ETICA, ECONOMIA Y GLOBALIZACION, REFLEXIONES DESDE EL CONCEPTO DE POBREZA

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Sen manifiesta que en una sociedad libre cada individuo tiene la potestad de decidir el orden de sus prioridades independientemente de los intereses de los demás. Es su propio orden de preferencia y lo construye independientemente de los ordenamientos de los otros. Sin embargo, la sociedad necesita una comunión social que entre varias opciones pueda alcanzar los objetivos de desarrollo respetando el principio de equidad de los sistemas sociales, sobreponiendo las diferencias individuales a las preferencias sociales.

Los estudios de Sen se sustentaron en las grandes hambrunas que se habían producido desde los años 40 del siglo pasado en la India, Bangladesh o el Sahara, al final de sus estudios concluyo que si el abastecimiento de alimentos hubiera sido diferente, la situación no habría sido catastrófica en relación a otros años, además sostiene que el problema no sólo es el suministro, sino que se debe a una serie de factores sociales y económicos que afectan de manera desigual a los diferentes grupos sociales y que están relacionados con la elección de oportunidades.

Así la definición de pobres para a Amartya Sen se resume asi: “Para identificar a los pobres debemos tener en cuenta, por ejemplo, la privación de los ciudadanos de regímenes autoritarios, desde Sudan a Corea del Norte, a los que se niegan la libertad política y los derechos civiles; debemos entender las tribulaciones de las mujeres que se ocupan de las tareas domésticas en las sociedades dominadas por los hombres, comunes en América Latina y Asia, que llevan una vida de docilidad no cuestionada; de los niños analfabetos a los que no se les ofrece oportunidad de ir a la escuela; de los grupos minoritarios que tienen que acallar su voz por temor a la tiranía de la mayoría”.

Daniel Arcos angek

Por ello el concepto de pobreza en el marco de la globalización resulta también complejo y polifacético. Ya los pensadores latinoamericanos de la liberación en sus reflexiones más recientes han abordado con encono esta concepción integral de la pobreza y los pobres como categorías teológicas.

Ante el vacío institucional de organismos reguladores globales que restrinjan los abusos de poder económico debemos proponer esfuerzos globales teóricos sobre los que se cimienten las probables instituciones del mañana. Sabidas son las limitaciones y riesgos de una empresa de tamaña envergadura, pero dadas las actuales circunstancias del mundo, no podemos quedarnos como observadores de la realidad sin intentar transformarla.

Debemos reflexionar sobre el concepto de libertad y autodeterminación, debemos generar nuevos símbolos que se contrapongan a las formas de lenguaje y a los logotipos que soportan la existencia y prolongación de los modelos imperantes, debemos adueñarnos del lenguaje en un mundo que nos niega la posibilidad de la comunicación como seres humanos.

En conclusión y nuevamente citando a Joseh Stiglish “la situación actual me recuerda al mundo de hace unos setenta años. Cuando el mundo se sumió en la Gran Depresión, los partidarios del mercado libre dijeron: “No os preocupéis; los mercados se autorregulan y, con el tiempo, la prosperidad económica retornara”. No había que preocuparse por la desgracia de aquellos cuyas vidas quedarán destrozadas durante la espera de dicha eventualidad. Keynes sostuvo que los mercados no se autorregulan, o al menos no lo hacían en un marco temporal relevante, como dijo en su célebre frase: “a largo plazo todos estaremos muertos”

Finalizo esta reflexión con las palabras de Ernesto Sábato, que nos remite a esa esperanza que nos mantiene en la antesala de una realidad donde: “Nada puede el mundo contra un hombre que canta en la miseria”.