¿Existió de veras el arca de Noé? ¿Hubo un diluvio?

...

También encontramos muchos dinosaurios que quedaron atrapados, fosilizados en sedimentos del Diluvio. Las famosas leyendas de encuentros con dragones nos dan una indicación más de que al menos algunos dinosaurios sobrevivieron al Diluvio. Y la única forma en que podría haber sucedido eso era si estaban en el arca.

Las crías de los animales terrestres más grandes no presentan un problema de tamaño, al ser jóvenes tienen por delante toda una vida reproductiva. Aunque la mayoría de los dinosaurios no eran terriblemente grandes, algunos tenían el tamaño de un pollo (aunque sin relación alguna con las aves, como dicen ahora muchos evolucionistas).la mayoría de los científicos concuerdan en que el tamaño promedio de un dinosaurio sería más o menos como el de una oveja.

Por ejemplo, Dios probablemente le haya enviado a Noé dos seurópodos adultos jóvenes (p.ej. apatosaurios), en lugar de animales con su tamaño definitivo. Lo mismo vale para los elefantes, las jirafas y cualquier otro animal que llega a tener un tamaño norme. De todos modos había lugar para los animales adultos.

En cuanto a la cantidad de distintos tipos de dinosaurios hay que reconocer que aunque hay cientos de nombres para las distintas especies o variedades de dinosaurios que se fueron descubriendo, probablemente solo hubiera unos 50 tipos distintos en realidad.

¿Cómo pudo meter Noé a todos los animales en el arca?

“Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán” (Génesis 6:19).

En el libro Noah’s ark: A Feasibility Study John Woodmorappe sugiere que como máximo lo que se necesitaba era que 16,000 animales entraran en el arca para preservar las especies creadas por Dios.

El arca no necesitaba llevara a todos los animales, y Dios tampoco mandó que Noé lo hiciera. Llevaba sólo animales terrestres, no anfibios, y de los que se arrastran por la tierra, además de animales alados como los pájaros. La vida acuática (los peces, las ballenas etc.) y muchos animales anfibios podían sobrevivir en cantidad suficiente fuera del arca. Con esto, se reduce drásticamente la cantidad total de animales que debían llevarse a bordo.

Otro factor que reduce significativamente los requerimientos de espacio es que en tiempos de Noé no existía la tremenda variedad de especies que vemos hoy. Solo los “tipos” de cada especia harían falta para volver a llenar la tierra. Por ejemplo, solo harían falta dos perros para que surgieran todas las especies de perros que existen hoy.

Los cálculos creacionistas para la máxima cantidad de animales que habrían tenido que estar a bordo del arca, han sido de unos pocos miles hasta 35,000 pero tal vez solo fueran dos mil si se toma el tipo bíblico aproximadamente como el de la clasificación de familia de nuestros días.

Y como dijimos antes, Noé no habría llevado los animales más grandes en el arca. Es más probable que llevara animales jóvenes para repoblar la tierra después de que pasara el Diluvio. Estos animales jóvenes requieren de menos espacio, menos alimento y producen menos desechos.

Usando una medida de codo corto de unos 46 cm. Para medir el arca, siendo conservadores, la conclusión de Woodmorappe es que “menos de la mitad de la superficie acumulada de las tres cubiertas del arca tendrían que haber estado ocupadas por animales y sus corrales o jaulas”. Eso quiere decir que había mucho espacio libre para llevar comida fresca, agua, e incluso muchas personas más.

¿Y cómo cuidó Noé a Todos los animales?

Así como Dios hizo que los animales fueran al arca de Noé, de manera sobrenatural, seguramente Él también había hecho provisiones para este hecho tan fuera de lo común. Los científicos creacionistas sugieren que Dios les dio a los animales la capacidad de hibernar, algo que vemos en muchas especies en nuestros días. La mayoría de los animales reaccionan ante los desastres naturales en formas que tienen por designio asegurar su supervivencia. Es muy posible que muchos animales hibernaran, tal vez, incluso de manera intensificada sobrenaturalmente por Dios.

Fuera que se tratase de una respuesta sobrenatural, o sencillamente normal ante la oscuridad y el encierro de un barco que se mecía. El hecho de que Dios le dijo a Noé que construyera habitaciones (“quen”, literalmente en hebreo “nidos”), en Génesis 6:14 implica que los animales estarían quietos, como andando. Dios también le dijo a Noé que llevara alimentos para ellos (Génesis 6:21), lo cual nos dice que tampoco estuvieron en estado de coma durante un año.

Si pudiéramos recorrer el arca mientras se construía, sin duda nos maravillaríamos ante el ingenioso sistema dde a bordo para almacenar y distribuir el agua y los alimentos. Woodmorappe explica en Noha´s Ark: A Feasibility Study que hoy un grupo de agricultores puede criar miles de vacunos y otros animales en espacios muy reducidos. Uno puede imaginar todo tipo de dispositivos que en el arca habrían permitido que pocas personas alimentaran y se ocuparan de los animales, desde los bebederos hasta la limpieza de sus desechos.

Woodmorappe señala que no habría necesidad de aparatos especiales para que ocho personas se ocuparan de 16,000 animales pero en caso de que los tuvieran ¿Cómo funcionarían? Hay muchas posibilidades. Podrían tener un sistema de tuberías para eol agua, que funcionaría por gravedad, un sistema de ventilación que aprovechara el viento o el movimiento de las olas, o comederos del tipo de las tolvas. Ninguna de estas cosas requeriría de una alta tecnología diferente a la que existía en las culturas de la antigüedad.

Pero con todo, seguramente las culturas de la antigüedad no tendrían nada que envidiarle a la habilidad y capacidad de Noé y el mundo antediluviano.

¿Cómo pudo un diluvio destruir a todas las criaturas vivientes?

“Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganados y de bestias, y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió” (Génesis 7: 21-22).

El diluvio de Noé fue mucho más destructivo de lo que podría serlo cualquier tormenta que durara 40 días. Las escrituras nos dice que se abrieron las “fuentes del gran abismo”. Es decir que hubo terremotos, volcanes y géiseres de lava fundida y agua hirviendo que surgieron de la corteza terrestre, en una catástrofe violenta y explosiva.