progresivos de la tributación directa y hace que nuestros pueblos sufran las consecuencias en cuanto el arrebato de sus derechos. Más aún, el sistema está plagado de exenciones y privilegios fiscales que socavan su efectividad y equidad. Los sectores corporativos más lucrativos del país gozan de significativos incentivos fiscales, entre ellos los cafetaleros y azucareros, las maquilas, el turismo, la minería, el sector energético y las telecomunicaciones, pero todo esto, es acosta del sufrimiento del pueblo maya originario del país.
La elite económica del país ha logrado mantener un nivel de privilegios fiscales todavía más elevado que el de otros países de la región debido a la enorme capacidad de incidencia que ha tenido sobre la vida política del país, pero recalco una y otra vez (y cuantas veces sea necesario) que ha logrado mantener sus grandes privilegios, gracias al arrebato de las tierras y otros derechos a la población originaria. Si bien en los últimos años se pueden detectar ciertos puntos de inflexión en el rol de los grupos económicos de elite, éstos recurrieron a las mismas tácticas de resistencia ante las declaraciones del presidente Álvaro Colom (Sin echarle flores a este señor, pues también cometió varios errores durante su gobierno) al tomar posesión en 2008, según las cuales se comprometía a reformar el sistema fiscal para que Guatemala no continuara siendo “un paraíso fiscal que beneficiara a unos cuantos”
Se preguntarán entonces, ¿Cuál es la relación del título del ensayo con respecto a todo lo antes mencionado?... Bien, la respuesta es esta; Si a la población más vulnerable del país no se les fuesen arrebatados sus derechos al igual que sus tierras por explotación a causa de la minería, plantación de palma africana, hidroeléctricas y muchos otros usos indebidos dados por los ricos, nuestra gente tendría más opción de producir productos diversos para su comercio y consumo familiar, si se tuviera la tierra necesaria para sembrar y cosechar determinados productos, las personas tendrían una economía más estable, y es sabido, que si se tiene una economía estable, se puede tener acceso a una educación, salud y nutrición más adecuada. Por ende se vería al país en un estado de precariedad menos radical, por consecuente no se vería a Guatemala como un país en vías de subdesarrollo. Con todo esta problemática se insta entonces, al Gobierno a asumir el compromiso fiscal que se requiere para dar cumplimiento de manera plena y progresiva al derecho a la salud, la educación y la alimentación en Guatemala de manera equitativa e igualitaria en todo la sociedad guatemalteca, haciendo efectivas las garantías constitucionales y materializando el compromiso político declarado por sucesivos gobiernos de la última década. También es importante instar a nuestros pueblos mayas, que más que pueblos de una Nación somos pueblos hermanos, pueblos que compartimos una misma historia, una misma cosmovisión una misma sangre guerrera y una misma capacidad de empoderamiento que cualquier otra cultura del mundo. Como pueblos originarios, es momento de levantarnos, elevar nuestra voz y que se nos escuche, y demostrar que somos personas que queremos darle fin a una sociedad tan precaria y racista y formar una verdadera sociedad, donde haya más igualdad, por el tipo de sociedad y gobierno, no nos será fácil combatir contra los estereotipos sociales,
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