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El Siervo de la Nación: José María Morelos y Pavón.

Enviado por   •  20 de Septiembre de 2018  •  2.401 Palabras (10 Páginas)  •  423 Visitas

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Morelos regresó a Cuautla, vía Cuernavaca, dispuesto a resistir el asalto anunciado de Calleja. El sitio de Cuautla, que se prolongó de febrero a mayo de 1812, ha sido interpretado de manera diferente por los panegiristas de cada uno de los bandos. Inicialmente Morelos logró derrotar a Calleja, pero Calleja consiguió reforzarse con tropas de refresco.

Diezmaron los efectivos de Morelos y le obligaron a organizar una salida arriesgada, que culminó con notable éxito. Tanto los insurgentes como el propio Calleja se atribuyeron el triunfo sobre sus contrarios, pero el sitio de Cuautla, de todos modos, constituyó un modelo de resistencia límite, que socavó y atemperó el triunfalismo del mariscal español.

La tercera campaña, de junio de 1812 a agosto de 1813, fue la de mayor actividad y de más rotundo éxito de Morelos. Reagrupadas sus fuerzas en Chiautla, con Galeana y Bravo, durante algunos meses dominó el eje Chiautla-Tehuacán, llevó a cabo diversas acciones contra las fuerzas realistas y trató de impedir las comunicaciones entre la capital y el puerto de Veracruz. Al llegar el mes de noviembre se decidió a tomar la ciudad de Oaxaca, lo que consiguió el día 25 de ese mes. Fue ésta una de las acciones militares más admirables de Morelos: con el apoyo de Mariano Matamoros y Miguel Bravo, logró derrotar a las tropas del general español González Saravia. La brillante victoria en Oaxaca reforzó la moral de los insurgentes, aumentó el prestigio personal de Morelos y produjo una gran cantidad de beneficios materiales.

Durante varias semanas Oaxaca fue el cuartel general de Morelos, que fortaleció y extendió su dominio de la zona, al tiempo que intensificaba su labor administrativa y el ordenamiento de la insurgencia. Creó la intendencia de la provincia y el ayuntamiento de la ciudad, expidió reglamentos relativos a los horarios comerciales, a la tenencia de armas, al toque de queda y al uso de una insignia de identificación personal. También creó una Junta de Protección y Seguridad Pública, responsable del orden y la seguridad del pueblo. En la fiesta de acatamiento a la Junta Suprema, Morelos se presentó vistiendo un uniforme nuevo con la insignia de capitán general, símbolo de aquel punto álgido en su carrera militar.

En aquel momento dudó entre penetrar en el Valle de México (como le pedían sus seguidores de la capital, asociados en la agrupación de Los Guadalupes) o ceder a una intuición que le señalaba la necesidad de apoderarse de un puerto de mar, para fortalecer sus relaciones con Estados Unidos y facilitar la llegada de ayudas procedentes del exterior. Inclinado por esta segunda opción, salió de Oaxaca el 9 de enero de 1813, atravesó la cordillera realizando marchas increíbles y, a partir de abril, estableció el asedio de Acapulco, que se prolongó durante varios meses hasta que, el 20 de agosto, consiguió su capitulación.

Pese al éxito, actualmente se piensa que, con esta decisión, Morelos perdió siete preciosos meses que hubieran podido inclinar el resultado final del lado de la insurgencia. De todos modos, con la conquista de Acapulco, Morelos controlaba un territorio que se extendía desde Guatemala hasta Colima, incluyendo la mayor parte de los actuales estados de Oaxaca y Guerrero, así como el sur de los de Veracruz, Puebla, México y Michoacán. En la ciudad de Oaxaca, a lo largo de casi todo el año 1813, se publicó, por iniciativa de Morelos, el periódico insurgente Correo Americano del Sur.

Mediado el mes de mayo, se le ocurrió a Morelos la idea de convocar un congreso nacional de representantes provinciales, dirigió un decreto a las provincias para que nombraran electores y los convocó a reunirse el 8 de septiembre, con la finalidad de elegir un nuevo congreso. Llegado el momento, redactó el texto conocido como Sentimientos de la Nación, que sirvió de base para las deliberaciones de los allí reunidos. Instalado en Chilpancingo, Morelos formuló un plan de gobierno compuesto de 59 artículos, prácticamente un proyecto de Constitución.

El 14 de septiembre, una vez instalado el Congreso, Morelos leyó un discurso y los diputados iniciaron el examen de las propuestas contenidas en Sentimientos de la Nación. Al día siguiente fue elegido generalísimo por aclamación, con todos los poderes y la facultad de nombrar a sus lugartenientes, cargos que recayeron en Mariano Matamoros y Manuel Muñiz. Hubo que esperar durante algo más de un mes a que llegaran López Rayón, Bustamante, Liceaga y Cos, pero en noviembre se celebraron sesiones regulares y el día 6 el Congreso aprobó una declaración de independencia redactada por Carlos María Bustamante.

Rechazó ser tratado como “alteza”, y prefirió tomar el epíteto de “Siervo de la Nación”, que está inspirado en el capítulo 10 de Evangelio de San Marcos: “Mas no es así entre vosotros; antes el que quisiere ser el mayor, será vuestro criado; el que de vosotros quiera ser el primero, sea siervo de todos”.

Su última campaña se desarrolló a partir de septiembre de 1813. Deseoso de conquistar Valladolid, Morelos decidió su asalto, llegando a sitiarla a partir del 22 de diciembre de 1813. Pero los realistas, reforzados los últimos meses con la llegada de importantes contingentes de tropas, obligaron a Morelos a retirarse en confusa desbandada, lo que diezmó y desalentó a sus seguidores.

Corriendo de un lugar a otro, medio escondido y rodeado de un escaso contingente de tropas, repelió a las fuerzas enviadas para capturarle, participó con fidelidad admirable en los trabajos del Congreso, mantuvo sus principios y discutió algunas de las medidas que pretendían tomar los dirigentes de la insurgencia.

El Congreso abandonó Apatzingán y se estableció en Uruapan, a la vez que elegía un nuevo poder ejecutivo tripartito integrado por Morelos, Cos y Liceaga. Se decidió el traslado del Congreso a Tehuacán, encargándose Morelos de escoltar y defender a los integrantes del legislativo. Con la incorporación de Nicolás Bravo, el contingente militar se componía de un millar de soldados, la mitad de ellos armados. Sin embargo, llegados a Tesmalaca, seis millas más allá del río Mezcala (cerca de la actual Iguala), un destacamento realista al mando del coronel Manuel de la Concha cayó sobre el convoy y aprehendió a Morelos; Bravo logró escapar, y protegió el convoy hasta su llegada a Tehuacán.

Conducido a la ciudad de México, el 22 de noviembre de 1815 se iniciaba el primero de la serie de juicios a que fue sometido, ya que las autoridades militar, eclesiástica y civil se disputaron el derecho a condenarlo. Incoado con toda rapidez, el primer juicio terminó el día 23 y enseguida se presentó al prisionero ante

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