Ensayo Etnohistoria

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La sociedad “folk”, definida por Readfiel, presenta las siguientes características: es pequeña, aislada, analfabeta y homogénea; tiene un gran sentido de solidaridad grupal y un sistema convencional y coherente en sus maneras de vivir al que se llama “cultura”. El comportamiento de la gente es tradicional, espontaneo, no crítico y personal; no acostumbra experimentar ni reflexionar con fines intelectuales. El parentesco es la base de su organización social; la familia, la unidad de acción. Lo sagrado prevalece sobre lo profano. La economía es más bien de prestigio que de mercado. (Pozas: 2000:17)

Los enfoques modernos se distinguen por la variedad que entre ellos existe con respecto a la diferenciación de las clases sociales de contenidos culturales a las formas, procesos y consecuencias diversos que asumen los sentidos de la integración cultural.

El estudio de las funciones del conflicto que existe para definir y comprender a las sociedades indígenas y caracterizarlas con su identidad en un sistema social fue empañado de ambigüedad por la confusión entre los conceptos equilibrio, integración y estabilidad. Con frecuencia los conceptos de integración y conflicto fueron entendidos como opuestos, al creer que la ausencia del segundo era condición para lo primero. Sin embargo, cada vez fue más marcada la tendencia a considerar lo que hoy resulta evidente: el del conflicto y el cambio son aspectos esenciales, que contienen a la continuidad y por ende, son inseparables en el proceso social. Sobre estas bases, toda la cultura en sus relaciones humanas está estrechamente cruzada por dos procesos: el del conflicto y el integrador. El conflicto no tiene por qué quebrantar el sistema social, sino que incluso puede contribuir a su mantenimiento. (Barjau: 2003:20)

Entonces como se sabe estos grupos son los actores sociales que padecieron o padecen una condición subordinada no se han resignado a enfrentar impasibles ese destino el cual ha sido marcado por el dominio de su ideología y su cultura.

Son diversas las formas de resistencia que se han generado, desde la lucha armada, en su reacción extrema, pasando por los mecanismos seculares, expresos y sutiles, desarrollados dentro de un sistema de dominio por conservar sus identidades étnicas, sus patrimonios e integridades culturales.(Moreno:2003:9)

En este sentido la situación de muchos pueblos indígenas en todo el mundo y en especial en México ha sido ampliamente documentada en años recientes. Los estudios parecen concordar en que el bajo nivel de vida, las precarias condiciones de salud y otros rasgos de pobreza entre las poblaciones indígenas, no son resultado directo del aislamiento o algún retraso inherente a la condición de indígena, sino más bien consecuencia directa del impacto de este proceso de “civilización moderna” sobre ellos. (Stavenhagen: 2001:156)

Bodley por ejemplo, subraya las funestas consecuencias que para los pueblos indígenas tienen los asentamientos y la apropiación de recursos que emprende la sociedad nacional sobre sus territorios. Burger lleva a cabo un amplio estudio sobre la situación de los pueblos indígenas en varias regiones del mundo incluyendo México, y concluye que en casi todos los países, las minorías indígenas padecen discriminación y sufren desventaja. (Stavenhagen: 2001:157)

Pero aun que haya procesos en los cuales se cambien pautas de ideología cultural, y exista una resistencia existe la adaptabilidad de los grupos que se manifiestan en su grado de control cultural; es decir, en su capacidad social para decidir si sus miembros conservan o modifican los elementos o pautas de su propio complejo cultural; o bien, en sus selecciones para apropiarse, aceptar, adaptar o rechazar los elementos culturales ajenos, y que son incorporados conscientemente a su cultura de una manera más o menos armónica.

Mediante el modelo del control cultural, propuesto por Guillermo Bonfil[1], es una posible “definir una relación significativa entre sociedades y cultura”, y recurrir a herramientas para la interpretación de los procesos culturales entre dos grupos distintos o con identidades que se contraponen, vinculados por las relaciones asimétricas.

El estado de integración de una sociedad y su cultura tiene que ver con su capacidad de control cultural.

Conclusión

Los pueblos indígenas son conscientes de que, a menos que conserven el control sobre sus tierras y territorios, su supervivencia en cuanto a sociedades y culturas distintas y diferenciadas estará en grave peligro en cuanto a la cuestión étnica de su identidad. Tradicionalmente, la mayor amenaza a sus asentamientos culturales ancestrales provenían de los gobiernos primera mente colonizadores y los gobiernos nacionales posteriormente; hoy día sin embargo, las corporaciones multinacionales desempeñan también un papel cada vez más importante.

Más y más gobiernos se han visto impelidos a reconocer la legitimidad de los derechos indígenas a la tierra, y muchos estados han adoptado legislaciones que los protegen en sentidos culturales de identidad étnica como. Son todo, a medida que disminuyen los recursos y la economía mundial se vuelven más transnacional, a medida que las “últimas fronteras” se ven integradas al llamado “desarrollo”, los pueblos indígenas y tribales siguen siendo las victimas vulnerables de la lógica estática de México antiguo colonial y capitalista actual.

Referencias

Pozas, Ricardo “Los indios en las clases sociales de México” Ed. Siglo XXI, S.A de C.V. México, D.F. 2000.

Stavenhagen, Rodolfo “La cuestión étnica” Ed. El colegio de México, Centro de estudios sociológicos, México, D.F. 2001.

Portilla, Miguel “Literaturas indígenas de México “Ed. MAPFRE, S.A. Fondo de Cultura Económica, México, D.F. 1992.

Barjau, Luis “La Etnohistoria de México: Integración y desintegración” Ed. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, D.F. 2003.

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