Ensayo Alcaldes
Enviado por John0099 • 6 de Noviembre de 2018 • 41.073 Palabras (165 Páginas) • 310 Visitas
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El Reencuentro
Por pura coincidencia Pedro caminaba sin rumbo por una calle que va a dar derchito al calvario y de pronto sale Judas, lo saluda y caminan en la misma dirección. Alla en el calvario, bien sentado esta el tal Tomas, El encuentro fue de estrecharse las manos y abrazos entre palmadas en la espalda, Pedro dice, Mira Judas el tema de los alcaldes no esta en mi agenda, lo mismo dijo Tomas. Bueno, dijo Judas, de que quieren que hablemos. Bueno dijo Pedro, hablemos de las iglesias. Buen tema dijo Judas, con alabocida y sarcasmo. Rucuerdan, cuando eramos compañeros chungo me dijo a mi, tu ceras la piedra roca de la iglesia. Asta el dia de hoy yo no entiedno nda. Lo que miro de lo alto, todas las noches, a un monton de piedras hablando u contando con surdidos geminos, como implorando perdón. A este Judas nadie lo quiere, le tienen miedo. Se lo imaginan negro, con ojos rojos, uñado, barbom y una cola que se cruza de lado a lado. Los hermanos y las hermanas se confunden antes de terminar el culto a mi padre, que conste el que nadie conoce y que esperan su llegada para salvarlos de las garras de este Judas. Perfectamente miro al humano metiendo las garras manos en lo justo, el grito se escucha: clavado alla, vino el espirito del cielo que estaba esperando. Por hay me conformo, que se haga la voluntad del que esta con San Pedro en el paraíso. Los gritos comienzan, unos caen como muertos, otros se arrastran por el suelo, otros saltan como queriendo colgarse del Espiritu Santo. Aun hablan en enrredos que nadie les entiende. El jefe de la roca, dice hermanos déjense undir por mis manos, nesecito sentir el calor de las llamas. Mira, Judas. No vas a creer de vejucos tratando de acercarse a la roca principal. Se ollen lamentos, gritos espavoridos, alavansas dando gracias. Por cada pason por la roca se priende una roca y el apaga otra vela hermana, los viejos candelabros labrados por la vejes reclaman una roca virgen para que les haga el favor de una caricia perfumada. Se escucha que dicen; vengan a mi todas las rocas que están liradas que yo las teminare de fundir. En vos silenciosa se escucha. Ho gran roca, si no hay una de treinta mándame aunque sea dos de quince. Bueno, dijo Tomas. Mira Pedro yo no te entiedno nada de nada. Estoy como vine. Judas dice, Pedro, no te preocupes que tomas no te va a creer nada. El solo podrá creerte si le haces llegar de regalo una roca, no importa que tan vieja este, Mira Pedro, dijo Judas, siguiendo el tema, yo no soy uno de los que mas me alegro. Mira, yo no te voy a mentir. Yo digo la verdad. En los puños de roca que tu tienes en la tierra, muchas cosas raras ocurren. El jefe roquero siempre prepara una roquita de 12 como gustan al alcalde que tengo yo en la caldera expresa. Resulta que la ilusión se marcha, la roquita fue desposolada y convertida en anijos. Otro roquero llego y su propia iglesia construyo. He visto con mis propios ojos cuando un candeladro viejo jala a una roca vieja, enbegecida por las arrugas de los años. No importa el presio que se paga. Los pedúnculos quedaron abandonados, nuevos retoños naceran, pobre familia, cada dia los roqueros cambian sus vida. Una vez, bien escuche cuando un hombre dedicando a pastores dijo: Nadie es profeta en la tierra. Se fue, dejando su roca contruida por otros. Se fue para la montaña de colinas. Alli triunfo en riqueza, las ovejas abandono y buen comerciante se volvió. Bueno, ese ya lo tengo en una caldera a juego lento y curado en hojas de ruda. Tambien, un dia vi como una roca embejecida por el tiempo se volvia loca, luciendo lo que ya no tenia. El culpable fue un candeladro viejo como la esperanza de los roqueros. Mire cuando le hechaba el brazo a una roquita con virtudes de elegancia y nuevas caricias le daba en las puntas grietadas de la roca, sin estrañar. La promesa se dieron; luego se fundieron con el delario de la esperanza. Nacio una nueva iglesia. Hay una pequeña roca queriendo comprar la esperanza que el roquero ofrecio en un culto de inocencia. Mira Padre, yo miro lo que tu no quieres ver ni sentir. Por eso te pusieron la ROCA. –Undia dia mire con mis propios ojos cuando un ovejero de rocas se instalo. La iglesia no era de rocas. Toldos azules mire, allí llegan candelabros y la roca vieja y las roquitas. Instalaron dos muros negros que manipulados a que toquen estruendos sonidos respiran, mire como un peludo incomodado por la noche. Ha gritos, canticos estruendos, relámpagos, maullidos ensordecedores hacían imposible consolar el sueño. Ante el gran jefe se presento. Comunico lo sucedido y aun el roquero, también tenia muros que con rapidez prendio en llamas. El roquero se incomodo, al gran jefe acudió. Si no me dejas en paz con mis roquitas a Judas le voy a mandar. El gran espíritu le invadirá y te destruirá, tu, dijo el vecino, el que te va a mandar al infierno soy yo. Bajo el sonido y estamos en paz. Allí, pedro metio la narices. Un silencio tardío ocurrio. Mientras tanto tres miradas cruzaron. Tomas habla, a ustdes dos ya los tengo asta los queques, no los entiendo nada y todo lo que dicen, ni ustedes mismos se lo creen, yo si les voy a decir la verdad. Mira Pedro, Mira Judas; el mundo terrenal solo se mueve en dos sentidos: Sos o no sos, nadie hace las cosas porque le gustan. Nadie aguanta hambre habiendo de donde agarrar. Nadie se muere antes de tiempo. El que no camina con la brújula se pierde. Los muertos hasta la tonta los lloran. No hay enfermedad que dure cien años, ni cuerpo que la soporte. El mentiroso siempre se hunde en sus propios engaños. El rico roba a los pobres se roba a si mismo. El borracho todos los días se quita la goma. Los pobres van derechito a Pedro y los ricos derecho a Judas. He dicho, dijo Judas. Pedro, un poco confundido expreso, Tomas, que quisiste decir con ese monton de brutadas. Se le olvido que el tema era las iglesias. Bueno, dijo tomas. A eso voy, disculpen que por un rato me perdi, pero no sigo entendiendo, ustedes dos hablando de rocas, roquitas y candeladros. Pedro dijo, no entiendes que yo soy la roca con la que se construye la iglesia. Ju dijo Tomas, vos creer que te voy a creer. Mejor hacete roca y te conviertes en una iglesia. Alli voy a entrar a convercer a los que no creen en mi. Hoy voy con la iglesia, si me quieres creer, creeme y si no me da lo mismo. Yo, lo que miro de alto que todo lo ustedes reman regaron, todos los días ponen la balanza. La empires desplomas la odian, piden verde como la hoja de café, amarillas como la zunculla y moradas como las uvas. En la manzana de los valles de la llamada Sula de America, hay un regero que aste el banco manda a llamaer para que le aumente el billete que dejaron por la aturdidas por la falta de fe como yo. Mira Judas pone avión. En regero asta de Francia le traen sacos, pantalones, corbatas y zapatos. Ni los calcetines y calzoncillos hondureños compran, si la traen
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