El Templo Mayor era el centro religioso de la capital del imperio mexica, Tenochtitlan.

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Los tributos eran impuestos a los grupos conquistados por los mexicas, los cuales eran pagados de manera regular cada 20 u 80 días, este era repartido entre los integrantes de la Triple Alianza: dos quintas partes a Tenochtitlan, dos más para Texcoco y la restante para Tlacopan (Tacuba). Además Tenochtitlan adquiría una gran cantidad de elementos suntuarios de señoríos como el de Coaixtlahuacan, los cuales eran importantes centros de comercio exterior.

La actividad comercial era una actividad de vital importancia, profesionalmente lo ejercían los “pochtecas”, quienes vivan de una manera diferente a los demás tanto socialmente como espiritualmente, conocían perfectamente los productos por su calidad, las rutas comerciales y diferentes lenguas para una mejor comunicación con los demás pueblos. También realizaban actividades de espionaje militar a posibles enemigos que podían ser sometidos. La agresión o en el peor de los casos la muerte de los pochtecas por parte de los demás pueblos era considerado como un acto de guerra.

El mercado era un organismo adicional, de gran importancia en el comercio y la economía del México prehispánico, todos los días había un tianguis cerca de las capitales, siendo el del domingo el más importante y grande de todos, aquí se intercambiaban animales, alimentos, vestidos, piedras de construcción, entre otros productos. De esta manera se adquiría lo indispensable para la población, en estos mercados existan personas encargadas del control de calidad de los productos, para un mejor intercambio entre ambas partes.

Agricultura

Para la mayoría de los pueblos la agricultura fue la actividad donde más alimentos obtenían, los mexicas cultivaban mediante el sistema de chinampas, pues en esa época cubrían los lagos de Chalco y Xochimilco.

Asociaban el calendario ritual de las fiestas con los fenómenos climatológicos permitiendo el crecimiento de los cultivos, el año se dividía en lluvia y tiempo seco donde Tláloc, dios de la lluvia, era de vital importancia para el desarrollo de la agricultura.

Los principales cultivos de este sistema de chinampas eran el maíz, frijol, amaranto, calabazas, chía, tomate verde quelites, diferentes variedades de chile y árboles frutales como el capulín, también se cultivaban flores como el cempoalxóchilt y dalias. Algunos productos como el maguey, el algodón, el cacao de tierra caliente y frutas tropicales eran producidos por pueblos conquistados por los mexicas.

Los instrumentos utilizados para labrar la tierra eran el huictli, o coa e hoja y el huitzoctli o bastón planador. El huictli era utilizado en casi todas la operaciones de cavar, desyerbar y voltear la tierra, el huitzoctli se empleaba para cavar huecos donde se depositaban las semillas, remover raíces y extraer tubérculos.

Otros instrumentos eran los calabazos o jícaras, donde se cargaban las semillas, los cuchillos de piedra o navajillas de obsidiana para cortar la hierbas, así como puntas de cuerno o hueso, llamados picadores para separar o arrancar las mazorcas de maíz. Las hojas que envolvían el maíz, los canastos y ayates servían para depositar y acarrear productos.

Flora y fauna

Entre la fauna encontrada en el proyecto del Templo Mayor, destacan el puma, el jaguar, el pastizal alpino, gato montés, codorniz de cresta blanca, cocodrilo de pantano o lagarto negro y cocodrilo de rio o lagarto real, moluscos de agua dulce como la almeja Anodonta chalcoensis, anfibios y reptiles como ranas leopardo, sapo de espolón, serpientes de genero crotalus y tortugas de genero kinasternon.

Las plantas que más aparecieron durante las excavaciones estaban los tules, las espadañas y quenopodiáceas.

Huitzilopochtli

La mitad del sur del templo le pertenecía a Huitzilopochtli, este debió ser un líder histórico del grupo y por lo tanto después de su muerte fue elevado a deidad, como se sabe se manifestó a través de un águila, condujo y se posó sobre un nopal el lugar donde establecer y construir la ciudad.

Tláloc

El sector norte estaba dedicado al dios Tláloc “señor del agua y fertilidad”, como representante de la principal actividad de la economía, tenía una vital importancia en la cultura mexica, pero no lo representaba la vida, sino también el castigo hacia el hombre destruyendo todo y con ello representa la vida y la muerte