El debate acerca de las revoluciones burguesas y principalmente su carácter de clase
Enviado por tolero • 26 de Abril de 2018 • 3.107 Palabras (13 Páginas) • 480 Visitas
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Ahora bien, desde la decadencia de la nobleza al impulso revolucionario que corono el ascenso de la burguesía al poder: ¿se puede apreciar el carácter de clase de los sujetos que llevaron a cabo la revolución? Desde esa perspectiva entiendo el carácter de clase en el sentido de que esta tiene plena conciencia de sus privilegios e intereses en el desarrollo social, además que opera en dirección de la toma del poder para alcanzar sus objetivos como clase poseedora de este, lo que le permite configurar la sociedad a su modo, lo que acarrea reformas y transformaciones profundas en las sociedades, con consecuencias políticas y económicas subyacentes a cualquier transformación social. ¿fue la clase burguesa acreedora de las transformaciones en Francia? O preguntándolo de otro modo ¿eran burgueses los que lideraron el proceso de la revolución francesa? A primera vista una respuesta rápida seria decir si, fue la burguesía la que lidero la revolución con apoyo de las masas populares. Sin embargo creo es sensato considerar que ninguna clase en si es homogénea y que por lo tanto dentro de una clase con conciencia de sí misma, se encuentran una variedad de sujetos, con tradiciones y mentalidades distintas, con grados de cargos y trabajos variados etc. por ejemplo, dentro de algunas interpretaciones se pone énfasis en que la iniciativa revolucionaria fue dirigida por un grupo de intelectuales que apoyaban las nuevas ideas ilustradas, los cuales procedían de distintos estratos sociales y que por lo tanto perseguían intereses comunes, según E.L Eisentein, nombrada por Soboul en su debate en torno a las concepciones de la revolución, este le cita para develar su punto de vista el cual dice que “La burguesía no estuvo en el origen del vivo movimiento de protesta de 1788 y no desempeño un papel importante en los acontecimientos y en las reformas de 1789[7]” . por otra parte se plantea igualmente que en el periodo existían dos tipo de burguesía, (la tesis expuesta por G.Taylor,) las cuales se diferenciaban entre las que poseían riqueza propietaria y las que poseían medios de inversión capitalista, y que además en las primeras se integraba una parte importante de la nobleza que se adaptaba a las nuevas condiciones; de esta tesis se concluye que la revolución no fue un conflicto de clases entre la burguesía y la nobleza y que no existieron intereses económicos opuestos; lo que diferenciaba a la nobleza de la burguesía era solo el carácter jurídico[8]. Desde otro punto de vista, las tesis expuestas por los enemigos de la “tradición ortodoxa[9]” de la revolución, los revisionistas Furet y Richet plantean una “revolución de las aristocracias” y el “Deparage”. En la primera se pone énfasis en recalcar el acercamiento de una vida en común entre la aristocracia y la burguesía, comprendida en primera instancia por un acercamiento a la libertad política, como también una repulsión a las masas populares y la democracia; estos sujetos se adherían al liberalismo aristocrático y burgués, en una táctica de unión contra el absolutismo, por ende el acenso al poder en 1789 fue producto de la toma de conciencia de estos individuos, por consiguiente el triunfo revolucionario seria producto del iluminismo en donde es la ideología la que detentaría el motor de la historia, “conciencia, primeramente, de su autonomía en lo político como consecuencia, de un necesario control del poder. Conciencia unánime en la que la nobleza tuvo un papel iniciador y educador, pero que se extendió a la riqueza, a la propiedad y el talento. Fue la revolución de las luces[10]”.
Expuestos estos puntos acerca de la real participación de la burguesía como clase constituida en los fenómenos producidos desde 1789-94, se pueden dilucidar aspectos importantes: si consideramos que en primera instancia fueron los intelectuales los que llevaron a cabo el proceso revolucionario, con diversos grados de heterogeneidad entre sus filas, habría que ver quienes en ese periodo tenían acceso al conocimiento a los nuevos postulados liberales democráticos que se venían exponiendo desde los primeros intelectuales iluministas hasta el periodo de consagración de la revolución, queda claro que esa porción, no estaba integrada por la mayoría de las masas urbanas o campesinas; si no que el papel ideológico de expandir los nuevos preceptos siempre estuvo a cargo de intelectuales orgánicos que a través de la opinión publica pudieron esparcir el germen antimonárquico, componente altamente burgués si se considera que la burguesía como clase libre siempre dispuso de tiempo para entenderse como clase antagónica al modelo feudal, obviamente intelectual no era cualquiera, sino quien tenía acceso a la cultura o alta cultura. Con respecto a la tesis de cohesión entre distintas burguesías con distintas riquezas, se debe considerar como lo plantea Perry Anderson que dentro de una revolución burguesa deben considerarse los vestigios que deja la antigua sociedad feudal en el seno capitalista y que por ende es de esperarse que entre las clases dominantes de las dos sociedades generen alianzas, la feudal para sobrevivir y la capitalista para perpetuar su sistema por medio de la cooptación; en ese sentido se debe siempre considerar que “el dato central es que entre ellas no existe el abismo que separa la propiedad privada-feudal o capitalista-” y por ende “debe existir siempre la posibilidad de que burguesía y nobleza convivan y prosperen de manera pacífica y de que, en cuanto clases sociales, entretejan una sutil red de intercambios recíprocos[11]” una revolución que en el marco de la historiografía se ve desde arriba, con poca intervención popular en el proceso y que por consiguiente es el chorreo desde arriba lo que lo motiva a adentrarse en el proceso solo por reacción o contingencia; nuevamente el carácter de la revolución, aunque sea visto desde arriba, pone énfasis en el carácter de clase burgués, como incentivadora del cambio social.
Ahora bien, la ideología siempre es parte de importante de cualquier revolución y por ende tenerla en consideración a la hora de estudiar el proceso revolucionario francés permite mirar el proceso desde una arista diferente. Sin embargo, la ideología en si misma nunca ha constituido el motor de los cambios revolucionarios de un territorio determinado, pero si, esta es parte fundamental para dirigir cualquier hito revolucionario con conciencia de su carácter. En ese sentido los impulsores del liberalismo siempre se caracterizaron por su condición de clase perteneciente a una alta o baja burguesía con intereses propios e individuales como también democráticos, para poder atraer a las masas a la lucha. Obviamente un proceso de reformas conlleva a la convicción por parte de la burguesía de integrar el elemento democrático a la lucha revolucionaria,
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